Cuento El hombre de traje verde

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“Buscando Paz”

En un país donde la pobreza y a la vez la tecnología inunda cada espacio mostrando la dualidad de dos mundos unidos pero tan distantes, la cultura de los indios se mezclaba con la modernidad de los tiempos que corren. Hacia solo dos días que había llegado a este país tan distinto, donde mis raíces se encontraban, la incertidumbre me inundaba completamente en cada momento. Solo observaba sin poder sacar conclusiones, era una contexto diferente, ajeno, que me abrumaba.
Esa mañana salimos muy temprano con mi mama, mi hermana pequeña y mi primo recién conocido, a caminar por las calles sin rumbo definido. Todo era desconocido. La capital de este país era como un gran hormiguero, donde los puestos estaban jerarquizados y donde se distinguían los manifiestos de cada individuo sin necesidad de preguntar nada, las diferencias eran muy claras. Luego de un largo recorrido nos encontramos a la hora del almuerzo con otra prima, para tal fin. Buscamos especialmente un lugar típico para comer las famosas empanadas salteñas.
El bar de dos pisos, enmarcaba nuestras conversaciones que no terminaban. Pensar que eran parte de mi familia que recién nos relacionábamos. Entre charla y charla, tres hombres de traje se sentaron en la mesa de al lado. Al mirarlos me sentí atraída por la mirada de uno de ellos de traje verde, de tez morena, cabello oscuro, mostraba tener alrededor de unos treinta años. Su perfil, su mirada profunda me resultaba atractiva. Su conversación lo mantenía concentrado, intentaba justificar ideas, planteaba argumentos que aunque no oía de que se trataba la charla eran notorios; la forma me daba indicios de su talante. Sentía vergüenza al querer observarlo ya que mi madre se encontraba a mi lado y a pesar de mis veintidós años, mi inocencia todavía se manifestaba como una adolescente en sus primeros bailes. La experiencia no había logrado perder mi ruborización inicial y sentía que la mantendría como un rasgo característico de mi personalidad, que no se modificaría a pesar de los años. La timidez de la atracción no la podía vencer, lo observaba atónita y al mismo tiempo indiferente, ya que mi mirada se perdía en el aire pensando en que era una doncella de los cuentos de hadas, esperando que el príncipe viniera a buscarme, él tendría que dar el primer paso mientras ella esperaría encerrada en la torre sin dar mas que suspiros al aire, creyendo que el viento se encargaría de llevarlos a su encuentro, atrayéndolo a sus encantos.
En un momento sentí que él también me observaba y a partir de entonces un juego de seducción sorpresivamente despertó entre los dos. Nuestras miradas se cruzaban y como en un hechizo nos observábamos, no necesitábamos las palabras. Paralelamente, él dialogo de mi mesa se desarrollaba. Sabia que no me encontraba en esa mesa, mi mente vagaba por la profundidad de mis pensamientos, el pudor de mi interior afloraba incontrolablemente. Para que mis nervios no fueran visibles, ya que su mirada me intimidaba, tome unas hojas de papel y me puse a dibujar. El juego, me parecía asombroso, indescriptible y a la vez divertido. Tenia cerca a mi madre, el límite de que nada pasaría, todo quedaría en un intercambio de miradas; pero me equivoque.
Los minutos pasaron y el almuerzo había llegado a su fin teníamos que continuar nuestra jornada, así que nos dispusimos a irnos. Al levantarse todos, junte apresuradamente mis lápices ya que inconscientemente tenia miedo de que pasaría si me quedaba. Al disponerme a ir para la escalera, siento una mano en mi hombro. Era el hombre del traje verde con mirada profunda que me tomaba desprevenidamente, no podía creerlo.
Estaba nerviosa, la situación me parecía inmanejable. Mi mama a pocos metros se encontraba; pero parecía que a él no lo intimidaba ya que me mira y me dice: “No quieres que nos conozcamos”. Me pidió el teléfono, pero realmente no lo sabía, hacia solo un día que habíamos llegado a esta ciudad tan alta. Asimismo, me resultaba totalmente sin importancia saber el teléfono de donde nos alojábamos, y no podía pedírselo a mi madre ya que la conocía y sabia que nunca me comprendería que ese hombre realmente me atraía aunque ni supiera su nombre. Pensé en una alternativa. Tímidamente le dije que escribiera el suyo en una de mis hojas.
Su nombre apareció en mi cuaderno, su letra lo reflejaba, acompañado de dos números telefónicos que quizás propiciarían un encuentro. No podía creer lo que estaba sucediendo, mi mente no podía emitir palabras ya que estaba totalmente inmersa en una carrera de sensaciones y de pensamientos. Ese hombre se había animado a hablarme adelante de todos y a la vez de nadie, la atracción había sido más fuerte que cualquier obstáculo. No puedo negar que me tomo de sorpresa y quede muda mientras él me observaba y me hablaba, no podía hilar oraciones. Estaba atónita, me dijo unas cuantas frases mas, a las que no podía darle una respuesta. Los nervios me invadieron aunque su mirada me hacia recordar cuanto lo deseaba. Era como que aunque quisiera salir de la torre del castillo donde me encontraba sin cadenas, me encontrara apresada.
Baje las escaleras del lugar como si me escapara de algo; realmente me había sentido invadida mientras no me encontraba preparada, me sentía indefensa ante la sorpresa de su acción. Salí de ese bar con la mirada perdida, mientras mi madre hablaba comentando lo atrevido de ese hombre desconocido, pero dentro de mí sentía que su acción había sido totalmente fascinante. Si no lo hubiera hecho, la situación se habría reducido a algo sin relevancia, tal vez la hubiera recordado como algo que podría haber sido creada por mí desarrollada imaginación. A pesar de que las horas pasaron y los lugares cambiaron, su mirada me perseguía con el solo movimiento de cerrar los ojos. Preguntas sin respuestas encontraba, recordaba el bar nosotros dos enfrentados y me daba cuenta que no le había dado ni una señal de lo que me pasaba.
La tarde transcurrió, me sentía mareada invadida, perdida era una ciudad que parecía sin rumbo. Observaba su gente, mientras tanto comenzó a lloviznar por esa gran avenida, donde la mirada de una pequeña de unos solo siete años aproximadamente, llamo mi atención. Sus ropas eran raídas por la pobreza y a la vez coloridas, sus hojotas sucias y viejas mostraban la calidad de su vida. Era tan solo una niña que me sonreía y se escondía atrás de unas columnas, pero detrás de esa sonrisa podías observar su tristeza, su falta de alimentos, su madurez a pesar de sus pocos años, la gran cantidad de vivencias que ha tenido que enfrentar para sobrevivir en este mundo tan desigual. Su inocencia no la encontraba, ya la había perdido, la calle la había hecho crecer sin respetar esa instancia, sus juegos no habían existido dada la necesidad de pedir una beneficencia. Fueron solo unos segundos donde nuestras miradas se cruzaron, ella desapareció entre el tumulto de la gente, sin que ni pudiera ayudarla con unas monedas que a mi no me hubieran significado nada y tal vez a ella tanto. Pero sus ojos perdidos sin esperanzas se mantendrían vigentes en mi memoria para alertarme cuando sintiera que no tenga posibilidades de cambio.
Los lugares turísticos transcurrieron a lo largo de la tarde. Mi mente se encontraba en otro lugar. Quería llamar al hombre del bar, pero sentía a mama detrás de mí a cada instante. Sentía mi libertad coartada. Las salidas se programaban constantemente, y todas eran en torno familiar. Al otro día, marque ese número con expectativas contrariadas, cierta vergüenza me dominaba, ya que realmente no sabía quien era ese extraño. Pero aunque insistí, no hubo respuesta, él no se encontraba. Cuando ya me encontraba acostada dispuesta a dormirme, me dieron ganas de llamarlo pero en vez de seguir mis instintos preferí que la vergüenza me dominara.
Los días pasaron y recién intente volver a llamarlo una noche a dos días de volverme. Nuevamente no tuve contestación, no entendía porque el destino no quería que nos juntáramos. Aunque sea quería saber quien era, que hacia, a que se dedicaba; pero parecía que no iba a poder averiguarlo.
El fin del viaje era el casamiento de mi prima, por lo tanto el
acontecimiento sucedió y yo ya tenia que volver a mi país a cumplir con mis obligaciones. Pero el recuerdo de la mirada de ese hombre no había desaparecido, aunque tan solo supiera su nombre.
El día de mi partida me levante con la necesidad de probar marcar nuevamente esos números pero ya sin esperanzas. Era la ultima chance, solo horas me quedaban en este sitio, tenía la sensación de que ya no tenía sentido volver a intentarlo, pero nuevamente me equivoque. Una voz se escucha a través del tubo, era él, y nuevamente los nervios surgieron. Una energía brota y me recorre internamente por todo mi cuerpo. Era un fuego de pasión postergado, no consumido que quedaba pendiente. No tenia lógica lo que me sucedía, no tenía tiempo, éramos totalmente desconocidos por los parámetros externos.
La charla transcurrió sin darme cuenta, las preguntas sucedieron sin ni siquiera reflexionarlo. Mi nombre recién entra en escena. Todo era tan extraño, y tan solo fue un llamado para cerrar algo si realmente algo había pasado. Las elecciones presidenciales se habían desarrollado en Bolivia mientras me encontraba y él estaba en una de las listas que había ganado, por eso no había podido contactarlo. Si hubiera dejado un mensaje con un teléfono me hubiera localizado. Los minutos pasaron y al cortar el teléfono sentí que me había perdido de algo, que realmente tenia que aprender a no dejar de pasar el tiempo. Llegue al aeropuerto con la mirada perdida. No podía dejar de pensar en que tal vez apareciera por esas grandes puertas para buscarme, porque no le dije que fuera al aeropuerto, por que el silencio le gano la batalla al vuelo, porque la timidez de no conocerlo pudo mas que las ansias de querer verlo. Quería que el avión no saliera, soñaba con cambiar la historia, un día mas pedía, una oportunidad solicitaba.

