World League: Rusia campeón y el análisis del torneo

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En la 24º edición del torneo anual más importante en el mundo del voley, el equipo ruso le pegó una paliza tremenda a Brasil por 3 a 0 (25-23 / 25-19 / 25-19) y levantó el trofeo por 3ra vez en su historia (las otras fueron en 2002 y 2011). Por el partido del bronce, Italia doblegó 3 a 1 a Bulgaria y de esta manera, se repitió el podio de Londres 2012:

voley rusia plantelComo ya saben, mi intención no será hacer una crónica del partido, ya hay muchas en grandes y prestigiosos sitios, sería rondar en lo mismo y no hacer hincapié en lo que realmente interesa. A continuación les daré mi visión sobre la final, la actualidad voleybolística y la performance de Argentina, que bastante preocupa a varios. Tal como hice con el post de UPCN campeón.

Lo de Rusia es gigante, magnífico, excelso. El domingo consiguió 2 títulos: El de la World League y el de ser el único equipo capaz de humillar a los brasileros. El juego que desplegó en todo el certamen, salvo por esos malditos 2 sets contra Canadá (los tie breaks son difíciles de analizar), rozó la perfección. El recambio generacional que está llevando a cabo, da frutos inimaginables, cada vez juega más rápido, más alto y más fuerte. Dejó en el banco a su as de espadas, Maxim Mikhaylov de 25 años, y no lo utilizó en ningún momento. Aquellos que no están acostumbrados a ver la liga rusa pudieron conocer a Pavlov, un opuesto temible y totalmente versatil, que juega en los distintos fundamentos. Dmitriy Muserskiy, el gigante de 2,20 es dueño y señor de la red, es asombrosa su capacidad atlética con la altura que tiene. Cómo ayuda a su equipo llama la atención, cada vez que tiene levantar (porcentualmente, los centrales son los jugadores que más 2das pelotas les tocan, después de los armadores) lo hace sencillamente perfecto, suma del saque y en bloqueo es una luz. Entiende el juego como pocos y sólo tiene 24 años. La dupla de receptores puntas, innovadora, respondió con creces y descubrió en Spiridinov a un extrovertido jugador capaz de calentar los partidos en el momento justo. Pero, la verdad, el que merece una mención especial es Sergey Grankin. Ese sí que se la aguantó, eh, también lo bancaron bastante los distintos entrenadores que tuvo Rusia desde 2005 hacia aquí. Lo cierto es que siempre le ponían a otro armador, pasó terribles frustraciones, como por ejemplo en el Mundial 2006 vs Polonia o en 2010 vs Serbia. En los JJOO pasados fue uno de los responsables de dar vuelta la final, precisamente ante Brasil. Un sinónimo de perseverancia y de ganas de triunfar.

Grankin, figura en la final

Grankin, figura en la final

Desde el otro lado está Brasil, que de a poco buscan recambio por puestos. Bruninho es una fija, hijo del técnico, arma bien, capitán, aunque ya me hace acordar a Homero cuando dirige al equipo de fútbol americano de Springfield. Lucarelli e Isaac son dos realidades que tienen un futuro enorme vistiendo la verdeamarelha. Wallace demostró que el lugar de Visotto es el banco de suplentes. De todas formas, lo que capta mi atención es la molesta y ya desagradable imagen que muestra Bernardinho. Un genio, el mejor estratega del voley, el cerebro detrás del Brasil ganador de todo (junto a Ricardinho, eh!) pero que a veces se lo come el personaje. Sí, es verdad, el hombre hasta hace un tiempo tenía que llevarse ropa para cambiar mientras entrenaba a sus dirigidos porque sudaba demasiado. Vive el partido a mil, lo comprendo, también, es pasional, sí, dale, todo lo que quieran. Pero, ¿hace falta quejarse en TODAS las pelotas? ¿Hace falta llorar siempre? ¿Hace falta tanto acting? ¿Hace falta insultar de arriba a abajo a la máxima autoridad del partido? Desde este lado, creo que tiene que dar el ejemplo. Él es una de las pocas y privilegiadas caras del voley, es el conductor del equipo número 1 en el ranking mundial y de esta manera no me queda otra que pensar que es el anti-voley. Me resulta muy parecido a las artimañas a las que acuden los jugadores del Barcelona y Real Madrid cuando se ven en condiciones de inferioridad en un partido. Apelan a las quejas, al juego sucio, a llorar, en fin…a inventar.

