Viajar… Guatemala y México (2 parte)

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A las cinco de la mañana del otro día, me paso a buscar una combi para ir a Flores en Guatemala. Quería hacerlo sin Tour porque realmente el precio para pasar a la frontera era alto comparado a los buses que te llevan a la frontera por 6 dólares. Pero es increíble como esta todo organizado para que no puedas pasar por tus propios medios, o sea si logras hacerlo tenes que pasarte todo el día esperando que se llene una barca o bus, en realidad sin tanto buscar decidí que vería de que frontera estábamos hablando y de ultima volvería por mis medios. La cosa es que agradezco que no me mande solita a probar porque la verdad es la frontera mas tierra de nadie que he visto en mi vida. Solo un río separa a las dos fronteras pero hay dos o tres barquitas solas, sin gente ni barreras, ni nada, o sea que si uno quiere pasa el control de pasaporte que para esto te coimean pero ya llegaremos a ese punto, la cosa es que podes pasar sin problemas.

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Ya me habían contado el tema de que no tenia que pagar nada en Guatemala porque era corrupción pura (un Sudafricano en San Cristóbal de Casas me había contado que él no había pagado). Pero los mexicanos no se podían quedar atrás, y también pedían coima, con la excusa que si no les pagabas tendrías que pagar luego el triple para entrar. Yo la verdad no entendía mucho pero bueno bien a la argentina, me salio de adentro le digo que me explicara entonces el hombre me dice que si no le pagaba me retenía la entrada al país que te dan por el avión y si me la retiraban después tenia que pagar el triple para volver a entrar, yo por las dudas le empecé a decir que no podía ser que yo había averiguado, etc. ¡Y para que! Apareció el del Tour que también esta enganchado en esta gran coima y me empezó a decir que revolucionaba a los demás, porque claro todos como no entienden pagan y yo le decía que me explicara, la cosa es que no pague nada me dieron el boleto y me separaron de la fila para que no contagiara al resto del grupo. Yo no lo podía creer, porque esos  dólares se los quedan ellos porque no te dan ningún recibo y me dieron lo mismo que antes tenia. Me fui realmente con la idea de que tal vez tendría problemas al entrar de nuevo, en realidad no pensé mucho en lo que hacia más cuando en Guatemala vi la película BABEL y me empecé a hacer la cabeza que me tendría que haber callado la boca, pero bueno si vieran la situación me entenderían. Los de la frontera no están ahí o sea los llaman por teléfono los de las combis cuando están en la puerta con “los extranjeros”, o sea que los esperamos media hora, mientras tanto sin mucha explicación y sin darte ningún papel ni hacer nada con tu documento te piden plata y después volves a salir. Bueno llegue a la orilla de la nada, y tomamos el barquito medio hindú que nos llevo por 1 hora a la otra orilla donde nos esperaba otro bus, o sea solo el bus con el conductor, no hay nadie mas que esa persona y dos hombres tratando de cambiarte dinero con el peor cambio pero el guíate dice que es mejor allí. Yo me acordaba de la frontera de Argentina con Bolivia, hormigas de personas cruzando y acá solo 12 personas que veníamos en barquito, sin cola, sin barreras, sin guardia, sin nada. Porque recién a los cinco kilómetros hace un stop el bus para ponerte el sello de entrada a Guatemala, y la verdad esta vez de nuevo me pidieron dinero y yo pensaba en que ya había tenido lío con el guía anterior y la verdad que no sabia si me había equivocado al protestar en esta o en la otra pero bueno pague, pensando en que había hecho buen negocio todavía. (La  historia de la frontera no termina, continua ala salida).

