Llegamos tempranito al Malba, punto de encuentro para partir en dirección al campo, donde nos esperaban para comenzar la experiencia con caballos. Invitados por un importante hotel en Carmelo Uruguay y a instancias de compartir un evento distinto decidimos participar, en una fría mañana de niebla que invitaba sólo a tomar un café caliente, de esos que agarrás con 2 manos no importa quién esté delante! Y así fue. Al llegar ya había otras personas deleitándose con roscas de grasa, medialunas y pastelitos rellenos con dulce, un desayuno acorde al lugar y al invierno. los caballos relinchaban a lo lejos y los más variados pájaros hablaban entre ellos. El sol apenas asomaba entre las nubes y agradecí haber agarrado los guantes a último momento. El tiempo comenzó a lentificarse como suele pasarme cuando estoy en contacto con la naturaleza. Nos reunimos y comenzamos a familiarizarnos con la propuesta de trabajo. Estaba abierta al aprendizaje pero con ciertas reservas, me gusta conocer de antemano qué va a pasar, reflexioné que hacer algo con otros seres vivos, para mi imaginario “casi salvajes” (digo por los caballos) era parte de empezar a ceder cierto control y contactar con lo que se presentara sin ninguna teoría al respecto. Eso se esperaba de mí? Yo qué esperaba? y el resto del grupo? Como la actividad se llama Equinsight pensé que ir haciendo algo de insight no estaría mal, pero no tenía la menor idea dónde entraban los caballos en todo esto.
No voy a arruinarles la experiencia por si tienen la oportunidad de hacerla, así que no voy a dar detalles de lo que pasó. Sólo les voy a contar que es una actividad dinámica y vivencial, distinta cada vez. Los caballos son seres altamente sensibles, capaces de descifrar y reflejar nuestro lenguaje corporal. El trabajo que se realiza permite reflexionar acerca de emociones y patrones de comportamiento, para así generar nuevas conductas y estados emocionales que sean funcionales con el logro de objetivos personales y profesionales.
Es especialmente recomendado para grupos de trabajo al hacerlo en un entorno natural, lejos de la oficina, sin celular (no se asusten, sólo por un rato). El “facilitador” es clave para que los participantes logren los objetivos propuestos, es así que Diego Furlani nos guió con total naturalidad por las distintas variables posibles: Autoconocimiento, Liderazgo Natural, Inteligencia Emocional, Lenguaje Corporal, Confianza y Autoestima, e Integración…mientras tímidamente me sacaba un guante y acariciaba la tibia cabeza de un caballo. Te animás?