Para algunos, tiene esa forma para que al realizarse un pase, este sea preciso, ya que si fuera redonda quizás no existiría tal exactitud en el lanzamiento. Para otros, en cambio, su forma apunta a una mayor comodidad al momento de patear.
Lo cierto es que, al igual que el rugby, la ovalada nació por derivación. Su forma y tamaño actual las fue adquiriendo con el tiempo. Los primeros en fabricar pelotas de rugby fueron Richard Lindon y William Gilbert para los estudiantes de la Rugby School, a la que asistía William Webb Ellis, el creador del rugby.
A mediados del siglo XIX, la pelota consistía en una simple vejiga de cerdo recubierta de cuero con forma de huevo y un cierre hermético para poder contener el aire en su interior. Se la inflaba a pulmón, a través de una boquilla de pipa. Para que no perdiera el aire, se le colocaba una válvula de cerámica en la abertura. Gilbert, recorría las casas de campo buscando los cueros de animales más apropiados para manufacturar las envolturas. Cortaba el cuero en cuatro piezas, las cosía y luego las dejaba secar. Así se fabricaba la envoltura en la que se introducía la vejiga de cerdo (eso le permitía adquirir la original forma ovoide). Lindon, por su parte, creó luego una bomba de mano de cobre para inflarlas.
Posteriormente, tras inventarse la cámara de caucho natural, ésta sustituyó a la vejiga. A partir de ese momento se transformó en una pelota de cuero con una cámara de caucho interna, cuyo envoltorio se sujetaba con tiento
La pelota de rugby, también conocida como “guinda” no sólo hizo característico este deporte sino que también, al picar para donde quiere, lo hace muy atractivo.