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La cosa es que llegue a Flores, y allí ya me uní con dos canadienses de 19 años que parecían mis hijas, porque perdían todo, tardaron una hora para llegar al Tour, no tenían plata para pagar las fronteras, pero bueno tenían una data que yo no tenia donde parar en Flores. Porque de algo estaba segura cuando empecé el viaje era que nunca terminaría en Guatemala, pero al estar en Chiapas la tentación era muy grande y yo no pude resistirme. Termine con las dos chicas en “Los Amigos” hostal, y fue mas que un acierto, súper chill out, súper cómodo, barato y con toda la onda. La verdad que hay un montón de gente viajando por centro América y Guatemala es paso obligado, así que conociendo mas gente se nos paso  el día sin salir del hostal. A las tres de la mañana nos pasaban a buscar para hacer el Tour en el amanecer en las ruinas de Tikal. Me desperté temprano y las canadienses perdieron el ticket del Tour, con mi labia convencí al guía que lo tenían pero bueno se olvidaban las cosas y pudieron venir. Llegamos a las ruinas sin amanecer todavía, y con llovizna, lo cual el camino de subida para esperar la salida del sol se hizo un poco dificultosos y molestos. Principalmente porque después de subir unas largas escaleras, el sol estaba totalmente escondido entre nieblas y nubes que no dejaban de largar gotas. Así fue como empezó el Tour que continuo hasta las once de la mañana, la verdad lo mágico o lindo de las ruinas de Guatemala en comparación al resto que he conocido, Chichén Itzá, Machu Pichu, etc., es que están vírgenes, intactas, en medio de la selva, y todavía sin tanta estructura, lo cual hace que te sientas explorador descubriéndolas entre los árboles y lianas de la espesa jungla. Eso si las piernas agotadas de subir tantos escalones. Me divertí con unos ingleses de 19 años, que me hicieron reír mucho. Luego todos se volvían pero yo me quede un rato sola en las ruinas, dibujando un poco y dejándome perder un poco más, fui al museo y cosas así, que hicieron que regresara a Flores como a las  2 y media de la tarde, pasando por El remate en el camino, un pueblo en las orillas del lago muy lindo. Porque Flores de Tikal queda mas o menos a dos horas. El día se había convertido en un horno, realmente el calor era terrible, así que llegue me puse la bikini y a encontrarla orilla del lago para bañarse, y sin dudarlo al encontrarlo me zambullí de una. Estuve un rato allí mirando la paz del lago y del pueblo. Luego volví al hostal a charlar un rato con la multiplicidad de personas de distintas nacionalidades que había y luego me puse a pintar un rato hasta que se hizo la hora de la película BABEL, que todavía nunca había visto y les juro que al verla solo pensé en mi determinación para hacerle frente al guardia del pasaporte en México sin ninguna duda de que estaba en lo cierto y de hecho lo estaba.

Al otro día, cinco de la mañana partía nuevamente para México, nuevamente el mismo Tour, ya que no hay forma de llegar de otra forma, (un monopolio), me despedí de las chicas que seguían a Belice rumbo Tulum, pero mis planes necesitaban llegara otro destino. Así fue como de nuevo haciendo las cuatro horas para llegar a la oficina de Guatemala para poder pasar la frontera, y ahí sin dudarlo deje pasar a unos cuantos del grupo antes y veo que un hombre holandés no quiere pagar si no le dan recibo, entonces yo digo, yo te pago pero dame recibo, porque me parecía una ridiculez total pagar por salir, todavía por entrar lo entiendo, así fue que nos dejaron para lo ultimo y sin la menor desfachatez nos mira y nos dice voy a entrar a buscar los recibos y nunca mas sale, lo cual hizo que saliéramos de la oficina sin pagar nada y con los pasaportes sellados, una locura, yo no lo podía creer, solo lo hice porque estaba el holandés súper plantado de que estaba podrido de la corrupción centroamericana. La cosa es que cruzamos el barquito y que sucede, nuevamente nadie en la oficina mexicana, llega una hora mas tarde, el mismo hombre de la otra vez, y sin ningún reparo me sella el pasaporte y me dice buen viaje. Mientras todos los demás tuvieron que pagar los 30 dólares. Nuevamente cuatro horas en el bus, se me hizo ameno charlando con una pintora francesa y dos artesanos venezolanos que me contaron los pormenores de nuestra querida Centroamérica, donde la corrupción es cosa de todos los días, buscándote excusas por cualquier cosa para pagar unos dólares que terminaran quedándose en sus bolsillos porque realmente es tierra de nadie. El río lo podes cruzar nadando y ya estas en la otra frontera, indocumentados por allí es sinónimo de posibilidad. La cosa es que salí ilesa de estas fronteras y feliz que ya estaba de nuevo en camino. Y la verdad creí que en palenque no me quedaría pero se hizo mas tarde de lo pensado y termine tomando el único bus que me llevaría a mi próximo destino, la tierra del cacao, Oaxaca.

