Un día estaba hablando con la novia de un amigo sobre una mina que me quería presentar. Yo le hice todas las preguntas de rigor que le interesan a un hombre (“¿Esta buena?”) y ella me dio un breve pantallazo sobre su vida y me pareció copado conocerla. A ver, no es que yo sea muy exigente (no puedo serlo, en realidad). Lo que pasa es que uno tiene algo de amor propio y viene medio herido. No es que busco a la madre de mis hijos (sí, la busco) pero la verdad que no me quiero comer cualquier bagarto (sí, quiero).