Por: Luana Hervier
Hace unos días, un alumno de Health Coaching me pregunto cómo hacia yo para escuchar tantos problemas de la gente, además de vivir mis desafíos del día a día y mantenerme positiva.
A lo que respondí: la diferencia entre mantener la mente negativa y positiva está en que, si te mantienes enfocado en el problema, dejas que los pensamientos y las emociones se carguen de la energía de aquello que está sucediendo; lo que hace muy difícil ver la solución y salir de un patrón negativo que se retroalimenta con cada pensamiento.
En cambio, si enfocas tu energía de manera positiva, tratando de “desapegarte” (concepto muy utilizado en la filosofía hindú) de las emociones y los pensamientos, y poniendo tanto tu atención como tu energía en buscar la solución al problema; logras guiar al otro sin vulnerar tu estado de ánimo y tu energía aumentando, por el hecho de ayudar, tu vibración. Por ejemplo, ayudando a alguien a activar algo que lo tiene bloqueado. Eso es justamente lo que hago yo como Coach.
Claro que hay situaciones en las que DEBEMOS pasar por un duelo o por algún otro proceso natural que es necesario para nuestro crecimiento. Sin embargo, en la mayoría de nuestros problemas o conflictos diarios, esta filosofía nos ayuda a caminar más livianos con una actitud proactiva; en vez de perder toda nuestra energía en intelectualizar, buscar “culpables” o victimizarnos.
Sin duda, un estado anímico negativo impacta todos los niveles de tu vida: reduce tu energía vital; induce por lo general a una mayor ingesta de alimentos –sobre todo, azucares y procesados– para “calmar la mente” o sentirte acompañado; afecta tus relaciones y hasta la voluntad para ejercitarte.
Aquí propongo entonces algunas sugerencias que pueden ayudarte:
* ¡Mueve el cuerpo! Al hacer actividad física, la energía pasa de la cabeza al cuerpo. Cuando te des cuenta, ya no vas a estar pensando en tu problema.
* Cambia de ambiente: sal a caminar un rato, ve a trabajar a un bar o busca algún lugar en el que te sientas a gusto para hacer lo que estás haciendo (o simplemente para relajarte y “pasar el rato”).
* Coloca los pies descalzos en la tierra: no me canso de recomendar esto para poder descargar energía y recargarla con la vibración positiva de la tierra.
* Júntate o llama a alguna persona que te haga bien. Las relaciones humanas son aquello mágico que nos “cargan las pilas” cuando son las personas correctas.
* Dar y escuchar a los demás: cuando estás presente para los demás y brindas tu ayuda, el foco está en que el “otro se sienta bien” y, de esta manera, generas vibraciones positivas que expanden a ambos desde el amor y la generosidad.
Espero que estos consejos nos sirvan a todos para continuar encontrando juntos el #WellnessUrbano.
¡Salud, salud, salud!
Luana
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