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Me fui a Oaxaca y a Puebla, dos ciudades coloniales y tradicionales de México. Oaxaca me gusto, pero no me enamoro, tierras de pasado y de movimientos varios. Me perdí, subí alas ruinas, comí lo típico de la ciudad, me encontré en un mercado de insectos, artesanías y de bolsas de Frida coloridas y fui a varias iglesias. Dormí una noche y luego de estar otro día dando vueltas termine en Puebla, lugar que ame. Puebla es una ciudad que uno no se puede perder, porque tiene todo lo que uno espera de México encontrar, de sus raíces,  además comí el MOLE PUEBLANO, un pollo con una salsa de chocolate, bueno de cacao con especies, que no se puede creer lo rico, el sabor exquisito que tiene, así que altamente recomendable, siguiendo los pasos de la Lonely planet, primera vez que me acompaña en un viaje y  altamente recomendable. Tome un Tour que me llevo a ver todos los imperdibles de la ciudad. Los mosaicos me encantaron y el colorido. De ahí tenia dos opciones quedarme en Puebla esa noche o partir para México City donde pararía en la casa de un amigo de mis amigos ya que se habían ido de viaje porque yo me había retrasado y tenía cosas que había dejado en su casa. La cosa es que llamaba al amigo y no me contestaba y decidí utilizar un antiguo método que utilizaba, que hacia tiempo que no hacia, que era tirar papelitos. Los que me conocen saben, es poner dos papeles con el nombre de cada ciudad y preguntar al universo donde me convenía ir, y me salio 3 veces que fuera a México city y bueno me fui. Era media locura, porque llegue a las 12 de la noche a México city y sin poder comunicarme con Carlo. Estaba en la terminal, de noche y sola, sin saber quehacer. De pronto me acuerdo que visitando el zócalo había visto un hostal que tenia toda la onda y de casualidad, si las hay, había guardado el papel. Así que me fui en metro, súper seguro a la Catedral (los taxis me habían perdido varias veces y siendo de noche me parecía mas peligroso que estar en el metro con gente) y de ahí camine solo una cuadra al hostal, que me encanto, porque de noche las ciudades tienen otro color, olor y sonido. Llegue al hostal y trate nuevamente de comunicarme con Carlo pero nada, y tome un cuarto, el cual me avisan que no había agua por un imperfecto que se arreglaría en unos minutos, yo venia muerta y solo quería bañarme y dormir, pero el destino me deparaba otra cosa. Escuche música y seguí el ruido al ultimo piso, una terraza donde estaba lleno de gente del mundo hablando mirando la catedral de noche, que es un espectáculo.

