La voz de un político a través de una grabación robótica del otro lado del teléfono, que te cuenta las novedades de su gestión. La guitarra de un principiante que vuelve a empezar una y otra vez, sin cansarse de repetir el mismo acorde fallido. El spam en tu celular que te anuncia una imperdible promo. La tentación de relajarse con la televisión o la omnipresencia de las redes. La interminable discusión de la pareja que vive en el departamento de al lado. El grandísimo pequeño favor que te pide alguno de tus padres, tu hermano o tu esposo/a, y al que no te podés negar.