Por: Sol Iametti
Nadie cree que su vida saldrá más o menos bien. Todos creemos que vamos a estar bien. Y desde el día en el que decidimos ser lo que queremos ser y hacer, nos llenamos de esperanza. Esperanzas de los caminos que nos abriremos… La gente a la que ayudaremos, lo que nos afectará… Grandes esperanzas de quiénes seremos, adónde iremos. Y entonces, llegamos ahí.
Todos pensamos que vamos a estar bien. Y nos sentimos un poco engañados cuando no damos con nuestras esperanzas. Pero a veces, nuestras esperanzas nos subestiman.
A veces lo esperado simplemente se queda en nada en comparación con lo inesperado. Tienes que preguntarte por qué nos aferramos a nuestras esperanzas… porque lo esperado es lo que nos mantiene firmes, derechos… inmóviles. Lo esperado solamente es el comienzo. Lo inesperado… es lo que cambia nuestras vidas.
- Grey’s Anatomy
“Lo inesperado es lo que cambia nuestras vidas”, dice una de las frases finales de Grey’s Anatomy. Tomo la frase y la hago mía, la apropio y la aplico a mis propias experiencias, ¿y acaso no es eso lo que hacemos con todo lo que sucede alrededor? Intentar comprender, intentar ponernos en el lugar del otro cuando la vida da un giro de tablero. Intentamos comprender o dilucidar si hay algo que podría haber cambiado el destino de las tormentas que (nos) acontecen. Pero la realidad es que no podemos manejar cada cambio de clima o temporal que nos golpea.
Aceptar el desorden es entender que no podemos predecir cuando la vida dará un giro de 180°, entender que “si no fuera esto, sería otra cosa”. Aceptar el desorden es entender que si estamos en el ojo de la tormenta es porque tenemos la capacidad de salir a flote.
“Todo va a estar bien” le decía a mi hermana después de la muerte de mi mamá; y hoy estoy escribiendo para ustedes que están del otro lado. Todo encontró su cauce natural, y es así como elijo ver mi realidad. Aprendí a aceptar el desorden y entender que no puedo prevenir cuando va a devenir el Tsunami, lo único que puedo hacer es buscar la forma de volver a respirar.
Lo inesperado cambia nuestras vidas; lo inesperado lleva a escribir un libro para una madre; lo inesperado hace que dos hermanas emprendan un viaje que transformará sus vidas; lo inesperado hace que aprendamos a nadar contra-corriente, que en pleno invierno nos enfrentemos de cara al vendaval y sigamos caminando.
Lo inesperado nos hace sabernos con vida.
Y aunque el corazón nos salte un latido, aunque a veces parezca que no hay salida viable, aunque falte el aire y nuestros brazos se cansen de tanto nadar… asimilar el caos es otra forma de pronunciar la libertad.
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Imagen: Centro Pompidou, Octubre de 2014