Ni bien entre al lugar vi a un chico que me encanto, y a los pocos minutos se acerco a hablarme. Era australiano, se llamaba Chad, estaba viajando por el mundo, y recién empezaba su viaje solo, ya que había estado viajando por Estados Unidos con su hermano mayor. Justamente en Los Ángeles y San Francisco donde pensaba ir, así que me prometió pasarme información de allí. Cuando me cuenta que tenia 21 (y yo 29) años, me aleje, era muy chico para mi, pero tenia un encanto especial. El bar cerró y terminamos en su habitación con el hermano y otra gente de fiesta. En un momento estaba mirando la ventana y me agarro de la mano, me miro a los ojos y me da un beso en la boca sin importar que estuviera todo el mundo alrededor nuestro. Todo era muy divertido. Era chico pero tenia agallas y eso me gustaba. Desde que había empezado el viaje había estado en contacto con el americano porque sentía que valía la pena volver y continuar con él, pero ya había decidido cambiar de pasaje y extender mi viaje, y al mismo tiempo fluyo el encuentro, nunca me lo hubiera imaginado por su edad sola me autocensuraba. Era una energía desbordante lo que me provocaba Chad que no puse freno. Su hermano se iba en pocas horas y desde la mañana podíamos hacer programas juntos. Lo mismo me levante a las 8 am con intención de ir a la casa de Carlo a buscar mis cosas y dejar el hostel, cheque internet y tenia un montón de mails de Carlo contándome que se le había roto el celular, que llamara a su casa (esas cosas del destino). No podía estar con alguien tan chico me repetía. Pero cuando había decidido irme del hostal termine tocando el ascensor en el piso de Chad y tocando la puerta para que me atendiera y me dijera que bajaba a mi cuarto en unos minutos para salir de paseo por el DF. No pude resistirme a su frescura y terminamos todos el día juntos. Fuimos a todos los museos que no había podido ver porque siempre se me ocurría ir los lunes que estaba cerrado, y justo los domingos son todos gratis, así que  lo pasamos increíble, porque me destacaba de toda la historia del arte que tenia en mi sangre de tanto haber leído de los muralistas, de Diego Rivera y Frida y Chad disfrutaba de conocer sin imaginarlo. A veces lo que parece un desastre termina siendo lo que tenia que suceder.

El lunes tenia que ser el día serio ya que tenía que arreglar mis tickets de vuelos. Llegue a la mañana a la agencia de viajes para irme a Los Ángeles y de ahí a san francisco y luego a Puerto Vallarta, era un plan loco pero empecé limitándolo a LA, MEXICO, LA,  y bueno empezamos con 600 dólares, que era imposible de pagar y termine pagando con mi idea original de vuelos, o sea una maravilla la única suma de $320 dólares, no me pregunten como porque ni yo lo se, besaba al mexicano que me consiguió la ganga, de la felicidad, les juro aplaudía. La mente es increíble porque yo iba súper positiva a conseguir mi pasaje para el otro día, imagínense que tendría que ser súper caro pero bueno la buena onda, hace maravillas, y no solo eso tenia que cambiar mi pasaje a argentina y le pregunto sabes donde queda LanChile y me dice justo a la vuelta de la esquina, era una coincidencia maravillosa, porque realmente México city te pierde entre sus diagonales y la gente que no te indica bien. Estaba feliz, y me perdí en la city porque me había olvidado un papel y tuve que volver al hostel y volver a lan chile y me perdí y la ciudad te agota, así que cuando estoy volviendo súper cansada entro a bodyshop a probarme una crema y la chica me dice te ganaste una mascara de limpieza, un maquillaje, sentate y disfruta, yo feliz, no podía creer el mimo. Llegue al hostal feliz de la vida, y me fui a buscar mis cosas a lo de Carlo que me estaba esperando hacia dos días, pero bueno la vida me deparaba encontrarme con el amor. No necesitaba hablar con Chad, que me sorprendía, me llevo a comer al Café Tacuba (lugar al que se debe el nombre de la famosa banda) donde mosaicos y mariachis nos recibieron y disfrutamos de los típicos platos mexicanos (el primer día en el DF vi ese lugar y quise ir a comer ahí pero no lo hice), después me invito a desayunar a un lugar divino que también había pensado en hacerlo cuando me encontraba sola. Nos completábamos y a pesar de sus escasos años tenia muchas ganas de aprender y compartir. A veces los prejuicios nos hacen perdernos encuentros maravillosos que están en tu destino. Nos despedimos hasta un hasta pronto y con mucha suerte para ambos para seguir nuestros viajes.

