Tú eres un consumidor irresponsable…cinco tips para remediarlo

Hace poco más de un año adquirí una impresora láser a color; un equipo doméstico pero robusto. Recientemente me avisó con una lucecilla parpadeante que uno de los cartuchos de toner estaba por terminarse; cuando se agotó no pude imprimir una sola hoja más, aún cuando la imagen no fuera a utilizar ese color.

La impresora había tenido un precio de $450 usd, por lo que me sorprendió que cada cartucho costara $110 usd; prácticamente un cuarto del valor de la impresora por algo que era simple polvo; la utilidad para la marca debía ser enorme dado dado que el costo debía ser marginal. A los pocos días de comprarlo, el indicador de otro color comenzó a encenderse. Decidí revisar todos de una vez… Prácticamente ninguno de los tres restantes duraría un mes más, por lo que hice cuentas. El cambio de los cuatro cartuchos sería el equivalente de comprar una impresora nueva con cero desgaste y modelo actualizado. Me pareció un absurdo. Poco después me deshice de mi impresora.

Me puse a reflexionar sobre el hecho y a revisar otros de mis bienes de consumo. El modelo de mi iPad pertenece a la primera generación y funciona perfectamente, sin embargo algunas apps ya no corren en ella. En cuanto a smartphones me percaté de que cambio el modelo casi cada dieciocho meses, ya sea porque comienza a parecerme lento o porque de verdad se vuelve obsoleto para el entorno tecnológico. Este fenómeno no se limita a la electrónica; para aquellos que corren por las mañanas, el concepto de que los tenis “caducan” al recorrer cierta distancia no será nuevo… aunque parezca que pueden dar un poco más de sí.

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La sustentabilidad no es sexy…tres consejos para hacerla irresistible

En el pasado World Marketing Forum celebrado en la Ciudad de México en el mes de junio, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Martin Lindstrom, con el único fin de hacerle una pregunta ¿Cuál es la relación entre el marketing y la sustentabilidad?

Al gurú del Neuromarketing  no le tomó mas que un par de segundos responder:

—Creo que el problema con la sustentabilidad es que no es sexy. Tan pronto escucho la palabra, me quedo dormido y creo que los consumidores también.—

Lo más triste de la situación es que tiene razón ¿Esto indica que la sustentabilidad es un tema sin importancia? Por supuesto que no. Es una de las dos grandes revoluciones que están catalizando los negocios hoy en día; sin embargo, no es algo por lo que las personas se interesen mucho ¿Es culpa de ellas? En absoluto. Es culpa de las empresas, que no han sabido transmitirles el valor del concepto a sus clientes y también es culpa de nosotros, los marketers, porque no hemos hallado el camino para hacerla lo suficientemente seductora como argumento de venta o peor aún, no la hemos comprendido como estrategia de negocios.

¿Qué hacer entonces? Una respuesta obvia y funcional es… Benchmarking. Observar quiénes están teniendo éxito manejando su organización de forma sustentable y exprimirles las mejores prácticas para volverlas estrategias a seguir. Analicemos brevemente algunos ejemplos y tratemos de sintetizar tres consejos para hacer irresistible la sustentabilidad.

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De “locos” sustentables y 10 cuentas de Twitter a seguir

Esto es para los locos. Los inadaptados. Los rebeldes. Los problemáticos. Los que no encajan en ningún sitio. Los que ven las cosas de otra manera. No siguen las reglas. Y no tienen ningún respeto por lo establecido. Puedes alabarlos, puedes no estar de acuerdo con ellos, puedes citarlos, puedes no creer en ellos, glorificarlos o vilipendiarlos. Pero la única cosa que no puedes hacer es ignorarlos. Porque ellos cambian las cosas. Ellos inventan. Ellos imaginan. Ellos curan. Ellos exploran. Ellos crean. Ellos inspiran. Ellos impulsan la humanidad hacia delante. Quizás tienen que estar locos. ¿Cómo si no puedes enfrentarte a un lienzo vacio y ver una obra de arte? ¿O sentarte en silencio y escuchar una canción que nunca ha sido escrita? ¿O contemplar un planeta rojo y ver un laboratorio sobre ruedas? Mientras algunos les ven como los locos, nosotros vemos genios. Porque la gente que está lo suficientemente loca como para pensar que pueden cambiar el mundo, son los que logran hacerlo.

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