Junto a las mujeres, los jóvenes son el target predilecto y casi exclusivo de las campañas de marketing de cigarrillos. La estrategia surge de una necesidad: superar los 6 millones de clientes que mueren al año por fumar. La industria destina miles de millones de dólares para captar lo que ha bautizado como “fumadores de reemplazo”. Y la publicidad “Sé Marlboro/Be Marlboro” no es una excepción.
Un reciente informe elaborado por un grupo de ONGs con presencia en más de 100 países concluyó que la campaña “aprovecha la búsqueda de identidad de los adolescente y les sugiere que, frente a la incertidumbre, lo mejor es SER fumador de Marlboro”.