Como un llamado al cielo, no había lugar para mi hermana ni para mí en el avión que supuestamente nos llevaba de regreso. Los minutos pasaron entre discusiones de mi madre con las señoritas de la compañía aérea, mientras mis ojitos vislumbraban una esperanza. Sin dudarlo busque las ultimas monedas que tenia en mi bolsillo para llamarlo, para que viniera a buscarme, o aunque solo para que volviéramos a encontrarnos. Marque esos números con una ansiedad tacita que no podía disimular, no contestaba nadie, creí que había marcado erróneamente así que con suma calma volví a repetir el procedimiento sin obtener respuesta. Sin poder comunicarme. No podía entenderlo por mas que intente ya no estaba. El problema con la compañía aérea se arreglo y hubo lugar en el avión. No podía disimular mi decepción, no quería volver, quería solo un día más, pero no pudo ser.

Al llegar a mi hogar, y prender la computadora para ver los emails, en la casilla tenia un mensaje de él que me daba esperanza. Tal vez porque no necesitaba más que esas palabras para saber que los caminos tal vez nos cruzarían, tal vez porque me di cuenta que no todo esta perdido aunque uno a veces no das ciertos pasos. En todo caso ¿cómo es eso de que las cosas no siempre tienen un final feliz?
Si tal vez recién empiezan.

Elige tu propia aventura

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María de los Milagros Baylac es una artista plástica bahiense que en 2005 decidió dejar su profesión de lado para volcarse de lleno al mundo del arte. Soñadora, viajera, apasionada y multifacética, sus trabajos incluyen murales, decoraciones e ilustraciones para diferentes marcas.

En su blog #ColoresDeMilagros se autodefine como una artista plástica de todo, ya que ha desarrollado su arte en múltiples soportes: cuadros, remeras, sillones, paredes, mesas, bares y “lo que pase delante de mis ojos lo puedo transformar con colores también”.

Apasionada de la vida y viajera incansable, María es licenciada en Relaciones Internacionales, egresada de la Universidad de El Salvador, aunque en 2005 decidió dejar su trabajo en el Ministerio de Relaciones Exteriores para darse una nueva oportunidad en la vida.

-Contanos acerca de tus comienzos en el mundo del arte y cómo se fue desarrollando esta pasión con el paso del tiempo.

Empecé a pintar porque me enfermé de bulimia y anorexia. Siempre había sido creativa desde niña y soñaba con ser artista, pero me imaginé actriz. Por la enfermedad tuve que faltar al colegio secundario y para recuperar plástica tuve que pintar un cuadro y, al hacerlo, no pude dejarlo más. Al principio pintaba para mí, era mi hobby, mi manera de expresarme y comunicarme conmigo misma. Al mismo tiempo me iba sanando de la enfermedad, ya que cualquier enfermedad psicosomática se debe a no poder uno expresar lo que siente.

Nunca fui a estudiar, mi manera de aprender fue la constancia, hacerlo porque me gustaba, experimentar con lo que veía en la realidad, jugar. Los caminos del destino o la sincronía me fueron llevando a que me hiciera cargo de las riendas de mi vida para ser artista. No fue fácil y claramente tuve que tomar varias decisiones, pero mi necesidad de comunicar y compartir siempre fue la base de mi arte.

Trato de mostrar sentimientos, sensaciones, compartir la realidad que veo desde otros ángulos. Mi primera exposición se llevó a cabo de casualidad porque fui a un cumpleaños y me puse a hablar con un desconocido que era el dueño del lugar donde se desarrollaban exposiciones. Y la primera vez que firmé Maria Baylac, vendí el cuadro. Era en una playa en el morro de Sao Paulo, en Brasil, en unas vacaciones, y sentí que era una señal y empecé a firmar con mi nombre.

-¿Cómo decidiste dejar tu profesión para dedicarte exclusivamente al arte?

Primero incursioné con la moda, hacía remeras pintadas a mano. Para mí era un desfile de mis cuadros en la calle y podía expresarme y, sobretodo, probar si mi arte funcionaba. Ahí entendí lo subjetivo el arte: las remeras que menos me gustaban eran las primeras que se vendían, lo que a mí no me gustaba a otro sí. Ahí entendí que lo importante era el mensaje, lo que comunicaba al hacer mi arte, mi mensaje.

Durante 6 años trabajé en la Cancillería argentina, siempre estaba por renunciar y algo pasaba para que me quedara, pero en un viaje a Australia que nada salió como esperaba, en el avión de regreso me encontré con un colombiano que me dijo que tenía que confiar en el universo y saltar, que si era artista no podía estar detrás de un escritorio. En realidad, me dijo lo que mi alma me decía todo el tiempo, pero no quería hacerme cargo. Era más sencillo seguir con el camino fácil y hacer las dos cosas, la oficina y mi arte.

Así fue que después de descubrir que el peor enemigo era yo misma y la que tenía miedo era yo, decidí renunciar con 27 años y darme la oportunidad de ver qué pasaba. Hace 10 años  vivo del arte y todas las mañanas agradezco poder hacer lo que me gusta. Admiro de mi misma que me animé, porque al renunciar no tenía nada claro, pero al hacerlo amplié mi campo de acción, amplié mis posibilidades al hacer.

-Hablanos de tus colores, ¿qué intentan comunicarle al mundo que los ve?

Sentimientos. Creo que pintar es unir el mundo consciente, lo que vemos, con el inconsciente, lo que sentimos, y me gusta poder utilizar el arte como medio para mirarme dentro. La posibilidad de pintar la realidad con los colores que mi alma ve o contempla. A veces cuando estoy triste o desorientada pinto y muchas veces al hacerlo puedo ver señales, caminos para continuar. Pintar me genera mucho placer y trato de ser verdadera con mi ser al hacerlo. Disfruto de pintar y disfruto de compartir mis colores. Si puedo alegrar a alguien o contagiarlo de manera positiva, al hacerlo me siento útil.

-Sos multifacética, has volcado tu arte en múltiples proyectos…

La verdad que yo creo mi vida a cada instante, me gusta el concepto de “elige tu propia aventura”. Siento que no hay una cosa, sino muchas que me gustan y que disfruto. Lo que más me gusta es sincronizar o unir mi trabajo con mis viajes. Amo viajar, descubrir el mundo, ampliar mi horizonte, conocer más gente, disfrutar de otros sentidos, explorar sabores.

Mi actividad artística se encuentra dedicada a revalorizar el lugar de la mujer, a conectarse con la intuición y la capacidad de crear, además de trabajar para los niños y el niño interno que todos llevamos dentro. Mi trabajo incluye murales, indumentaria, decoraciones e ilustraciones para diferentes marcas y proyectos artísticos en Argentina y el mundo. He sido seleccionada para representar al país en la Copa de la Reina en Londres y en Saint Tropez, interviniendo una montura de Polo para  INPROTUR y La Martina.  Trabajé comunicando la imagen de Campari por el aniversario de los 150 Años y para otras marcas como Jazmín Chebar, Infinit, Bensimon, Absolut, Nokia en Londres, Love Miuka, Coty, Fradusco, Revista Pokerface, Lancome, Adidas, Puig, entre otros.

