La organización de eventos corporativos es especial. Si bien siempre es recomendable aportar originalidad y “salirse del molde” para que dicha fiesta o presentación quede para siempre en la mente de los asistentes, así como también son rasgos que permiten identificar a la firma con la modernidad, la audacia y la innovación, no todo está permitido. Nunca debemos olvidar que ese evento se constituirá, en el momento de su realización, en “la cara de la empresa”, por lo que cualquier error también quedará plasmado en la memoria de los presentes.
Frente a esta situación, les acerco algunos comentarios sobre lo que es aconsejable y lo que no en un evento de fin de año:
Shows demasiado osados: Por más de moda que esté a nivel mediático, nunca está bien visto un espectáculo hot. ¡El baile del caño no es una opción! Si lo que se busca es una cuota de erotismo, puede optarse por un show acrobático de cintas; la presencia de comparsas de Gualeguaychú, Gualeguay u otro lugar del país, con todo su glamour y sus plumas tampoco es mala idea (siempre recomendando a sus miembros no utilizar atuendos demasiado osados). Shows de batucadas o que rememoren el carnaval de Río de Janeiro o Tropicana son alternativas divertidas, que aportan color y también nivel.
Sólo música moderna: Si bien es un signo de actualidad musicalizar un evento con “lo último”, lo que se escucha diariamente en la radio o televisión, hay que tener en cuenta las edades de los asistentes a nuestra fiesta. No todos los empleados, gerentes, inversionistas y clientes son jóvenes. Contratar a un DJ “de moda” no es mala idea, siempre y cuando su actuación se limite a un tiempo reducido de la fiesta; el resto del evento deberá contar con una musicalización variada, que incluya ritmos bailables de todas las épocas (¡los hits de Ramón “Palito” Ortega, Sandro o los temas disco de los 70 siempre son bienvenidos por el público en general!).
Show de Tango en Fin de Año Havanatur 2013 Continuar leyendo