Holanda, un candidato sin estrellas

La historia de la selección europea se inicia en Italia ’34, y su debut no fue para nada favorable, dado que en su primera presentación fue derrota y despedida. Leopold Kielholz, en dos ocasiones, y Andre Abegglen sentenciaron la victoria de Suiza (3-2) que marginó del torneo al elenco conducido por el inglés Robert Glendenning. Los tantos convertidos por Kick Smit y Leen Vente sólo sirvieron para marcar una salida decorosa en su primera Copa del Mundo. Cuatro años más tarde, se repitió la misma situación en Francia, aunque la caída fue más dolorosa: tras igualar sin goles en los 90 minutos con Checoslovaquia, Josef Kostalek, Zeman y Oldrich Nejedly sellaron un 3 a 0 que marcó nuevamente la prematura eliminación “naranja”. Tuvieron que pasar cuatro décadas para que Holanda vuelva a una cita mundialista y revolucione el juego, la esencia y la belleza de un deporte que atrae a millones de espectadores.

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