El año pasado participé de la Segunda Bienal de Arte en Chaco.  Intervine toda una escuela audiovisual infantil en Belén de los Andaquies, en Colombia, en un pueblo en donde se encuentra el conflicto armado, apoyada por la ONG “Tomando Conciencia”. Doy talleres de arte terapia porque estoy convencida del poder de sanación que tiene la pintura y acabo de regresar de dar talleres a rusos en Moscú, demostrando que cuando se enseña desde el sentir no hay nacionalidades ni fronteras.

He participado en varias exposiciones individuales y colectivas en el país y el exterior. Di una Tedx sin prepararla, solo abriéndome a compartir lo que sentía sobre lo que es la pasión para mí.  Vivo apasionadamente, yo me encontré a mí misma y me gusta compartir que se puede. Además actualmente escribo un blog en INFOBAE.

-¿La elección del soporte es una decisión que tomás previamente a realizar una obra o surge espontáneamente? ¿Podrías describir cómo es tu proceso de creación?

Veo lo posible en lo imposible y mi obra no tiene soporte premeditado. En realidad no me gusta hacer bocetos, ni tampoco perder tiempo. Me gusta que lo que haga tenga un fin o un lugar destinado, por lo tanto trato siempre de ser sustentable con mi obra. Si puedo hacer algo para cambiar la realidad que puede beneficiar a otros lo hago. Me gusta pintar murales porque creo que  podés dar mensaje a más personas y al mismo tiempo reciclás esa pared y le das vida.

Muchas veces sueño con lo que voy a hacer, o simplemente me dejo impregnar con información de lo que tengo que hacer. Me nutro, miro fotos o leo sobre lo que tengo que contar y sale. Soy como una computadora a la cual ingreso datos y luego sale convertido en obra o en dirección. Me gusta sorprenderme de mí misma con mi obra y claramente lo hago día a día. Me gusta estar entretenida y de aventura, por lo tanto me gusta decir sí aunque no sepa bien cómo resolverlo. Pero al decir sí, algo sucede para lograrlo.

-¿De qué se trata el Arte Terapia? ¿De dónde proviene para vos el poder de sanación que tiene la pintura?

Para mi el arte terapia se basa en aprender a sanar desde el juego, desde lo lúdico, desde la experimentación. Estamos todo el tiempo tratando de que otros nos solucionen la vida y no responsabilizándonos de nuestra vida. El arte nos ayuda a conectarnos con nosotros, a comprometernos con quienes somos y con la necesidad de ser constantes. Para mi, pintar te da la posibilidad de  conectarte con el artista que todos llevamos dentro, con tu alma, con tu voz hacia afuera. Pintar no tiene que ver con saber dibujar, sino con permtirte jugar. Todos tenemos una forma de contar con colores y hay que descubrirla. El arte nos hace bien. Somos seres que necesitamos expresarnos y vincularnos con otros, pero primero debemos conocernos, escucharnos. Creo que el arte te ayuda a estar cerca de tu ser, de tu voz interior. Te aclara las ideas para encontrar o acercarte a tu camino.

Cantar y bailar y hasta actuar o escribir son expresiones que naturalmente se encuentran estimuladas por el exterior pero nos olvidamos continuamente de pintar. ¿Por qué? Pintar es conectarse con nuestra alma por un ratito y poder llegar a ver nuestro interior y tener que aceptarlo, porque exteriorizamos en una hoja de papel cómo nos sentimos, cómo nos vemos, lo que buscamos. A veces, al mirarlo, nos asustamos y pensamos que no servimos. Pero si dejamos pasar unos minutos, entendemos que podemos resolver lo que no nos gusta. Y que a veces lo que no nos gusta, si lo dejamos reposar, nos sorprende.

Entendemos que no tenemos un solo camino. Que siempre activando y cambiando y continuando, haciéndolo, modificamos nuestro dibujo y alrededor, hasta poder ver que nos enamoramos de lo que hicimos.  Eso significa que nos enamoramos de nosotros mismos y nos sorprendemos de ello. Pintar es como la vida, es entender que del mayor error podemos llegar a encontrar la mejor obra. Jugando nos permitimos explorar y sorprendernos y encontrar sensaciones y emociones que ni sabíamos que teníamos. Y que, después de hacerlo, nos sentimos tan satisfechos que queremos volver a empezar.

-¿Qué significan los viajes en tu vida? ¿Cómo fue la experiencia en Rusia?

Viajo para pintar y pinto para viajar. Trabajo para juntar dinero para hacerlo una y otra vez. Desde que soy chica que miro al globo terráqueo y quiero conocerlo. Para mi viajar es la posibilidad de extender mi vida, lo cual me llena de experiencias y riquezas que nadie puede sacarme. Es una inversión en mí misma. Me hace bien y me da la posibilidad de encontrarme con quien soy. Los viajes que he hecho me hacen quien soy también.

La experiencia de Rusia fue maravillosa, porque sentí que pasé una prueba. Me demostré a mí misma que cuando uno comparte desde el corazón y enseña desde el sentimiento no hay fronteras ni barreras para llegar al otro.

Fui de vacaciones a Rusia y ante mi sorpresa termine trabajando. Di 18 talleres a rusos en Moscú con gran aceptación del público y un mimo a mi alma, dado que la primera semana vinieron todas personas que estudian arte terapia, cosa que nunca estudié, solo aprendí a sanarme a mí misma y comparto mis experiencias.

Rusia fue entender que hay más de una realidad y que a veces simplemente hay que ponerse en los zapatos de otros para entenderlos.  Pensaba que eran fríos y diferentes a nosotros, pero luego de uno o dos encuentros me sentía que estaba enseñando en mi taller en Buenos Aires. Lograba el mismo resultado, demostrándome que todos somos iguales.

-¿Cómo es volver hoy a Bahía Blanca para dar charlas y exponer tus obras? ¿Cuáles son los recuerdos que guardás de la ciudad?

A Bahía Blanca vuelvo principalmente por mi familia, a visitarlos. Que me eligieran para dar la charla TEDx fue un mimo a mi alma. Creo que Bahía Blanca fue perfecta para querer salir a conocer el mundo, necesitaba ver más. Al mismo tiempo la posibilidad de montaña (Sierra de la Ventana) y mar (Monte Hermoso) me hizo sentir que siempre había posibilidades, que se podía elegir.

Los recuerdos tienen que ver sobre todo con mis sueños, vivo la vida que me imaginé cuando era chica y vivía en Bahía Blanca. Creo que a Bahía le falta todavía una identidad propia. Le faltan justamente colores y creo que esa falta hizo que encontrara mi necesidad de expresarlos. Cuando era chica,  tuve una visión yendo caminando desde mi casa al colegio todos los días: “poder pintar algún día todas las casas viejas y grises de mi ciudad para alegrar a las personas”.

Con sólo una acción se puede hacer la diferencia y es lo que intento hacer con mi obra. Me gusta que el arte esté en lo cotidiano, por eso llevé a cabo Bancarte, un proyecto donde se pintaban las plazas de mi ciudad. Ese mismo modelo lo he compartido en hospitales en este último tiempo. El color hace bien, alimenta el alma,  nos alegra. Como seres humanos venimos a ser felices y a cumplir sueños y eso trato de contagiar con mi obra, la alegría de vivir.

