Hace 61 años nació en Bell Ville, Córdoba, el goleador del Mundial de 1978. “No diga Kempes, diga gol”, decían los relatores del certamen organizado por Argentina en una acertada decisión al cambiar simbólica y popularmente el apellido del “Matador”, quien llegó a la cita mundialista de su país en su mejor momento: con 24 años, luego de consagrarse en España como el máximo artillero de las últimas dos temporadas.