Regalo de cumpleaños

#BosteroSoy

Noche de Copa, tribunas llenas, fuegos artificiales, Riquelme capitán, Bianchi en el banco. Un panorama ideal para festejar los 108 años de vida del club más grande del país. El regalo: el resultado, sólo eso.

Si bien en el primer tiempo el equipo generó algunas jugadas asociadas -como hace mucho no se veía, “tres pases seguidos”-, y justificó la diferencia en el marcador ante un rival que mostraba pocas luces, con el correr de los minutos nos volvimos a desinflar y la inseguridad se volvió a contagiar.

Tal vez influyó que Riquelme estuvo condicionado casi desde el inicio del partido. Cuando pateó el tiro de esquina que derivó en el gol, la zona de la distención en el aductor derecho le pasó factura. Pese a esto, estuvo muy activo en el primer tiempo, para mermar notablemente en el segundo, donde casi no pudo agarrar la pelota.

Ese segundo tiempo fue un calco de los últimos partidos. El mediocampo sin contención, poco peso en ataque y una defensa atrasada y tambaleante. Así fue que un equipo muy limitado como Barcelona de Ecuador se hizo de la pelota y merodeó el área, aunque asustando pero sin profundizar.

Ya habíamos hablado de los abonados a cometer penales, “Chiqui” Pérez y Caruzzo. Ayer casi repite el ex Argentinos, aunque a su favor hay que decir que tuvo que correr en forma desesperada a Damián Díaz porque Clemente se “durmió”.

Párrafo aparte para Nicolás Blandi. Lo veníamos pidiendo. Cada vez que jugaba cumplía con goles. Ayer no fue la excepción. La primera que tuvo fue adentro y después se lo notó enchufado, anticipando rivales. Se desmarcó y quedó solo para meter dos cabezazos que estuvieron muy cerca.

También hay que hablar de las lesiones. Algo llamativo. El plantel es amplio, pero perdimos a muchos jugadores. La enfermería está llena: “Chiqui” Pérez, Franco Sosa, el juvenil Zárate, Ledesma, Rivero, Acosta, Paredes y Erbes, entre otros. Bianchi ironizó y dijo que no sabe si va a poder juntar once para el domingo. Ojalá pueda.