 

Gracias a la Revista Deck por la entrevista, el link de la nota es el siguiente http://www.revistadeck.com/nota/370/elige-tu-propia-aventura

Robo a la confianza

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Para empezar este relato tengo que empezar desde el principio. El primer día que llegue a Delhi con varios miles de dólares en mi ombligo claramente la imagen de Tailandia y de que me robaran me apareció en la mente, en realidad porque uno siente desprotección ya sea en un tuktuk o caminando por las calles con ese dinero, pero en las circunstancias actuales de nuestro país es la única forma de viajar ya que la tarjeta de crédito en pocos lugares te la aceptan de china e india. El segundo día de estar en Delhi con la emoción del buen día que tuve, entre a mi habitación, me bañe y me quede dormida. Al despertarme, no había dormido con el guarda dinero en la cintura y al buscar la llave del cuarto descubro que la llave me había quedado puesta en la puerta del lado de afuera. Ese día me sentí protegida, y no se lo conté a nadie. Y gracias a ello me relaje un poco de pensar en “robos” y claramente con el paso de los días, India me pareció segura, como que hay engaños pero no sentí que la gente se adueñara de lo que no es suyo. Los indios me parecen buena gente. Lo mismo seguí durmiendo con el dinero puesto y lo llevaba por todos lados. Tome recaudos de dejar dinero en Delhi en manos de una persona de confianza en caso de cualquier inconveniente y siguiendo los consejos de mi amigo Santiago guarde dinero repartido en distintas partes de mis dos mochilas por cualquier cosa. Así viaje durante dos meses por India durmiendo en hoteles sin problemas y solo en tres hostal estuve por el ambiente, compartí habitación con viajeros y siempre con el dinero a cuestas. El día que me olvide la mochila en el taxi en Mc Leod en su interior contenía 500dolares que fueron devueltos con todo su interior, sentí hasta el milagro de sin tener ni la placa del taxi otros indios me ayudaron a contactarlo con solo decir donde lo había tomado. Una bendición.

Al llegar a goa, tenía otro plan, no parar en un hostal pero los reviews, la suerte o los papelitos me llevaron allí. Era extraño estar en un lugar que parecía una prisión, con rejas y hasta utensilios como en una, pero la gente y el ambiente hacia que conocieras gente al instante y realmente decidí quedarme y hasta decirle a mi amiga alemana de quedarnos allí en vez de buscar un cuarto para nosotras. Yo estaba en una celda vip y solo me toco compartirla 3 de las cinco noches que estuve. Tenía mi baño para mí y me encantaba, hasta meditaba a las 6am mirando el sol que entraba por la ventana. Cuando vino mi amiga me quede en mi cuarto ya que estaba cómoda y ella se fue a un cuarto con más gente. El primer día lleve el botín en mi ombligo con ya mucho menos dinero y me sentí insegura, dado que andaba en la moto y en la playa y tener el dinero conmigo no era bueno. Así que el segundo día viendo la onda del hostal había cámaras de seguridad y siempre gente decidí dejar la plata en la mochila con candado. Dos veces saque plata del botín para comprar regalos, pagar la moto que había roto y el pasaje a Delhi y la ultima vez hice las cuentas de cuanto me quedaba allí. Siempre me encontraba sola en el cuarto y de hecho la noche que conté el dinero dormía sola. Al otro día me fui de aventura en moto con un amigo a Panjim y Old Goa y a la vuelta me encontré con la sorpresa de que mi amiga alemana había llegado. Volví a abrir la mochila donde guardaba el dinero y todo estaba bien y nos fuimos para la playa. Entrabamos y salíamos del hostal ya que quedaba en camino de todo y tenía un nuevo compañero en el cuarto que era americano. Ni hablamos ya que estaba enfermo y cuando llegue estaba durmiendo, pero tenía el teléfono sobre su pecho porque se quedo dormido y se lo puse en el suelo para que no se le rompiera.

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Al otro día salimos de compras con Rici ya que era la feria del miércoles. Regateamos, compramos y nos divertimos en un mercado entre palmeras lleno de puestos con todas las cosas de india. Mi mochila ya no tenía espacio pero conseguí el regalo para mi papa y otras cositas que necesitaba, pero ya poco podía comprar. Como me acabe el dinero y haciendo las cuentas de los días que me faltaba tenía que cambiar mas y como Rici también terminaba su viaje compro los regalos y estábamos cargadas. Decidimos después de comer en la playa parar en el hostal en el camino para ir de aventura a otras playas para dejar las bolsas. Eran las 16hs.y ya que estaba decido sacar 100 dólares mas para cambiar cuando abro el candado de mi mochila y encuentro un bollo de cinco billetes de 20 dólares y todo el resto del dinero había desaparecido. No lo podía creer. Nuevamente me pasaba. ¿Porque a mí? Desde que empecé el viaje a India decidí dar, este viaje quería que fuera positivo de principio a fin, muchas sorpresas, muchos regalos de la vida, del universo y de encuentros con gente maravillosa. Mis ojos no descansaron de ver belleza y de inspirarme a cada paso. Que todos los días agradecía tener la oportunidad de estar acá y de poder hacer este viaje. Desde principio a fin tuve que tomar muchas decisiones, decisiones que implicaba dejar cosas, soltar y confiar en mi deseo que es viajar por el mundo, conocer, aprender, encontrarme. Y para cambiar el pasaje me hice la siguiente pregunta: para que trabajas? Para viajar fue la respuesta. Si podes viajar ahora porque simplemente hacerlo. Así fue como cambie el pasaje y a pesar del miedo inicial que me implicaba estar dos meses en india decidí enfrentarlo, de hecho la idea era que los primeros 20dias me acompañaran mi amiga rusa Lada y una amiga pero al otro día de cambiar el pasaje me avisa que no iba a venir, que le habían robado 1000dolares de la mochila (para esto en Rusia la había convencido de que fuera a Tailandia y le había contado de mi robo, la historia estaba fresca pero igualmente le había pasado por más que escondió el dinero se lo encontraron) y que se iba a Nepal. Llore, mi amiga de china Andrea me encontró llorando y me dijo “no vayas, quédate con nosotros” pero sabía que hacía 18 años que estaba postergando este destino por miedo y tenía que explorarlo y por alguna razón me tocaba sola, casi diría a pesar mío.

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Desde que llegue a India decidí no engancharme con nada y resolver, lo importante es que lo estaba haciendo y que en vez de contratar un chofer para que me acompañara tipo guardaespaldas me animaba a conocer india, interactuar con su gente y abrazar lo que sucediera. Sentí mucha generosidad sin pedirla y la devolvía en otros cuando podía como si hubiera una cadena de favores invisible y claramente todo resultaba perfecto. Muchas historias escuche de viajeros pero como si un manto me protegiera nada me pasaba, siempre encontraba alguien que me acompañara en momentos que sentía peligro o inseguridad, y meditaba cada día para vibrar en sintonía, por eso que me sucediera esto no lo comprendía. ¿Por qué? Esta vez no me culpe porque sabía que lo había echo con consentimiento. Me había relajado, eran los últimos cinco días de india y había pasado la prueba con honores. ¿Porque a mí? Quien lo hizo apareció luego en mis pensamientos ya que primero reflexione en el porqué. No me lo merecia. ¿Por que perdía de nuevo? Nuevamente los de recepción me llevaron a ver los videos que nunca al final vi y me llevo el dueño del hostal que apareció por primera vez ante mis ojos para llevarme a su otro hostal donde se había mudado el americano de mi cuarto para preguntarle si había sido. Estaba difusa, no era el dinero lo que me importaba ya que realmente el viaje había sido un regalo de la vida y el dinero va y viene, sino el golpe era a la confianza. Confiaba en los indios y ¿que viajero abriría el candado a otro? ¿Por qué tenía que terminar el viaje así? Quien habría sido? En el camino el indio me conto que hacia 3años que tenía el hostal y era la segunda vez que pasaba. Que en el hostal había conocido a su mujer de la cual estaba enamorado, de que hay un código de honor en el hostal porque el confía en la gente (ya que todo es self-service, podes agarrar golosinas, cervezas, toallas, etc. y simplemente anotarlo en una libreta y te lo debitan a tu cuenta como un hotel y que la gente paga lo que se consume sin tener a un guardia detrás) y que la gente que trabaja en el hostal es como una familia del pueblo al que él le da trabajo que no puede pensar que sean ellos. Pero entonces ¿quien seria? Porque la persona que fue tuvo tiempo de abrir la mochila, entrar a un cuarto donde solo hay dos personas y que nadie la haya visto era raro. Además estaba feliz en el hostal, la gente que trabajaba me era amable, no entendía quien podía ser. Llegamos al otro hostal a ver a Adam que claramente aunque no había conversado no lo veía como culpable pero tenía que preguntarle ya que el había estado enfermo y pasado tiempo en el cuarto. Su respuesta fue que claro que el no había sido, que no necesitaba robar dinero y que sabia la situación de argentina del mercado en negro y que no podíamos sacar dinero y que quería ayudarme. Que lo esperara unos minutos. Yo claramente que no era necesario simplemente tenía que preguntarte. El dueño del hostal también sabia del problema de los argentinos y me comento que no podía entenderlo, lo cual me hizo sentir que es de puro conocimiento que los argentinos llevamos dinero encima y solo pensé en que esta situación tiene que cambiar porque es un peligro y además nos expone a situaciones de no poder resolver. Adam, el americano aparece de nuevo y me da la mano y me regala dinero. Tómalo, lo necesitaras para llegar a Delhi, o para lo que sea, no me gustaría estar en tu situación y realmente no sé cómo pudo pasar. No me dejo rechazar su regalo y metí el dinero en la cartera sin ni contarlo. Estaba sorprendida por su generosidad, un total extraño al que le preguntamos si no era uno de los sospechosos del robo y termino siendo un benefactor.

