42. Las reventadas

La fauna amorosa

La jungla de los sentimientos desencontrados convoca diferentes especímenes que aúllan bajo la luna sus deshonradas catarsis. Vuelan y retozan alrededor del pantano: el pollerudo, la mosquita muerta, el conquistador compulsivo, la llorona, el paganini. Etiquetas que se pegan en nuestra cara para que el otro no se angustie si no sabe dónde encasillarnos. Todos necesitamos una etiqueta en la cara del bolud@ que nos mira. Continuar leyendo

30. La carta del adios

Fiske Menuco, 15 de abril de 2013

Querido Santiago:

                               Te escribo esta carta porque es la única forma que me escuches de verdad. Intenté muchas veces hablar con vos pero siempre termina todo igual; yo me pongo a llorar desesperadamente y vos, que sos un cobarde especializado en el maltrato emocional, decís que lo vas a pensar y que te de unos días para pensarlo. ¿Pensar qué? ¿Cómo sacarme de encima tuyo? ¿Cómo borrarme de tu vida? O ¿qué hacer para que la culpa no te carcoma? Una amiga me dijo que los culposos en algún momento se dan vuelta y pasan a ser un cacho de hielo, unos insensibles del orto y que pueden estar cortándote un dedo que ni se inmutan. ¿Eso querés, cortarme un dedo? Continuar leyendo

7. La llorona compulsiva

Para Vera Salúm que todavía está a tiempo

 

Llanto de bebe

El llanto, desde la más tierna infancia, ha sido un vehículo de comunicación. Los niños cuando tienen hambre lloran. Lloran cuando tienen sueño, cuando les duele la panza y cuando están aburridos. Los padres decodifican ese llanto y responden a la demanda, algunos inmediatamente y otros se toman su tiempo, no para saciarlos sino para que se callen de una buena vez. También reconozcamos que hay padres más abombados que otros.

La fábrica de las lloronas tiene su origen en esos padres que responden de inmediato a la demanda de sus hijos y que no permiten que dicha almita angelical aprenda a frustrarse o que experimente ese sentimiento que la acompañará a lo largo de su vida llamado angustia. Continuar leyendo