El mundo es como un libro abierto

#TodasMisPalabras

París 2012

“Viajar es como amar, es un intento de transformar un sueño en realidad.”
Alain de Botton

¿Se pueden prever las vueltas de la vida como el clima? ¿Podemos anticipar las tormentas o las épocas de lluvia, o los veranos acérrimos y sofocantes?

Y es que es así. La vida es como el clima, por más enfoque y previsión que intentemos aplicar, muchas veces el resultado es distinto al esperado.

Así fueron mis últimos dos años: llenos de cambios impresivisibles, o en realidad, inesperados. Fueron cambios generados por mí, gestados a nivel interno durante mucho tiempo con mi viaje del 2012 como catalizador. Cambios que hicieron que me sorprenda a mí misma.

Si me preguntaran si a principios de ese año me imaginaba en el lugar y la situación de vida en la que estoy ahora, probablemente hubiera dicho que era una locura. No es fácil dejar un trabajo de oficina para perseguir un sueño, así como tampoco es fácil tomar la decisión de viajar de una semana a la otra, o animarse a volar en parapente. No es fácil, pero se puede.

En este sentido, mi impulso e inspiración vino de los viajes. Después del 2012, viajar dejó de ser una posibilidad para convertirse en una necesidad. Tener sed de viajes ya es parte de mi vida. A veces hasta viajo en el confort de mis recuerdos, sin moverme de casa. Cierro los ojos y me voy a Roma por un rato, o me paro delante de la Torre Eiffel por un instante para verla chispear iluminada. Viajar con los ojos bien abiertos para que, cuando volvemos a casa, podamos viajar con los ojos cerrados.

Es hoy que me siento a pensar en todo lo que vi; todas las fotografías mentales que quedaron almacenadas en mi memoria, todos los paisajes que caminé o viví arriba del micro, y todos los lugares que aún quedan por descubrir… todos los regalos que me quedan por abrir.

“Viajar es un intento de transformar un sueño en realidad” – dice la frase de arriba. Y eso me lleva a una frase de Anaïs Nin: “Nuestra vida está compuesta en gran parte por sueños. Hay que encaminarlos a la acción.”

¿Se pueden prever las vueltas de la vida como el clima? ¿Se pueden anticipar los cambios drásticos de rumbo? No. Pero sí podemos decidir qué hacer con ellos.

En mi caso, decidí escribir. Escribir para salvarme, escribir para exorcizar el pasado. Soñar para escribir, y escribir para realizar. Acción… Anaïs tenía razón.

Lanza tus sueños al espacio como una cometa y no sabes lo que te devolverán: una nueva vida, un nuevo amigo, un nuevo amor, un nuevo país.
Anaïs Nin