Cuando entre al auto del dueño del hostal me dijo que me cuenta se borraba y que me pagaría el taxi que me llevaba al tren al otro día, que a él le dolía esta situación pero que no podía generalizar en tres años era la segunda vez que pasaba y que en el hostal veía encuentros, amores, felicidad. Que él vio que no había un hostal en goa y decidió apostarle que hay muchas horas de trabajo y amor allí y que claramente no entendía que habría pasado, porque que un viajero robe a otro no es parte de los códigos de viajar y poner en duda a sus empleados era fatal para él porque en ellos confiaba diariamente. Que como hay gente buena hay gente mala y que me toco a mí porque no lo sabe pero es un caso en 365 días. ¿Que podía decirle? Rici quería ver el video y pasar 5horas mirando quien entro al cuarto pero como me decía el dueño me puede decir que fue al baño a tu cuarto, es dinero ¿como descubrir a un culpable? Para esto le había mandado un mensaje a Yoli para que me ayudara a ver si veía algo y su respuesta fue que lo suelte, que lo regalara al universo, que era solo dinero, tenia salud y era un gran viaje. Al leer sus líneas la mire a Rici y le dije ya estoy cansada del tema nos quedamos sin playa quiero regalarte un cuadro, quiero pintarte. No, me contesta. Si, déjame pintar me hace bien. Al buscar las pinturas abro el bolso y Adam había sido más que generoso con su regalo y sentí la necesidad de darle algo. La miro a Rici y le digo te pinto y acompáñame a llevarle un cuadro para que elija el americano. Ni bien empecé a pintarla. Aparece Adam, me quede mal con la situación y venimos con mi amigo a ver como estabas, recién llego de viaje. Le digo justo íbamos a ir a verte porque la verdad no tenias que darme tanto. “Por cualquier cosa estas cubierta”, me dice. Quiero regalarte dos cuadros, elegilos por favor, si no te gustan tenes regalos para regalar pero así me siento en balance. Claro que me encantan y eligió sus cuadros y me dice “ahora déjame que te invite una cerveza”. No tomo cerve…. sabes que el día de hoy se amerita tomar mi primera cerveza en india. Brindamos y Adam empezó a contarme su historia, “hacia unos meses en Vietnam el atm se trago su tarjeta dos horas antes de tomar un vuelo a Bali y solo tenía 20dolares y no podía sacar dinero y logro llegar al aeropuerto, pagar la visa para entrar a Bali y no podía ni tomar un taxi y que una pareja que volaba en su avión le regalo plata como él estaba haciendo conmigo. Es lo menos que puedo hacer, todo vuelve. Despreocúpate”. Parece que el robo me dio un amigo, gracias y ya que estamos vos regálale este cuadro a tu amigo y le di un tercer cuadro. Por una hora nos metimos en otra burbuja los cuatro, hablamos de los viajes, de india, de argentina, de usa, de la vida. Durante dos días compartimos el cuarto y ni habíamos hablado y de pronto sucede lo que sucede y conozco a un ser maravilloso. Adam y su amigo se van y nos dicen que pasemos por el otro hostal y de regalo les hago la numerología a cada uno, Rici no estaba. Cuando se van busco a Rici para terminar su cuadro. Rici me miraba, “no puedo creer tu fortaleza, María sos una mujer valiente, no dejas de enseñarme. No dejo de pensar en los posibles culpables. ¿No tenes un palpito? Puede ser que no pienses en encontrar el culpable”. La miro y le digo la verdad ni me interesa, me duele la confianza, no el dinero, sino hubiera sido que tenía que contar el dinero porque no sabía si tomar el tren o el avión y por lo que paso en la moto ni sabia cuanto tenía el botín para serte sincera. El dinero va y viene y este viaje me dio tantas cosas maravillosas que no se pueden comprar y ni pensaba en quedarme tanto cuando salí de argentina. Es más las preguntas ¿de porque alguien tiene que sacar lo que no es propio? ¿Como podes hacerlo? ¿Como vivís sabiendo que robaste a un otro que me vieron pintando, sonriendo, compartiendo durante cinco días? Eso es lo que no entiendo pero ya conozco tu cara, vamos a comer. Tomamos la moto y nos fuimos al otro pueblo donde estaba el otro hostal, necesitábamos cambiar de aire. En la moto, le digo para serte sincera tengo un palpito de quien puede ser y me dice yo pensé en la misma persona. ¿Pero como comprobar que el me robo? Es un desgaste de energía, sobreviví a india, pude haber perdido la mochila y por primera vez le conté a alguien de mi segundo día en Delhi, el viaje ya estaba terminando y claramente lo había disfrutado por las personas que había conocido y había tenido muchos regalos del universo de experiencias compartidas que no pueden pagarse. Siempre me he sentido bienvenida e invitada en grupos, parejas y gente para viajar y compartir y eso es maravilloso. En este viaje sentí mucho amor, y mucho amor a mí misma, me abrace, me acepte y respete mis decisiones y aprendí de mis equivocaciones y nadie iba a sacarme mi sonrisa. Llegamos al hostal y dos alemanas me estaban esperando para que lea haga los números, perdón me dice el amigo de Adam tuve que contarles y quieren. Así fue como Rici también se sumo a la ronda de los números. Mientras calculaba pensaba de dónde sacaba las fuerzas para seguir dando a pesar del día y me di cuenta que si puedo ayudar a alguien con mis palabras o con un mensaje lo voy a hacer, simplemente así soy yo.

En la situación de hoy entendí que hay distintos tipos de personas, algunos ayudamos, damos, construimos puentes y nos ponemos en el lugar del otro y otros simplemente no piensan, sos oportunista, sacan provecho sin ver a largo plazo. Todo vuelve. Mi paz mental se debe a que se quién soy y trato de sembrar y dar lo mejor que puedo con mis acciones pero no puedo controlar lo que un otro va a elegir. Confié y no puedo volver a atrás de lo que sucedió. Terminamos con los números y nos fuimos a comer. El hostal se llamaba Jungla y era divino, te abrazaba. ¿Porque elegí estar cinco días en una cárcel? ¿Por que termine allí pudiendo estar en otro lugar? Me acostumbre a él y termine viendo lo bueno del lugar como hago con la vida. Independientemente del gris de sus paredes yo pude ver sus colores, medite, pinte y ame allí. Lo transforme y eso hago con la vida y es posible hacerlo. Y a pesar del robo mi vida continua, una piedrita más en el camino no va a tirarme a una semana de cumplir 37 y de pasarlo en mi lugar preferido del mundo. “Shantaram” pensé, tanto ame el libro y me metí en su historia que termine contagiándome, en momentos regale dinero a indios imaginándome que ese día podía hacer feliz a una familia, podrían festejar. Imagine tantas cosas en india, las miradas hablan y relatan. Rici me invito la cena y hablamos del amor y de la vida y nos olvidamos del robo. Llegamos al hostal y Rici me cuenta que hubo una avalancha en Nepal en anapurna. Justo en la cena había pensado que tal vez simplemente había elegido mal, tendría que haberme quedado en Nepal y ahí la respuesta: no hay equivocaciones solo aciertos e intentos para vivir y ser feliz. Tendría que estar justo allí si me hubiera quedado. Al separarnos para dormir me dice “mañana miramos los videos”. Dormí sola en el cuarto, a las 5am me levante con el amanecer a meditar. Sentí luz y tranquilidad y que no podía cambiar lo acontecido porque en goa había sido muy feliz y que por algo había sucedido. Este viaje sin dramas, solución y a continuar y nuevamente podía ver la generosidad en extraños que hacen que la vida sea maravillosa. Al rato vino Rici al cuarto preocupada, miremos los videos. Me acerco al mostrador y cuando le digo: te aviso ni bien este listo. Se corta la luz justo y no puedo mirarlos. Solté y le digo a Rici pague por medio día de moto hoy vamos de aventura a la playa linda que Adam menciono Arangol. Terminemos goa felices. Así fue como nos fuimos de paseo en moto a un nuevo paraíso…. la vida simplemente continua.

mery 5

 

Se flexible y ama. El encuentro nunca es casual

mariposassofia

Amo las historias de amor y la vida vive poniéndome personas que me cuentan sus historias y me abren el corazón, poesía para mi alma. En cada historia de amor que escucho,  abrazo mis historias.

