Por: Andrés y Milagros
Mauro es italiano, tiene 47 años y desde que empezó su viaje en 1998, ya recorrió 139 de los 195 países que tiene el mundo. Su fórmula no es mágica, sino práctica: trabaja seis meses al año como analista de sistemas y lo que ahorra se lo gasta –o más bien, lo invierte- en conocer nuevas tierras.
Dice que su adicción por el nomadismo empezó cuando estaba de vacaciones con un amigo en el Río Mekong, en Camboya. Cuenta que durante su estadía y “como todo occidental estresado”, había estado todo el tiempo apurado. Apurado para comer, para leer, para escribir, para caminar. Apurado full time. En ese contexto fue que cuando no llegó a tiempo para abordar su avión a Italia, entró en un pánico atroz: ¿Qué voy a hacer? ¿Cuánto tiempo voy a perder? A todas esas preguntas, su amigo camboyano le dio una sola respuesta: “¿Cuál es tu apuro por volver?”
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A Mauro esa frase le pegó fuerte. Por eso, cuando volvió a Lombardía supo que su vida había entrado en una encrucijada. No quería más horarios ni sedentarismo perpetuados en el tiempo. Ahora, sólo quería agarrar su mochila y salir a entender qué había más allá de su frontera.
Desde entonces hasta ahora conoció 30 países en África, decenas en Asia, toda Europa y ahora, de América le queda sólo Surinam y las Guyanas. “Me faltan muchos países, toda la zona de Oceanía y la Antártida y sobre todo, muchas islas. Pero en eso estoy”, dice.
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No pude controlar mis ganas y le disparé la pregunta de rigor. “¿Me dejarías entrevistarte para mi Blog”? Sin dudarlo, asintió. Y acá van sus respuestas, resumidas y acopladas.
- El territorio más completo: “Indonesia. Las islas son todas diferentes, cada una con su propia identidad. Una es budista, otra católica, otra musulmana. Tienen volcanes, montañas, mar. Y sobre todo, mucha naturaleza virgen”.
- Los países con mejor gastronomía: “Etiopía por la increíble comida italiana desde que heredaron la impronta tana en la segunda Guerra Mundial. Ahí, por ejemplo, hay máquinas para hacer café de aquellos años y lo hacen más exquisito que en ningún otro lado. También México tiene excelente gastronomía, sobre todo para gente como yo, que le gusta comer en puestos callejeros y probar nuevos sabores continuamente”
- Las comidas más extrañas: “En Tailandia comí sopa de cabeza de serpiente y de saltamontes. No son tan feas como suenan, de hecho. En África también comí cosas poco convencionales, como unas bolitas que se hace la gente con pocos recursos, que realmente no sé qué ingredientes tenia, aunque pienso que algo con carne y verduras. Y ahora cuando vaya a Colombia voy a volver a comer bocaditos de hormigas culonas, que son como budines hechos de esos insectos que por el tamaño y el gusto son riquísimas”.
- Los lugares con la gente más anfitriona: “Más que lugares en plural, diría que se me viene inmediatamente un solo lugar a la cabeza cuando hablan de amabilidad, y es Irán. En ese país te podés quedar días, semanas, meses o años sin gastar un centavo. Desde que llegás te dicen que no sos turista, sino que te consideran uno más de ellos. Y es realmente lo que te hacen sentir. Te alojan sin pedirte nada a cambio, te cuentan su historia, te incluyen en sus familias, te llevan a recorrer su tierra. Son las personas más maravillosas que conocí en la vida. Aunque muchas veces se piense que se trata de un territorio donde sólo hay violencia para ver, yo creo que todo lo contrario, porque además que tienen leyes muy rígidas que no pueden transigir, son seres humanos especiales”.
- Las razones por las que no fue a los países que le faltan: “Me quedan muchos países por recorrer por muchas cuestiones. Pero por ejemplo, a algunos pienso que me va a costar mucho llegar por sus características políticas. Por ejemplo, Chad, Irak, El Congo, son zonas a las que hasta los turistas más arriesgados les cuesta acceder por muchas razones. Desde el miedo que te genera ingresar a países en guerra, hasta obstáculos diplomáticos, cuando no te dar permiso para entrar con tu visa de europeo”.
- Los lugares que nadie puede morirse sin conocer: “Brasil por su música, su clima, sus playas. Ahora quizás está más caro y es más difícil acceder a algunas cosas, pero sigue siendo un país excepcional. La India…ese caos maravilloso e inolvidable. Por su cultura, su gente, sus paisajes y por lo diferente que es a cualquier otro lugar que nadie pueda haber visto jamás. Y Japón, que en occidente no tiene mucha fama turísticamente pero es una zona hermosa, con mucho para recorrer, aunque algo cara también”.
Como Mauro hay decenas de cientos de personas que organizan todos sus intereses y sus acciones al servicio de lo que más aman en la vida: viajar. Algunos más, otros menos tiempo; con más o menos posibilidades, con más o menos trabas, con más o menos ganas, con más o menos energía. Pero todos siguiendo una misma linea de pensamiento: viajar para conocer, conocer para viajar.