Hoy me toca hablar de dos de las cosas que más me gustan en la vida: videojuegos y películas de terror.
Parece mentira, pero pasaron treinta y cinco años desde que la tripulación del Nostromo aprendió por las malas que subir a su nave a un tipo con un parásito pegado a la cara (por más amigo que fuera) podía ser la peor idea que se les pudiese ocurrir… además de la última.
Cuando a principios de 2014 Sega anunció que estaba trabajando en un nuevo título de Alien, la mayoría pensamos “pero que *excremento de perro*, se viene otro Colonial Marines” y rápidamente nos olvidamos del asunto. Sin embargo, pasó el tiempo y llegó la E3 con novedades de un montón de juegos, incluido aquel patito feo que injustamente habíamos descartado de una. De más está aclarar que el nuevo material sorprendió a muchos (sino no estaría escribiendo esta nota) y nos hizo ilusionarnos otra vez con la idea de una experiencia a la altura de la franquicia.