Desde que nacemos escuchamos una historia, que nos cuentan de una forma y creemos esa historia, pero al crecer nos damos cuenta que es solo una parte, que son detalles, que podemos ver la historia diferente, o permitirnos salir de ese cuentito infantil y ser parte de una novela con otros personajes. Crear tu propia vida depende de vos, y se conecta con tu posibilidad de permitirte ser flexible con vos mismo para entender a los demás. Ser libres para poder conectar con un otro desde esa libertad. Poder conectarnos para encontrarnos en todos los espacios genera la verdadera riqueza.

El amor en definitiva es lo único que vale como oro.

“Lo que tu boca se acostumbra a decir, tu corazón se acostumbra a sentir”. Madre Teresa

 

Escuchar mi voz

authentique

Si te preguntas como es el camino para vivir del arte escucha esta entrevista…

Encontrá tu pasión, identifica tu deseo, y se leal con ese deseo, para escribir tu propia historia. No es una cuestión de dinero vivir de los sueños, hay que aprender a confiar en el universo.

Vino Caroline Courel, una francesa que vive en Buenos Aires, a entrevistarme a casa, y decidió convertir la entrevista escrita en un audio de la entrevista, y me pareció maravilloso poder compartirles mi voz sobre un poco de mi vida, y consejos para ser artista.

Antes de pensar yo siento, fluyo, abrazo, mimo, y si hay algo que trato en cada cosa que hago es amar. Y veo las almas porque me permito exponer mi alma. Espero que disfruten del audio, es casi como un elije tu propia aventura de la entrevista, como rayuela , podes escuchar capítulos de la charla o todo junto. Entren al blog Authentique siguiendo este link:

http://b-authentique.com/post/82058042852/entrevista-maria-baylac-buenos-aires-2014

TOCO MI CORAZON

Circular time y Stolen Heart

Cuando pensas que ya lo tenias olvidado, cuando pensas que pertenecía a un pasado que no tenia sentido volver, una meditación te llega al corazón y te hace ver cuanto amor sentiste por él y ese amor que sentiste no volvió a aparecer con esa misma intensidad de que el tiempo se pare y nada tenga sentido al mirar ese par de ojos que te hace mecerte de nuevo en la cuna como si hubieras vuelto a nacer. Y las lagrimas empiezan a correr por tus mejillas y tu corazón empieza a hablarte rápido, sin parar, contándote que todavía esta ahí esa persona que tal vez todavía no pudiste sacarla por no permitirte haberle compartido tanto amor. Un amor loco y sin sentido pero así parece que debe ser el amor porque en el reside la ingenuidad del loco que cree y confía de nuevo olvidándose de pasado y no temiendo a empezar un nuevo futuro sabiendo que solo puede estar en el presente; y cuando te das cuenta de esa inmensidad de amor que tenes y que viviste y que no volvió a aparecer después de tantos años y tanto camino te das cuenta de lo que somos, de lo incognoscible del ser, de lo sensibles que somos sin darnos cuenta. Como una pluma pendemos de nuestras emociones que nos manejan al punto de desconocer lo que el corazón guarda.

Y después de llorar y escuchar al corazón entendí que tal vez solo tenia que compartirle a él todo ese amor que sentí por él como por nadie más porque tal vez allí residía finalmente soltarlo, aceptar que lo ame al punto de no importarme dejar el todo de mi misma para ser un todo compartido y ahí también acepte las lecciones del universo que te muestran que hay un solo camino del ser, para ser feliz. Ser uno y querer volar junto al otro mientras ese vuelo sea en la misma dirección sin perderse de ser uno para poder seguir compartiendo la existencia. Entonces ahí sonrío porque se que todo tiene sentido en un hoy y que claramente seria diferente si hubiera sido en ese pasado. ¿Y me pregunto como puede ser que unos ejercicios de respiración, la conjugación de ciertas posiciones hagan abrir la combinación de tu corazón sin ni siquiera saber que hay otro cuartito en él y poder encontrar conversaciones de uno que uno no escucha? No sabiendo si es por protección o solo por seguir adelante. Y entonces entiendo que por algo aparece y tengo que abrazar esos sentimientos que surgen de mi interior porque están ahí.

 

Pasa el día, pero en un momento sin saber porque me siento a escribirle a él que lo conocí en una noche sin ni siquiera querer salir que solo nos percibimos y bailamos sin cesar sin decir ni una palabra y al no hacer él nada yo tampoco hice. Confíe que el universo hiciera su trabajo y ciertamente lo hizo. Diez días mas tarde nos cruzaba en la calle para no poder separarnos más por los 2 meses que duro una historia que no fue tiempo sino intensidad del vinculo, sanación del pasado, servicio de lavandería como a mi me gustaba describirlo. Fue aprender a cocinar porque si sabía mezclar colores y tenia la paciencia de pintar tenia que poder hacer alquimia con los ingredientes de la cocina y ciertamente lo hice siguiendo el instinto natural que uno tiene y el amor que uno le pone. Y principalmente hubo pensar en el otro. Nos separamos y volvimos a encontrarnos seis años más tarde porque me gane un pasaje en un sorteo sin ni siquiera imaginarme que podría volverlo a ver y nuevamente el tiempo se paro y fui en contra de mi destino pero hay oportunidades que valen la pena vivirlas sin importar el que o el como o la nada. Solo hay que lanzarse al vacío porque vale la pena porque se merece una nueva oportunidad volviéndote a olvidar de todo lo demás y 17 días fueron suficientes para saber que lo amaba con locura y que dejaría todo en pos de ese amor que me provocaba pero que al mismo tiempo me perdía, borraba mis bordes y mis limites me convertía en no forma, en niebla sin poder agarrarme, sin poder entenderlo. Y nuevamente el destino no quiso y después mucho trabajo interior para borrarlo mucho entendimiento para entender que no era.

Ya pasaron otros 7 años desde ese encuentro y cuando creí que ya no estaba más, que ya ni lo sentía. Una hora de meditación basto para que volviera a sentir toda esa inmensidad para que estos 12 años que nos separan desde que nos conocimos no existieran y desde ahí le escribí y me sentí en paz después de hacerlo, porque independientemente del resultado y de sentir que no es porque sino sería, quise hacerle recordar lo que me hizo sentir, y esto es lo que me contesto: “Beautiful! What I’ve learned for my self in life is that the more you choose to feel and live your emotions, the more work you have to do to balance yourself. You have an amazing love power inside and you choose to live it. That is truly beautiful. There is a Dutch song that is about loving different people in your life: you don’t love somebody (friends, family, lovers, partners..) more than the other: Just different. Thank you for sharing! Big kiss on you heart”. (Hermosa, lo que he aprendido de mi ser en esta vida es que, cuanto más elijas sentir y vivir tus emociones, más trabajo tendrás que hacer para equilibrarte. Tenes un poder asombroso para amar dentro y elegís vivirlo. Eso es realmente hermoso. Hay una canción holandesa que es acerca de amar a cada persona en tu vida: no amas a alguien (amigos, familiares, amantes, socios, etc.)más que a otro: Sólo diferente. Gracias por compartir! Un besazo en tu corazón)

Volver a Utrecht y Amor Soñado

RAICES COMPARTIDAS

La cocha

Este es el relato de mi historia, de como hace 8 años que vivo haciendo lo que me gusta, tiene mas capítulos o mas partes y las iré compartiendo. Porque yo hace años que vivo ayudando o hablando o contándole a desconocidos o no tanto que se puede, que se puede ser feliz, que se puede cambiar, y en realidad lo hago porque a mi desconocidos me ayudaron a encontrarme a decidir vivir la vida con mis reglas!!