voley campeones

Italia y Bulgaria también dieron muestras de aspirar un podio en el Mundial del año que viene. Ya lo adelanté, no es casualidad que los semifinalistas de este Final Six sean los mismos que en los pasados JJOO, recuerden lo que escribí hace unos meses sobre el voley, el deporte más justo de todos. Italia encontró en Vettori una excelente alternativa a Zaytsev, quien rinde más de punta que de opuesto, y se perfila a integrar la lista del año que viene. Para ello, habrá que ver qué ocurre con la Liga 2013/2014 si es que tiene más ruedo en el Piacenza de De Cecco. Bulgaria, por su parte, es admirable: Salvo por el líbero Salparov y el capitán Aleksiev, los demás jugadores son titulares recién desde 2012 y ni me imagino cómo estarían hoy si Kaziyski y Zhekov no se hubiesen peleado con la Federación.

argentina voley

Ahora bien, la pregunta que se hacen todos…¿por qué Argentina no da el salto de calidad? ¿por qué siempre amaga y no concreta? ¿por qué seguimos viviendo del recuerdo del 3º puesto del Mundial ’82 y Seúl ’88 o el Oro de MDQ ’95? Es complejo, muy complejo, porque tal vez ni los propios jugadores lo sepan. Se ve a un equipo muy joven con muchísimo talento que a partir de la próxima temporada estarán en las mejores ligas del planeta (al igual que la Generación de bronce). Solé, De Cecco, Bruno y Crer en Italia, Quiroga en Brasil, Pereyra en uno de los dos grandes de Bélgica, Conte viene de Rusia y ahora junto a Romanutti, Poglajen y Uriarte va a Polonia y por último, Castellani y González en Francia. Es decir, a priori todo resulta una cuestión de tiempo, por eso Weber apunta tanto a los JJOO de 2016. Sin embargo la impresión es que a Argentina a veces no sabe o no puede cerrar los sets, fundamental. Falta de experiencia no es, la clave del voley son las ganas de triunfar, de gloria, de querer ir por más. Hoy, en la Selección, ese hambre se lo ve en unos pocos nada más, esas ansias de superarse la ostentan sólo algunos. Ante la igualdad de aptitudes, la diferencia en el deporte radica en las actitudes. Si tu talento es similar al del rival, lo que inclinará la balanza serán tus deseos. Tampoco siento que sea una cuestión de jugadores, siento que en este momento, sin lugar a dudas, la camiseta celeste y blanca la visten los mejores del país. Hoy, veo a Javier Weber, a quien respeto muchísimo y considero uno de los mejores entrenadores del planeta, y lo escucho decir que “Argentina no tiene 50 jugadores de Selección como los tiene Brasil”. Claro que no los tiene, pero no nos quedemos en simplismos. No lo dijo como una excusa, lo sé, pero hay que buscar tener 70 jugadores de élite, como se está haciendo. Brasil los tiene, Rusia también y Polonia también, sin embargo, les aseguro que al ser un fanático de este deporte desde hace años, veo las ligas de distintas partes del mundo y les aseguro que Serbia no los tiene, Italia tampoco, ni Bulgaria, ni Francia, ni Alemania y menos Irán…¿y por qué se pierde contra ellos? Por la actitud con la que se encara el juego.

Así y todo, con este panorama (que a diferencia de varios, no lo siento para nada desesperanzador) no me quedan ni las más mínimas dudas que Argentina integrará el top 3 Mundial dentro de 3 años.