CUENTO DE VIDA

#ColoresDeMilagros

Cuadro Mujer en Azul

Había una vez en un tiempo muy lejano, una niñita que creía en los cuentos de hadas, que soñaba en que nada malo le pasaría si se comportaba adecuadamente a las reglas que imperan en la sociedad. Pero se dio cuenta que de ella no solo dependía lo que sucedía sino que su alrededor se encontraba también influyendo constantemente su camino. Así comienza el largo trayecto de la vida, con muchas ilusiones y fantasías, creyendo que las tinieblas nunca le llegarían. Al tiempo se dio cuenta que no solo amaneceres o noches con estrellas contemplaría; sin tener explicaciones la noche muchas veces se quedaba sin luna, y las tinieblas sé entrometían en su camino, o tal vez una tormenta surgía arrasando con los lirios, con las rosas sin espina. Las semillas muchas veces se perdían, a pesar de creer que arraigadas se encontraban por todo el esfuerzo consumido al plantarlas. Aprendió que nada permanece, los cambios constituyen, producen, el crecimiento constante de nuestras vidas. Las etapas suceden sin visualizar la transformación en el instante mismo.

Los soles caen, la luna se mira en el reflejo de la laguna cristalina y su mirada no pierde el rastro, buscando el sendero correcto en el laberinto del tiempo en el que se vive. Sin saber él porque, las piedras aparecían de repente, tenia que sortear uno tras otro los obstáculos que se le presentaban sin tener muchas veces los medios adecuados. Incluso los mosquitos la picaban de vez en cuando provocando que volviera a la realidad cuando no se encontraba, las mariposas le daban aliento cuando estaba cansada de dar tantas vueltas, y las gaviotas la encaminaban hacia la montaña más alta y más lejana. No sabia a veces que camino tomar, ni tampoco sabia a veces como manejar su ansiedad. Su impulsividad la llevaba a apurarse por la noche sin observar las flores y la vegetación del bosque que recién disfrutaría con la luz del día.

La vida la fue haciendo crecer sin olvidarse nunca de sus cuentos infantiles. Se golpeaba de vez en cuando contra las grandes piedras, imploraba al cielo, a los ángeles que la ayudaran y que sus equivocaciones no tuvieran graves consecuencias. Soñaba constantemente con un mundo limpio, sin tantas suciedades ni desigualdades. Confiaba ciegamente en las personas y en el amor, sin darse cuenta que tenia que conocer, dar tiempo, antes de entregarse; esto lo iría aprendiendo mientras caminaba por los amplios senderos.

La vida la ha superado varias veces, la ha sorprendido desnuda frente a la cruel y helada intemperie. A veces siente que tiene una mochila tan pesada y tan grande que cargar a través de caminos sinuosos y pequeños, provocando muchas veces sentimientos de desasosiego, de soledad. Muchas veces esta a punto de caer, pero siempre surge un arroyo con agua para beber, una fruta madura cae del árbol mas alto frente a sus ojos dándole el alimento que necesita en ese momento, o tal vez un pajarito comienza a cantarle las mas bellas melodías encaminándola por los caminos mas luminosos y hermosos, por los senderos mas desconocidos que haya visto.

Sus referentes siempre la protegen pero a veces le ocultan los caminos, la omnibulan con lagos cuando hay ríos sin destino, intentan convencerla de la seguridad de un monte cuando ansia llegar a la cima de la montaña más alta. Los caminos se bifurcan, se encuentran, se mezclan, las espinas se clavan en sus manos delicadas de dulzura pura, sangran; sin darse cuenta que esas gotas de sangre la fortalecen, la revindican, la preparan para su destino más cristalino, para llegar cerca de las nubes de la gran cima.

Seguirá caminando, buscando siempre la luz en la vida, buscara el acompañante que quiera caminar con ella a pesar de que a veces tengan que volar sin alas para atravesar las dificultades que siempre sé entrometen a pesar de la pureza del espíritu. Las tentaciones nunca dejan de llamarnos, los caminos cortos se entrometen dándonos néctares de flores sin aroma, jugos sin semilla. La meta no puede olvidarse. La vida solo llega a disfrutarse cuando uno ha caminado, ha corrido, pero nunca ha dejado de transitar por los largos caminos, a pesar de que uno descanse, a pesar de que uno a veces desista, siempre uno tiene que seguir caminando esperando un nuevo amanecer, un nuevo destino. Nunca hay que dejar de soñar con hadas, en fortalecer el espíritu, no solo sirve con lo que se mira, sino lo que se siente a pesar de que no hay pruebas visibles….