Les llegó la hora. Los festejos navideños a lo largo y ancho del país suelen tener dos invitados que difícilmente falten a la cita: los pesebres vivientes y las versiones locales de la Misa Criolla de Ariel Ramírez y Zamba Quipildor. Personalmente, esta última me gusta mucho; más de una vez me topé con agrado en algún canal perdido de cable con interpretaciones de excelentísimo nivel, así como también soy fiel concurrente de las que se montan en mi ciudad cada año para estas fechas.
Pero esta vez quiero detenerme en el tema de los pesebres vivientes. Para los católicos es muy emocionante ver la escenificación del nacimiento de Jesús, por lo que este tipo de espectáculos es casi una “fija” en diciembre. Ataviados con sus túnicas a pesar de que el termómetro marque casi 40°C, los actores llevan adelante su rol con hidalguía. Y nunca se les borra la sonrisa –he visto a más de un Rey Mago sudar al punto de la deshidratación-. Incluso en aquellas ocasiones en las que los realizadores se arriesgan a utilizar animales verdaderos como parte de la obra, la jugada sale bien: los ponis, caballos o burros rara vez se empacan… Sólo el bebé, aquel elegido para personificar a Cristo, puede sufrir una crisis de llanto, fácilmente solucionable si se piensa en la posibilidad de tener a mano al archiconocido bebote de plástico. Organizador prevenido sirve para otro pesebre viviente.
Algunas ciudades se adelantaron a la Navidad y montaron su pesebre viviente a principios de mes. Una de ellas es La Calera, un pequeño pueblo minero ubicado en las sierras de Calamuchita, provincia de Córdoba. El pesebre viviente es una de las actividades más esperadas del año. Ya en agosto comienzan con los preparativos, que el pasado 15 de diciembre permitieron que las más de 150 personas en escena no defraudaran.
En tanto, este fin de semana son otras tantas las localidades que organizan los festejos navideños comunitarios con una obra cristiana de estas características, en general en conjunto con los templos del lugar. Por ejemplo esta noche, a las 21, la Parroquia Inmaculada Concepción y la Municipalidad de Villa Gesell invitan a los vecinos a la 7° Edición del Pesebre Viviente en el Anfiteatro del Pinar. Mañana, sábado 22, nos citan de Lanús Oeste a las 17 –Av. San Martín y Colón-. Además del número artístico, los organizadores anuncian un megafestival para toda la familia. El domingo 23 es el turno, entre otras, de las bonaerenses Grand Bourg –a las 20:30- y Punta Alta -a las 20 en la plaza del Barrio Laura, Dufaur al 2000- . El martes 25 la que invita a su pesebre viviente es la comunidad de Caviahué-Copahue, Neuquén, que tendrá lugar en el Centro de Convenciones de esa villa turística a la 1:30. Se repetirá el 27 de diciembre a las 23, y el 3, 6 y 10 de enero a la misma hora.
Si me faltó tu ciudad, anotate y contame cuándo montan su pesebre viviente. ¿Alguna vez participaste de uno?
No se olviden que también este finde se realizan ferias navideñas en todo el país. Una de las más importantes es la ya famosa de Villa General Belgrano, Córdoba, que tendrá lugar hoy. En tanto, desde el miércoles pasado y hasta el lunes se realizan los festejos “Navidad en Villa La Angostura”, en Neuquén, con espectáculos para todas las edades que van desde conciertos de cuerdas hasta teatro callejero. También el lunes 24, a las 19, podrá escucharse en el norte del país “Nochebuena en la Quebrada”, por Radio Salta.
¡Feliz Navidad para todos!