Hay una especie especial específica de caballeros conocida con el nombre de escurridizos, del latín nocompromisum, más conocidos por los “sí pero no”. Hombres gentiles y de buen humor que van prometiendo con pequeños actos, barriles de eternidad para las muchachas desprevenidas. Tienen el don de la seducción a flor de piel, son encantadoramente espontáneos y no necesitan ninguna estrategia; esos artilugios se los dejamos a los feos que son los que aportan las grandes ideas al Manual de Estrategias de Levante y Abandono. Saben cuándo victimizarse al encontrarse con un alma maternal o hacerse los héroes cuando una personalidad apocopada se presenta ante sus labios. Calculan cuándo sonreír y en qué momento pegar el zarpazo. Continuar leyendo