En la actualidad, es imposible pensar en el armado de un evento para empleados o familiares sin el aporte de las nuevas tecnologías. La presencia de juegos de luces, lásers y pantallas de LEDs por todo el lugar es un must. Pero… ¿cómo me doy cuenta cuándo es demasiado?
Debemos partir de un concepto central: no pueden obviarse las novedades técnicas. El problema central radica en dónde está el límite.
Uno de los factores a tener en cuenta, en el caso de la música, las luces y los lásers, es que no deben entorpecer la comunicación entre los invitados. Un salón a oscuras en el que se predominen durante toda la noche los juegos de luces o lásers, o temas musicales que suenan a un volumen altísimo a través de más cantidad de equipamiento que los necesarios, puede tornarse una molestia para los asistentes que quieran mantener una charla. Este es un error muy común en los eventos empresariales, en los que los empleados o colegas de negocios son los homenajeados.
Si de eventos sociales se trata, recomendamos evitar una sobreestimulación de la atención a través de videos o imágenes. Colocar LEDs de manera estratégica a lo largo y ancho del espacio de festejo es tendencia, pero si se utilizan para sintonizar canales de música o de películas pueden acaparar el interés de los invitados y dejar al agasajado a un lado. Una manera de evitar que esto ocurra es emitiendo en esas pantallas videos o fotos del cumpleañero o los recién casados, y apagar la señal a la hora del baile.
Lo que jamás debe olvidarse es que un evento se monta con un determinado fin, y cuando éste apunta a homenajear a alguien, ¡nada puede ser más importante que eso!
¿Participaste de una fiesta en la que la tecnología en demasía jugó una mala pasada? ¿Te pasó quedar afónico de tanto gritar?