“Nunca dejes de soñar. Puedes ser quien quieras ser”

Mary poppins2

“A: como podemos arreglarlo?

B: Tenemos que enseñarle a ser feliz de nuevo”

Me levante hoy a la mañana queriendo que lloviera para poder dedicarme a tener un día con mi alma. Estar un poco conmigo misma, ordenando mi cabeza, poniendo de nuevo los estantes de mis sentimientos, para que mi corazón se sienta liviano. Cambiar de mes y empezar el año muchas veces resulta movilizador, porque hay que volver a plantearse prioridades y también que es lo que uno quiere.

Así fue como después de hacer fiaca en la cama y sin la lluvia que me imaginaba decidí seguir con mi idea original: No hacer nada. Limitarme a ver una película “El sueño de Walt Disney”. Mary Poppins fue mi película preferida de niña, de hecho toda mi niñez me creía inmortal porque cuando veía una escalera caracol con baranda sin dudarlo me tiraba por el borde imitando a la película. La primera vez que vi la película en el cine, todavía me acuerdo, ni bien prendieron las luces porque termino, yo salí corriendo de al lado de mi tía y me puse a bailar en el escenario del teatro donde la proyectaban. La película siempre me inspiro y fue motor. De hecho creo que pinto para poder viajar. Poder entrar en esos cuadros que te lleven de aventura y de viaje y poder crear otra realidad paralela nació de Mary Poppins, como también darle valor a la risa porque te hace volar (Mary Poppins – Me gusta reír: http://www.youtube.com/watch?v=rQYtLrpkENE).

La película plantea el sueño de Walt Disney de dar vida el libro de Mary Poppins que había sido la promesa a sus hijas. Te hace entender que  las creaciones del alma, las artísticas, son como dar a luz y muchas veces cuestan compartirlas. Pero para que no se pierdan es necesario hacerlo.

“Todos tenemos nuestros cuentos tristes pero Ud. no quiere terminar el suyo. Y dejarlo ir todo y tener una vida q no sea dictada por el pasado?”

La película me hizo recordar mi infancia. Es increíble como la memoria se olvida de cosas y algo puede activarla para recordar momentos maravillosos.

Lo mejor de mi niñez fue la libertad y el contacto con la naturaleza. Sigo experimentándola y creo que de allí nació mi creatividad. Pase varios veranos en una casa de verano en sierra de la ventana  con tres familias. Teníamos un living para chicos y nos dejaban dar vuelta los muebles y usarlos de naves espaciales. Éramos responsables de nuestro living. Podíamos treparnos a los árboles, juntar flores y andar en patines por toda la casa desde la mañana. Podíamos salir a explorar los alrededores; única condición no andar solos. Vi flash gordon más de 20 veces. Podíamos trasnochar en el cine del pueblo mientras los grandes jugaban al pool y a las cartas. Pura libertad. Pescábamos mojarritas en el rió, las casas eran los sauces y agarrábamos mariposas q después soltábamos. No había maquinas ni televisión o por lo menos no ocupaban gran parte del día. Jugábamos e inventábamos cosas y siempre sentía que había muchas posibilidades y de alguna forma las cosas se arreglaban. No era perfecto pero existía la magia.

Al ver la película, recordé, que una vez en California tuve una cita en el restaurant donde era la casa de Walt Disney, Club 33, que esta dentro del parque de diversiones Disneylandia Se tiene que reservar con 6 meses de anticipación y el jefe de mi amigo suspendió la reunión y le cedió la mesa para que me llevara. Fue mágico. A veces los lugares te pertenecen y hay personas que se encargan de que llegues a ellos. Por unas horas fui Walt Disney en su hogar. Lo sentí, donde vivía, las paredes me hablaban, podía mirar a través de sus ojos.

“La esperanza es el sueño de un alma despierta”

Yo quiero trabajar en Walt Disney, para poder contar historias con finales verdaderos. El final no es lo importante, sino lo que sucede en el transcurso. Momentos que hacen a la historia de tu vida. Segundos del suspiro del vivir.

No tengo miedo de compartir mis sueños. En un mundo tan loco, solo el que sabe lo que quiere lo consigue.

 

Mary Poppins – Un poquito de azúcar:  http://www.youtube.com/watch?v=kD3g5jbAEc0

 

CLUB 33: Entre sus socios se encuentran presidentes, políticos y uno  que otro famoso. Para ser miembro, existe una lista de espera de 14 años. Todos quieren entrar, pero pocos tienen el privilegio. Con la puerta siempre cerrada pasa desapercibido para cientos de personas que visitan diariamente el lugar que lo alberga. Hablamos del Club 33 , ubicado en New Orleans Square en Disneylandia, arriba del famoso restaurante Blue Bayou. Este exclusivo  club fue creado por Walt Disney, en 1964, luego de viajar por el mundo y quedar motivado para agregar “un plus” a su parque de diversiones. La idea surgió: crear un club privado, uno VIP. Video: https://www.youtube.com/watch?v=ZgrAoy85eEc