Viajar… por México

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Mi viaje se armo casi mágicamente, millas y un pasaje en promoción hicieron que por 450 dólares me encontrara en el DF en mayo del 2007. Me fui “enganchada” de un americano que por unas semanas todo había fluido. Mi plan eran 20 días pero termine viajando por dos meses y medio y claramente todo cambio. Los días se extendían y el viaje parecía planeado de antemano. Mi llegada al DF mexicano fue tarde, pero muy bien recibida, ya que un amigo de la infancia, me esperaba en su casa con los brazos abiertos y un chofer que me paso a buscar en el aeropuerto (el avión se retraso mas de lo debido pero realmente disfrute de tres maravillosas películas en el trayecto que se las recomiendo: La búsqueda de la felicidad, El ultimo rey de escocia y Ms Potter!!! y de la compañía de una mexicana enamorada de un argentino que trabajo en la oficina de turismo mexicana en baires y me recomendó varios lugares que no tenia pensado pero por lo que veo tendré que transitar, nada es por casualidad).

El viernes me fui a recorrer la ciudad aunque un poco tarde dado que primero fui a ver la clase abierta de Olivia, la hermosa hija de dos años de mis amigos, una dulzura bien determinante. Llegue al auditorio nacional decidida a perderme en la ciudad, sin la lonely planet que bien prestada me ha sido, solo con las indicaciones de mi amigo que no podía entender como con solos horas de encontrarme en la ciudad al mencionar el auditorio nacional le conteste “EL QUE ESTA AL FRENTE DEL HARD ROCK” mi memoria visual es así de maravillosa. El día era hermoso, el sol brillaba sin cesar así que decidí dejar el bus Tour por la ciudad ya que preferí perderme en el gran parque de la ciudad donde hay lagos y un bosquecito que me sorprendió con una ardillita comiendo una nuez. Después decidí subir al castillo Coatlicuet, o algo por el estilo, realmente los nombres son imposibles de retener por más esfuerzo que haga, pero el castillo me deslumbro por su magnificencia y su parecido a un castillo europeo, los jardines te mostraban toda la ciudad. Los objetos y murales que se encontraban allí te encantaban. Después de sentirme una princesa europea por una hora baje a continuar mi recorrido por el parque aunque en vez de continuar entrando a museos, el día era tan lindo, decidí tomarme un bus en el cual se me adjunto un mexicano que trabajaba en turismo y me fue explicando un poco de la ciudad, la verdad fueron bien recibidos sus comentarios ya que hay tanto para ver.

 

La ciudad me sorprendió, ante las pocas efusivas palabras que me la habían descrito, mis expectativas eran nulas por no decir ninguna y eso creo que ha hecho que me encantara más, primero la avenida Reforma tiene en sus dos márgenes asientos intervenidos por artistas de los más diversos y divertidos que me gustaron por su originalidad y además por el espacio de encuentro que crea, después empecé a caminar en dirección al Zócalo, la parte antigua de la ciudad, y como no comentar el Palacio de Bellas Artes o El Edificio de los mineros una arquitectura que te deslumbra, continúe caminando y pase por el edificio de los zócalos, una belleza de las tierras andaluzas en México, esquinas intervenidas, trafico desordenado, gente por doquier, la verdad que me sentía cómoda en una nueva ciudad pero que tenia algo de conocido, una mezcla de España que te llegaba por todos lados. Llegue finalmente al zócalo donde me despedí del guía, y me encontré con una gran bandera, realmente la bandera mexicana es enorme, de alguna forma te abraza como si quisiera decirte somos grandes, somos y nos mostramos, no pasaremos desapercibidos. Entre a la catedral a prender mi velita de la suerte, siempre al empezar un viaje prendo mi velita en una iglesia, y así fue como me encontré con esta catedral barroca que me hizo recordar a la catedral de Sevilla, un poco mas chica pero la misma distribución y ese dorado que se despliega por doquier mezclado con su madera oscura que plantea un contraste. Luego del largo paseo me di cuenta que mi estomago necesitaba comida, me senté en un típico bar a comer una quesadilla típica, que rico, la verdad los sabores son tan diferentes a lo acostumbrado. Luego dado que era viernes decidí que era hora de regresar para que el tráfico no me agarrara en camino, ya que mi amigo vive en el barrio de santa fe, un poco lejos del centro. Me tome un bus que me dejo a dos cuadritas de la casa y retorne con una hermosa impresión de mi primer día de paseo por el DF, ya que la arquitectura es más que diversa y compleja pero de alguna forma no te choca sino que se integra. A la noche salimos a comer a un típico restaurante mexicano.

