“La disciplina es la mejor amiga del hombre,
porque ella le lleva a realizar los anhelos más profundos de su corazón”.
Madre Teresa De Calcuta

¿Cuál es esa fuerza que te lleva a vencer la inercia, a salirte de tu área de confort y a tomar impulso hacia tus objetivos?, ¿qué es aquello que determina que tantas personas logren o no terminar una carrera,
bajar de peso, cuidar su salud, aprender a tocar un instrumento; entre otras tantas metas?. Son muchos factores que contribuyen a realizar lo que nos proponemos, pero sabemos que la AUTODISCIPLINA es fundamental.

La autodisciplina implica tener fé, saber concretamente que aquello que hagas significará siempre un paso más en dirección a tu objetivo; y que tener ese valor de dar “el próximo paso” es indispensable para llegar a la meta. No darlo, ¡es como querer irte de paseo y nunca subirte al auto!

Seguramente recuerdes alguna circunstancia en que querías tanto pero tanto algo, que te quedabas horas y horas realizándolo: estudiando para aquel examen tan importante, entrenando arduamente para llegar a algún resultado o dedicando horas y horas al trabajo para poder irte de vacaciones… ¿Recuerdas algún momento como estos? Al evocarlo, sin duda vienen a tu memoria el esfuerzo implicado, las noches sin dormir o todas las veces que tuviste que decir “no” para trabajar en tu objetivo ¿Cómo te sentiste una vez que lo lograste?. Seguramente han sido esos esfuerzos los que al final del camino te encontraron diciéndote: ¡LO LOGRE!, ¡I CAN DO IT! ; y es que no existe llegar a tus objetivos sin poner nada de ti. 

Por lo tanto, y como es de costumbre, aquí van algunos consejos que pueden serte útiles para “encender la llamarada interna” para trabajar en tu objetivo.

1-Comienza con el fuego. Introduce un pequeño cambio a diario y luego se convertirá en un hábito. Se dice que luego de 21 días de una actividad “impuesta”, ésta se vuelve habitual; si haces lo que te propusiste en el mismo horario a diario, te resultará aún más fácil.

2- Baja tus ideas a pasos pequeños y simples. Al plantearnos grandes objetivos, es común sentirse “superado” y no lograr dar ningún paso por no saber por dónde comenzar. Por lo tanto: siéntate tranquilo, y escribe aquellas pequeñas acciones que son necesarias para llegar a tu meta. ¡Es el mismo proceso que una receta! Piensa en los ingredientes que tienes que comprar, donde comprarlos, el tiempo que necesitas para cocinar, etc. Cuanto más simple sea, más fácil te resultará avanzar, recuerda que llegar es la suma de tus pasos y no cada uno en concreto.

3- Aprende a decir “NO”. La mayoría de las veces no podemos realizar aquello que necesitamos porque  nos invitan a algún lugar, nos piden ayuda o surge algo a último momento. ¿Te pasó? Lo mejor que puedes hacer es SABER QUÉ ES AQUELLO QUE TIENES QUE HACER y decir, por ejemplo: “te pido mil disculpas, pero ahora estoy muy enfocado terminando un proyecto” o “me propuse hacer ejercicio todos los días a tal hora, ¿podemos encontrarnos en otro momento?”.

* Recuerda: cuando respetas tu tiempo y tus objetivos, inspiras a los demás a hacer lo mismo con sus vidas.

¿En qué área de tu vida necesitas encender ese fuego para lograr algún objetivo que has estado posponiendo?, ¿cuál de estas propuestas puedes poner en práctica a partir de hoy? .

Aplica estos y recibe más consejos el próximo miércoles en el blog #WellnessUrbano, en el artículo Cómo encender la disciplina en nosotros- Parte 2.

Como siempre, espero sus comentarios en mi Facebook.

¡Fuerza, fuerza y mucho fuego!

Luana
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