Nos juntamos con motivo del festejo del nacimiento del Primer Grande (110 años) y lo celebramos como se debe con una fiesta inolvidable. Esas que quedan grabadas a fuego. Arrancó el domingo en el Cilindro donde esperamos que se hagan las 12 para ser los primeros en saludar al anfitrión, ese que es el dueño de nuestro corazón. Y siguió. Porque sentimos que era poco. El lunes por la tarde partió una caravana desde Avellaneda que derivó en un multitudinario banderazo en Plaza de Mayo y que culminó horas más tarde con una movilización hacia el Obelisco. Gigantes.