 

El sábado fue un típico día de Shopping, nos encontramos con unas amigas de donde estaba parando y charlamos sin parar. A la tarde nos encontramos con otros amigos en la casa donde paraba que se iban intercambiando sin cesar hasta finalmente cenar en compañía de un mexicano y de un argentino recién llegado a vivir a estas tierras. El domingo nos levantamos y fuimos a Coyacan visitando la casa de Frida, la azul, que me encanto ya que tuve la posibilidad de ver sus objetos y lugares que hasta este momento solo se habían mantenido en mi imaginario a partir de libros. Luego fuimos a la feria de la plaza y dimos unas vueltas para retornar a la casa que nos esperaban amigos argentinos que viven en San Francisco. Los días pasan muy reales en esta ciudad y la verdad que el plan de mi viaje se organizo de una forma que me encanta. Sincrodestino o no, las cosas resultan más fáciles de lo pensado. La verdad que estoy disfrutando enormemente el encuentro con mi amigo de la infancia y su familia, ya que hacia años que no veía, mas que colores lo que han fluido son las palabras.

 

Al otro día, me fui a las famosas pirámides del sol y de la luna, antes pasando por la basílica de la Guadalupe, que realmente es impresionante la devoción que tienen los mexicanos a esta virgen. Es algo increíble, en el complejo hay más de 6 iglesias diferentes que se unen por cascadas, jardines, fuentes, estatuas, relojes que muestran escenas del encuentro de la virgen con el indio Juan, cosas así. Muy loco. Después me tome un bus y me fui para las pirámides, la verdad me muevo bastante bien por la ciudad, y eso que es un lío, tengo que reconocer que los mexicanos te ayudan bastante, son muy simpáticos. Las pirámides están buenas te dan mucha paz, pero realmente la gente vendiendo artesanías no deja de molestar, y bueno termine agotada dado que  es un amplio espacio el cual hay que caminar y subir escaleras, etc.

Al otro día salí con destino a un lugar pero termine en otro, así nomás, en realidad me fui a San Miguel Allende, un pueblito súper colonial, de todos los colores que me hizo pensar en lo que realmente venia a buscar de México, colores, murales, estrechas callejuelas de adoquines. Después de San miguel decidí irme a Guanajuato, la verdad es un placer viajar solo con tu cartera, así nomás decidí no volver a dormir al DF y conseguir un hotel en Guanajuato, ciudad donde se realiza el festival del Cervantino, realmente es una ciudad llena de música y estudiantes, por doquier, es fantástica, la ciudad es muy linda y ordenada, y hay mariachis y gente bailando, riendo por doquier. Hay un callejón muy famoso llamado el del beso porque tiene una dulce historia de amor ( se quedó una tradición, en que todas las parejas de enamorados, amigos o matrimonios que pasen por el Callejón del Beso, si no se dan un beso en el tercer escalón contándolos de abajo hacia arriba, se llevarán siete años de mala suerte, pero si se lo dan llevarán quince años de buena suerte. Si no traen pareja no les pasará nada.”), me empape de la ciudad, camine y me perdí por sus callejuelas hasta encontrar un hotel frente al teatro Cervantes donde dormí mirando a la gente bailar hasta tarde. A la mañana siguiente, muy temprano seguí de caminata por la ciudad, fui al teatro Juárez, emblema de la ciudad por sus mosaicas y hermoso decorado, y después al museo de Don Quijote de la Mancha, como no entrar y refrescar la memoria con las líneas de ese hermoso libro que habla de pelear contra molinos de viento, si en la vida solo peleáramos contra ellos.

