Se esté a favor o en contra del graffiti, deshacerse de una pared pintada por el británico no puede ser jamás una buena idea. Mientras que algunas de sus obras se venden a literalmente millones de euros, en Clancton-on-Sea, un pueblo inglés de 50.000 habitantes, taparon una pintura suya en cuestión de horas. Continuar leyendo