La relación entre la Cábala y el Psicoanálisis

#Cabala

Temurá o tsiruf

Consiste en tomar una palabra o un grupo de palabras y alterar su orden, de acuerdo con un código de permutación dado, para generar un nuevo término o una oración diferente.

Independientemente de estas clasificaciones, uno de los pilares de la cábala en general y de la mística en particular fue desarrollado de manera magistral por uno de los rabinos laicos seculares místicos más famosos que el judaísmo dio a la humanidad: Sigmund Freud.

El austriaco, conocido como el padre del psicoanálisis y considerado una de las principales figuras intelectuales del siglo XX, era, en principio, neurólogo. Por lo tanto, sus investigaciones iniciales, que no fueron en absoluto mecanicistas, se centraban en el funcionamiento del cerebro. Utilizaba diferentes drogas para experimentar sensaciones y vivencias, para ver cómo reaccionaban las diferentes partes del cerebro a estos impulsos. Después, sus trabajos migraron en otra dirección: al análisis de los sueños, a la apelación de los mitos, a la transferencia.

Todos elementos con fuerte raigambre mística.

Luego, el psiquiatra y psicólogo suizo Carl Gustav Jung trabajó el concepto de “arquetipos”, patrones que modelarían la forma en que la conciencia humana experimenta el mundo y se percibe a sí misma. Su teoría indica que los arquetipos actúan en todos los hombres.

A partir de esa presunción, postuló la existencia del inconsciente colectivo: un lenguaje común a todos los seres humanos, de todos los tiempos y lugares del mundo, constituido por símbolos primitivos con los que se expresa un contenido de la psiquis que se encuentra más allá de la razón.

En ambos casos, la práctica científica busca y hace anclaje en el misticismo. Conexión y transferencia. En el mundo del psicoanálisis, no son temas menores: el terapeuta (maestro) necesita que el paciente (discípulo) se ponga a su disposición. No para decirle qué es lo que tiene que hacer en la vida ni cómo debe hacerlo, sino para establecer entre ambos una escuela de interpretación.

La mística y el psicoanálisis, entonces, se manejan con un paralelismo más que destacado y apelan a conceptos en común: transferencia, identificación, el maestro como orientador.