“RAICES COMPARTIDAS”

 Butterfly in Sidney

Había decidido irme de viaje a Australia sin saber que era solo un detalle para el comienzo de mi verdadero viaje: hacia mi misma. En realidad la decisión de ir a ese destino escondía el sentimiento de corroborar si un hombre con el cual mantenía correspondencia hacia más de tres años, era el hombre de mi vida. El viaje sería por casi dos meses y por una cuestión de economía tome un vuelo que pararía de regreso en Sudáfrica en donde haría un safari. Para eso logre que en mi trabajo me dieran el tiempo requerido para hacer esta travesía en el país del “Down under”. Así descubrí porque ningún trabajo te da más de un mes de vacaciones, volver es más difícil de lo que podía llegar a imaginar. Salí a la aventura un 4 de diciembre con todos los ahorros que tenia y mis 27 años, sabia que estaba buscando respuestas pero no sabia bien de que.

Llego a Sidney, Australia, sin preconceptos, ni ideas establecidas de antemano. El descubrimiento de esta ciudad me cautivo por su modernidad y diversidad de barrios y opciones que te dan la sensación de estar en más de un lugar al mismo tiempo. Mezcla de Inglaterra con Asia y Norteamérica seria la mejor manera de describirla. Ecléctica, cambiante, sus edificios y yuppies del downtown (centro de la ciudad)  contrastan con los surfers y bohemios de Bondi y Newtown. En realidad lo que me imaginaba por supuesto no sucedió, el hombre que pensé que podía ser el hombre de mi vida ni se imaginaba la historia que yo tenia en mi cabeza, lo que me hizo dar cuenta de la necesidad que tenia de decir lo que pensaba, lo que creía y sobretodo lo que sentía. De esta forma me encontré dando vueltas por el país australiano, recorriendo toda la costa Este entre playas y turistas. Disfrutando de paisajes paradisíacos y dándome cuenta que había crecido y que había cosas que ya no me interesaban como antes.

Después de mas de un mes, me fui para Sudáfrica donde me encontré en un safari en el Kruger Park con 16 personas, de las cuales quince eran mujeres y un solo ingles; mas los dos hombres del Tour que nos llevaban. Durante cuatro días compartimos charlas entre paisajes y animales exóticos. Pero lo que mas me sorprendió es que estas quince mujeres que venían de los países mas “desarrollados” del mundo, como Alemania, Estados Unidos, Holanda y Canadá, habían pagado para ayudar a orfanatos de chicos con Sida perdidos en África. Estaban donando su tiempo y su dinero para ayudar a otros. Al escuchar sus historias, me sentí por primera vez egoísta. Yo había ido a Australia a comprobar si un hombre con el cual solo compartía líneas cibernéticas era el hombre de mi vida, me había gastado todo mis ahorros en cruzarme el océano, dando vueltas por las tierras australianas buscando respuestas que no encontraban preguntas y principalmente me había dado cuenta que no podía comunicarme porque estaba mas perdida que cuando había empezado el viaje. La naturaleza te desborda en Sudáfrica. En realidad te hace pensar en la supervivencia y como todos los animales viven respetando sus espacios, existe la convivencia a pesar de la falta de agua, de los cambios climáticos y de la ferocidad o no de sus habitantes. ¿Cómo podría ser que los humanos pensantes no sabemos respetarnos? ¿Tendrían que enseñarnos los animales?

La verdad lo que parecía un dato insignificante, se convirtió en lo mas importante de este viaje. El encuentro en un aeropuerto, me cambio la vida. De regreso de Sudáfrica  el avión paro en Brasil para hacer trasbordo. Cansada de tanto recorrido, con la cuenta del banco en cero, pensando solo en comenzar de nuevo a trabajar y borrar a un hombre más de la lista de posibles príncipes encantados, algo ocurrió que jamás podré olvidar. Salí del avión agotada después de unas cuantas horas de avión, y escucho por primera vez después de casi dos meses hablar en castellano, lo cual mi corazón palpito y me exprese: ¡Que lindo escuchar hablar en mi idioma! Un hombre de pelo largo azabache con ojos profundos se me acerco a conversar. El estaba de conexión rumbo a Buenos Aires, venia de India después de estar seis meses viviendo un sin fin de aventuras que no necesitaba ni contar dado el brillo en sus ojos que me relataban que había encontrado la paz. Era colombiano y había estudiado antropología. Nos sentamos a esperar nuestros respectivos aviones, él saldría en unos minutos cuando se entera que le habían revendido su pasaje lo cual tendría que tomar el próximo avión que saldría en dos horas. Yo estaba tranquila porque sabía que tenía que esperar como cinco horas. Empezamos a conversar. El saco de su mochila un sin fin de telas de colores, sahumerios con fuertes olores que se desparramaron a nuestros alrededor, como si fuera un mercader de oriente me empezó a mostrar esos colores exóticos, y me regalo unos cigarritos hechos con hojas aunque no fumara me dijo que encontraría a quien regalárselos. Me contó un poco de su experiencia y fascinada yo lo escuchaba. En realidad mi historia no era tan maravillosa para relatarla, lo que había ido a buscar no lo encontré y sentía que por mas que había visto lugares maravillosos, los viajes los hace la gente y lo que uno aprende en ese lugar, las lecciones de vida. Dado lo que entendía, mi enseñanza era no volver a salir a buscar a alguien sin hacerle saber que iba a verlo.

En un momento, no se como ni porque, este hombre que hasta hacia una hora desconocía, me empezó a hablar de que me faltaba conectarme con mis raíces. Que tenía que conectarme con la tierra, con los abuelos, con la pachamama, que allí encontraría todas las respuestas. Que tenía que conocer a los abuelos. Que si era realmente artista no podía estar sentada en una oficina desaprovechando mi tiempo, tenía que arriesgarme y hacerme cargo de quien era, para eso tenia que hacer un viaje. ¿Un viaje?- dije. Pensé en mis adentros la idea de irme de nuevo de viaje después de estar casi dos meses dando vueltas arriba y abajo del planeta, mirando los animalitos de la tierra, del agua y los diferentes medios en los que habitan, no entendía que mas me faltaba ver. No tenía plata además para irme de nuevo de travesía, tenia que volver a trabajar. Lo cual este hombre me tiraba por la borda todas las decisiones que maduramente había tomado hacia solo unas horas atrás en el avión.

Antes de subir al avión pensé si conocería a alguien especial en el avión, ya que la mayoría de mis encuentros suceden en medios de transportes, en transito, cuando no estoy buscando nada, solo transcurriendo. Hablábamos de la vida como si nos conociéramos desde siempre mientras a nuestro alrededor todos los argentinos protestaban porque habían sobrevendido los pasajes del vuelo y saldrían dos horas mas tarde y pedían que la aerolínea les pagara el almuerzo; con Carlos estábamos en otra dimensión. Estaba abierto al mundo, unido al universo y conectado con su espíritu y se notaba. Después de tanta protesta y bullicio, los argentinos lograron que le pagaran el almuerzo y Carlos prefirió quedarse charlando conmigo.  De pronto viene uno de TAM y le dice a Carlos que tenia que acompañarlo al VIP de la compañía y que si quería podía ir con él. De esta forma terminamos tomando café, comiendo dulces y charlando de la vida. Me cuenta que viajaba por el mundo, y que en su empresa les regalaba viajes a sus empleados para que cumplan sus sueños. Yo lo escuchaba con los ojos y el corazón abierto. Su personalidad me atraía pero exteriormente no era mi tipo. Me dice que leía las manos y le muestro mi problema en mi mano derecha, que por suerte en Australia se había curado y ahora que volvía a Buenos Aires retornaban las ampollitas de agua. Me dice que los dedos en donde me aparecen son los de la intuición y de mi misión, que hay algo que me molesta, estorba o que me olvido de seguir cuando estoy en Buenos Aires y  que por eso aparecen para recordarme. El cuerpo expresa lo que la mente no dice. No te preocupes, tu trabajo y tu vida darán frutos buenos y que tenía más para contarme pero “alrededor de verde”. Al ver sus manos, no podía creer la cantidad de líneas que se entrelazaban mostrando que era un maestro, que había vivido muchas vidas y que venia a ser mensajero, era la primera vez que veía algo así. Decía que su obra iba a trascender, que iba a escribir libros y que dejaría algo a la humanidad. Llego la hora de que se fuera, su vuelo era exactamente una hora antes del mío, me mira y me pregunta esperando una respuesta: ¿Cuándo vas a estar preparada para viajar a Colombia? Sin ni siquiera pensarlo le dije en mayo. Pero hubiera podido decir primavera o el martes, mi corazón hablo en ese momento. Ya había estado en Colombia con solo 18 años y mi deseo de recorrer el mundo entero hacia que la banderita ya estuviera colocada en ese país, ¿para que volvería? ¿Cómo lo haría?

