42. Las reventadas

La fauna amorosa

La jungla de los sentimientos desencontrados convoca diferentes especímenes que aúllan bajo la luna sus deshonradas catarsis. Vuelan y retozan alrededor del pantano: el pollerudo, la mosquita muerta, el conquistador compulsivo, la llorona, el paganini. Etiquetas que se pegan en nuestra cara para que el otro no se angustie si no sabe dónde encasillarnos. Todos necesitamos una etiqueta en la cara del bolud@ que nos mira. Continuar leyendo

26. El mito de la media naranja

Amores sepias

Capturados por la tierna imagen de nuestros abuelos o estafados por los finales felices de las películas, desde hace siglos que venimos atribuyéndole a las parejas armónicas y sintónicas una preponderancia suprema. Los patrones de la normalidad vienen dictaminando que una pareja “bien vista” es aquella que no se lleva más de dos o tres años y que mientras uno trabaja el otro cría a los hijos. Pertenecer al mismo barrio o clase social daba ciertas garantías de supervivencia amorosa, mismos gustos por los compromisos familiares y por los lugares de vacaciones. Con la llegada de la globalización cada vez queremos saber más, probar más, investigar más. La pantalla nos muestra otros mundos, otros modos de relación y otras formas de vincularnos. Continuar leyendo

20. Los Caracúlicos

“El espejo no tiene la culpa de tu cara”

 

Liliana Felipe

 

La invención del rostro

Hay personas, que en la repartija de rostros, no fueron favorecidas, y así como el lindo obtiene beneficios gracias a su cara, el fulero sufre, silenciosamente, algunos daños colaterales. De todos modos, a lo largo de los años, uno va teniendo la cara que se merece. Los modos de vivir van estilizando nuestros rostros y de acuerdo a cómo uno se pare frente a la vida, tendrá la cara que se merece. Continuar leyendo

10. Chamuyo mata zapán

El cuerpo es invisible

Al final uno se termina enamorando de todo, menos del cuerpo. La belleza, como todo lo bello, con el tiempo tiende a desaparecer. En la medida que vamos internalizando al otro, éste desaparece como objeto para transformarse en sujeto. Es decir, lo que en un principio fue fascinación termina convirtiéndose en algo natural. El amor es lo que viene después del cuerpo. Continuar leyendo