Lo violento. Ni la violenta, ni el violento. Lo violento.
Todos podríamos definir al ser violento. Todos sabríamos responder a la pregunta del “qué es ser violento”. Pero… ¿cómo se es violento? El “cómo” interroga a lo neutro, se pregunta por “lo violento”, ni por el, ni por la, por lo. ¿Cuántos tipos de violencia hay? No es lo mismo la violencia de género que la violencia vincular. No es lo mismo la violencia del enfermo que el enfermo de violencia. Violencia y agresión ¿son sinónimas? ¿Hay una violencia justificada y otra deplorable? ¿El que aparenta más fuerza es, en definitiva, el más violento? ¿Puede una mirada silenciosa ser catalogada como violenta? ¿Todo delito es violento o toda violencia es delictiva? La violencia es situacional, o es un concepto binario que no admite debate. No debatir ¿es violento? O hay cosas que no se debaten. ¿Uno puede defenderse sin ejercer la violencia?
Y la gran pregunta: ¿Se “es” violento o se “está” violento? La primera es pura existencia, carácter y neurosis, la segunda es situación, circunstancia y – también – neurosis. Continuar leyendo