Me quede escribiendo mails contando mis aventuras en Sudáfrica, era un regalo que estuviera en primera clase, muy mimada, era un buen final para terminar mi viaje. Quiero creer, estoy preparada para escuchar cosas de mi vida. Antes tenia miedo a lo que me dijeran por adelantar mi futuro, pero ahora siento que mi camino ya esta tomado y que por ahí lo que escucho me sirve como herramientas para mi presente, ya que los mensajes llegan a mi sin buscarlos. Personas sin conocerme me dicen cosas de mi vida y de mi futuro y quiero estar abierta.

NIÑA DE LA LECTURA

infancia

“Infancia”

Había una vez, una niña soñadora, si soñadora como bien lo escucháis. Soñaba viajar por el mundo entero como lo habría hecho Marco Polo, descubriendo especies y lugares desconocidos. Soñaba con ayudar al mundo, que la gente pudiera ser feliz. Si, así como escucháis, feliz, palabra que tal vez con su corta edad no sabría bien el significado pero que desde chica utilizaba cuidando a sus muñecas a la noche del frió dentro de su reducida cama. Muchas veces terminaba en el piso por darles lugar a ellas, sus hijas. Su padre muchas veces la encontraba tirada en el suelo y sacaba todas esas muñecas y muñecos, con brazos completos o perdidos, con ojos con pestañas o con algunos faltantes, todos ocupaban el mismo lugar, no hacia diferencia a la hora de acostarlos dentro de su confortante cama. Así como su padre volvía a acostarla sin sus muñecos, ella ni bien su padre se retiraba llenaba la cama de sus hijitos de nuevo; aunque ello le significara un reducido lugar para seguir soñando.
Soñaba con poder viajar a la luna y conocer otras galaxias, se imaginaba como serian esos mundos desconocidos, tal vez los árboles colgarían zanahorias y tomates y las flores se transformarían en frutas dulces listas para ser comidas así nunca nadie se moriría de hambre. Soñaba tal vez con mundos utópicos que con esa edad no podía definirlos como tales pero que podía describirlos a la perfección.
Soñaba con baúles escondidos en el techo de su casa que la llevarían al pasado; como en una maquina del tiempo podría volver a tiempos donde se usaban miriñaques y las mujeres no podían usar pantalones. Diarios escritos con letra escarlata y plumas de ave relataban historias perdidas de piratas y princesas atrapadas en torres insalvables. Soñaba con poder vestirse con joyas y vestidos color del tiempo como su cuento preferido “Piel de asno” y asistir a bailes de gala, danzar hasta que las zapatillas de baile se hubieran destrozado y a la medianoche ser rescatada por algún valiente caballero en caballo blanco.

Sus sueños se fundamentaban en su pasión por la lectura. Mientras su hermana Paula salía a hacer amistades con todo el barrio que la rodeaba y a veces no le alcanzaba y se extendía a otros vecindarios. Milagros se quedaba encerrada en su casa leyendo sin parar los cuentos colocados en la gran biblioteca de la casa que nadie reclamaba. Los cuentos se terminaron y continuo con la enciclopedia “Lo se todo”. Así comenzó a descubrir los porque de las cosas que existían pero que alguna vez no habían estado, desde la electricidad a la penicilina, pasando por la seda hasta los grandes imperios como se habían forjado. En realidad, la mayoría de las veces eran acontecimientos basado en la casualidad que de casualidad se le habrían dado importancia. De esta forma, la mayoría de los inventos, de los descubrimientos surgían de almas que no se conformaban con lo que existía sino que trataban de buscarle otro significado, seguían buscando. No siempre encontraban lo que pensaban pero siempre terminaban contribuyendo en la historia con algo. El “lo se todo” se termino y siguió la “Pinoteca de los genios”. Libros que hablaban sobre los grandes pintores que habían sido grandes colaboradores en retratar la historia de antes, la época. Las imágenes del pasado se basan en esos retratos, en la captación subjetiva o no de ese hombre, de ese pintor que solo realizaba un oficio en ese momento de la historia y que gracias a él, a ese insignificante individuo en ese momento, podemos contar como era el pasado. Los libros se iban terminando, pero Milagros seguía buscando sus próximos descubrimientos. Llego a empezar a leer el diccionario de la Academia Española para entender el significado de todas las palabras. Nada la conformaba en su devoción por la lectura, en su búsqueda por nuevas explicaciones al mundo que la rodeaba aunque con sus escasos ocho años no tendría que encontrarle significado, tan solo tendría que disfrutarlo. Su biblioteca no le alcanzo. A cada casa de sus amiguitas que era invitada, Milagros se dirigía inmediatamente a la biblioteca para descubrir nuevas lecturas desconocidas para ella. Así pasaba las noches leyendo en estas casas desconocidas sin importarle el cansancio o la necesidad del sueño, solo le importaba disfrutar la posibilidad de conocer algo más. Así fue como las mamas de sus amiguitas le preparaban una fila de libros interminables al lado de la cama que en general siempre terminaba. Con sus pies descalzos y tratando de hacer el menor ruido posible se levantaba a buscar la biblioteca para agarrar nuevos libros. Así esos libros que tal vez nunca habían sido abiertos todavía eran absorbidos por ella. Podía sentir los años de esos libros por la forma de la tapa, el color amarillento o no de las hojas, las marcas o no que estos tuvieran.

A veces el día no le alcanzaba para terminar con sus lecturas, pero como su madre religiosamente apagaba la luz a las diez de la noche encontró nuevas formas para poder continuar leyendo. Como primera medida, esperaba en silencio que los minutos y segundos pasaran hasta que sentía que sus padres ya se habían acostado y se iba a la cocina a continuar con sus lecturas. Durante un tiempo, llevo a cabo estas escapadas a la cocina, pero como muchas veces pasaba frió por encontrarse descalza y en camisón, pensó que tendría que encontrar otra solución. Descubrió que su madre guardaba una linterna en caso de cortes de luz arriba de un armario en el living y decidió que era la mejor alternativa para permanecer en la cama leyendo sin pasar frió ni ser descubierta. Así fue como todas las noches luego de que su madre apagara la luz, Milagros se levantaba en silencio y se dirigía al living, tomaba una silla que la elevaría para poder alcanzar la preciada linterna. A partir de ese descubrimiento, los días nunca terminaban, las noches seguían siendo momentos para viajar despierta a nuevos lugares.

Nada la saciaba en su lectura, nada le parecía suficiente, tantas cosas para conocer había que no quería perderse ningún detalle. Cada lectura la transportaba a un nuevo lugar, a un nuevo mundo, viajaba con Carlomagno, disfrutaba de las recepciones de la corte de los Reyes de España, se perdía entre maizales y molinos de Holanda. A veces hasta podía imaginarse comiendo esos grandes banquetes de las cortes que eran casi imposibles de repetir o ver en la realidad. A Milagros la realidad de alguna forma no le bastaba y la completaba con sus lecturas. Muchas veces la mama la encontraba mirando el globo terráqueo y le preguntaba que estaba haciendo. Ella la miraba y le decía “estoy viajando, algún día voy a recorrer estas tierras, algún día voy a conocer lugares tan distantes de casa, algún día viajare en barco, avión, llevare grandes maletas o baúles…”; y así ya se internaba en alguna época de la historia y de alguna forma viajaba. La mama la miraba y le decía, no es tan fácil viajar a esos lugares, se necesita mucha plata. Lo único que Milagros no entendía y de alguna forma no le interesaba era eso, el dinero, no pensaba en eso solo en poder cumplir algún día sus sueños.

Milagros creció y su mundo que alguna vez le pareció una calabaza gigante que sería transformada por un hada madrina en algún castillo o carruaje también se convirtió. Cada día que iba pasando, regalos del cielo le iban siendo otorgados, pudiendo de alguna forma ver lo que alguna vez leyó, lo que se imagino en esos cuentos de niña, en esas lecturas inocentes infantiles. Cada sueño que ella tuvo se transformo en una oportunidad, en un viaje no solo a un lugar físico sino a un lugar mágico que aun puede ser mucho más difícil de llegar su propio mundo interior, su propia alma.