Tav: Iesod, Maljut.

Arquetipo en David.

Fundamento del reino.

Energía del mejoramiento y superación personal.

Confianza de elevarnos desde lo pequeño y finito hacia el infinito.

Energía que fluye de Kéter dentro de Maljut.

Es nuestra potencia humana desplegada en semejanza a lo divino.

Es la unión sensual, erótica y sexual del cielo con la tierra.

Éxtasis del encuentro entre masculino y femenino en la unidad.

Es el beso del origen al fin, del cielo a la tierra.

De alef a tav.

Shin: Jojmá, Biná

Arquetipo en el Mesías hijo de José.

Sabiduría del entendimiento.

Saber entender para conocer y ser.

Energía del fuego.

Representa cambio para mejora.

Capta lo variable en lo invariable.

Complementa el pasado de Jojmá con el futuro de Biná.

Opera en el presente para que haya futuro.

Equilibra la unidad y la fragmentación.

Es la raíz del árbol de la vida.

Sus tres ramas simbolizan las tres dimensiones del alma.

También es shin de “esh”, del fuego eterno.

Reish: Tiféret, Iesod

Es José.

Belleza del fundamento.

Equilibrio del fundamento.

Es la energía de la paz.

Equilibrio de “shlemut”, completo e íntegro dentro y fuera de uno mismo.

Es reish de “rosh”, cabeza, liderazgo.

Representa energía mental y pensamiento.

Belleza del equilibrio de un poder que inspira y guía sin someter.

Kuf: Biná, Jésed

Es Naftali.

Entendimiento de la grandeza.

Entendimiento de la misericordia.

Energía de la risa.

Energía que busca la esencia de lo real.

Trabaja lo infinito sobre lo finito.

Amor a la existencia en el discernimiento entre lo real y lo ilusorio. Aplicación concreta del saber en el ser.

Tzádik: Guevurá, Tiféret

Es Asmer.

Poder de la belleza.

Fuerza del equilibrio.

La energía del gusto.

Representación de la justicia social.

Tzádik, la letra de tzedaká (solidaridad), precepto que sostiene la Torá toda.

Es tzádik el justo que sostiene al mundo.

Pei: Guevurá, Hod

Es Aarón.

Poder de la gloria.

Fuerza del esplendor.

Energía sobre el poder o dominio.

El valor de saber cuándo hablar y cuándo callar.

Del hebreo “pe”, que signifi ca “boca”.

Soy por lo que hablo y el silencio que comparto.

Es fortaleza de la gloria que, del cielo, hay en la tierra.

Ain: Biná, Tiféret

Es Dan.

Entendimiento de la belleza.

Entendimiento del equilibrio.

Energía del carácter fuerte y representa la fuerza del autodominio.

“Ain” es “ojo” en hebreo.

Mirar con los ojos cerrados y soñar con los ojos abiertos.

Visualizar lo interno como lo externo.

Su valor numérico es el 70: sod (el secreto).

Conecta la sabiduría de Biná con la hermosura de Israel.

Sámaj: Tiféret, Hod

Es Benjamín.

Belleza de la gloria.

Armonía del esplendor.

Energía del sueño.

Visión de realización.

La energía del perdón y de la protección.

La letra es un círculo cerrado y simboliza la energía cíclica de la experiencia.

Representa la posibilidad de expiar, liberar, enmendar, reponer.

Cualidad circular del tiempo y del espacio.

Nun: Nétzaj, Iesod

Es Manases.

Victoria del fundamento.

Es el olfato.

Energía emocional que ayuda al autoconocimiento.

Energía que conecta nuestras emociones.

Su valor numérico es el 50: las puertas del entendimiento.

Mem: Nétzaj, Hod

Arquetipo en el Mesías, hijo de David.

Victoria de la gloria.

La energía del agua.

Nuestras emociones en energía del lenguaje.

Energía que fluye entre lo oculto y lo revelado.

Letra cerrada que representa contención y unidad.

Su valor numérico es el 40: años de desierto, días de Moisés en la montaña.