#YoVi Love, love, love

#YoVi

No soy de las que elige esas obras que “te hacen pensar”. Pero Love, love, love me fascinó y no sólo porque “me hizo pensar”, sino porque me llevó a recapacitar sobre cuestiones personales y a promover cambios en mi vida, que no vienen al caso contarles en esta nota.

Prefiero explicarles por qué recomiendo que vean esta obra que se presenta en el Multiteatro y que cuenta con actuaciones realmente maravillosas. Porque sólo artistas “con mucho escenario encima” podrían cumplir estos roles y hacer tres personajes (el mismo en tres edades diferentes) que resulten creíbles, queribles y odiados a la vez.

Tengo que destacar a Gabriela Toscano, una actriz de más de cuarenta años de trayectoria, que se luce en el rol de Sandra, una mujer que a sus 19 años y a fines de la década del ’60 es una exponente de la vida hippie en Londres, una luchadora por los ideales femeninos y por la libertad, que se permite consumir drogas y tener sexo con quien quiera.

Sandra deja a Leo (Martín Slipak) para comenzar una aventura con el hermano de su novio, Daniel, interpretado por Fabián Vena, quien logra un personaje extraordinario, tan hippie como Sandra y con los mismos ideales.

Sin embargo, la edad, la sociedad y, posiblemente, el qué dirán, los llevan a cambiar de rumbo y comenzar juntos una “vida común y corriente”, en la cual no son felices, pero trabajan a diario y siguen adelante sin acordarse de esos ideales que un día los unieron.

Es ahí cuando el público, totalmente cómplice de la historia, seguramente piensa -al menos es lo que me dijeron algunos espectadores con los que pude hablar luego de la función- en lo que cada uno deja de lado por seguir los mandatos que impone la sociedad.

Y esta obra, dirigida por Carlos Rivas, pero creada por el multipremiado Mike Bartlett, muestra de la manera más cruda como, a pesar de tratar tener “una vida como la de todos”, muy en el fondo pesa la personalidad de cada uno y cuesta hacernos responsables de algo cuando no es realmente lo que queremos.

En este caso, Sandra y Dani muestran lo poco preparados que estaban para ser padres. Sin embargo tuvieron dos hijos, Rosi (Vanesa González) y Teo (Santiago Magariños), ambos víctimas de tener que vivir en un hogar totalmente disfuncional, en el cual los padres no los escuchan, no les prestan atención, son infieles y sobre todo, infelices.

En la tercera y última parte de la obra, con los niños ya adultos y los padres en edad de jubilación, por un pedido de Rosi, que a los 37 años está soltera, con un trabajo que no le deja dinero, sin casa y sin auto, la familia se vuelve a unir para nuevamente no escuchar el reclamo de su hija, que pretende que sus padres abandonen sus comodidades y le compren una casa.

En ese encuentro, Sandra y Dani descubren que nunca dejaron de quererse y que nunca es tarde para volver a las raíces. Con el tema All You Need Is Love, de Los Beatles, el mismo que escucharon en su primera cita, se reconcilian y se proponen vivir todo aquello que no disfrutaron, dejando como moraleja que es preferible seguir adelante con los ideales, aunque nunca es tarde para acordarse de qué es realmente lo que nos mueve en la vida.

http://youtu.be/zLGWyfGk_LU

Por Natalí Harari
@NatiHarari