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Después de sentir que la ciudad había sido absorbida por mis ojos, me tome un bus para llegar a la central de autobuses (tengo serios problemas con las palabras, no puedo memorizar ciertas como los autobuses se dicen carros o algo así pero nunca puedo recordarlo). La cosa es que son unas 5 horitas a DF que con trafico y lluvia (a la tarde siempre llueve un ratito) se hace mas largo. Lo bueno de esto es que conocí un vasco que ya me invito a una fiesta en la playa dentro de unos días, ¿cosas del destino?, quien sabe, pero lo bueno es que hay una mezcla de internacionales que se van para Chiapas que es mi próximo destino. La cosa es que después de llegar tarde al DF, pedí un poco de placer y de lujo, porque les juro que los autobuses, el metro se vuelven un poco insoportables con la lluvia en el DF, y termine llegando muy tarde a lo de mis amigos y bueno la vida me lo dio sin saberlo. Porque a la mañana siguiente nos fuimos con mis amigos a ACAPULCO de sorpresa, a un complejo con piletas, jacuzzi y playa que realmente disfrute a pesar de que claro mi estomago es delicado, y termine en la sala medica por problemas de estomago que no definiré pero que se imaginaran así que me pase unos cuantos días sin comer pero mal no me vino y la verdad que disfrute del lugar. Después de tres días de descansar y disfrutar me fui para PUERTO ESCONDIDO, una playita divina donde se practica surf, la gente que anda viajando es muy chill out, fiestitas a la noche. Disfrutando realmente de no hacer nada, ni pintar todavía he hecho, solo mirar, pensar, recordar y sentir y me dejo llevar. Lo bueno de puerto escondido es que conocí a otra argentina viajera, Analía y a un alemán que nos unimos para viajar juntos, así que estoy con ellos dos de paseo y realmente un disfrute, cada uno haciendo la suya pero compartiendo y eso esta bueno, además este lugar es muy lindo para no compartirlo con otros. La gente viene por un día y no se puede ir, es una risa escuchar los cuentos.

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Si alguna vez andan por México no dejen de pasar por ZIPOLITE; es una playita con una energía arrolladora de buena onda, estoy como en otro mundo, dos rocas enmarcan la playa de arena color dorada y unos hotelitos a lo lejos con techos de paja que lo hacen a uno pensar que esta en oriente se ven a lo lejos. Y bueno yo me encuentro aquí en un hotel con habitación mirando el mar, me acuesto escuchando los sonidos tan claros que es como si estuviera sumergida en el océano. Mi imaginación buscaba un lugar tal cual como este, no podía creer que existiera y que lo encontrara en el camino. Solo eso estoy disfrutando de no hacer nada, solo acariciar la arena y sentir al mar en todas sus formas. Zipolite fue mas que un sueño. Una de las noches era full moon, luna llena, y hubo fiesta con fuego, danzas, música y tambores en la playa, para esto todos los días cenábamos en “El alquimista”, el mejor resto del pueblito, divino, con velas, música argentina (ya que el dueño es argentino) y claro en la playa. La cosa es que conocimos un grupo de tres israelitas surfers, el cual uno pintaba y eran muy divertidos. Desde que empecé a viajar no paro de encontrar pintores en todos lados, es como un exchange cultural, un flash. La cosa es que al otro día de la luna llena, nos fuimos al mirador a ver el mar en todo su esplendor, desde arriba de Shambala uno de los hoteles asiáticos del lugar. El lugar es imperdible, realmente hermoso, me la pase en el mar y en la hamaca paraguaya mirando la nada, porque la verdad lo necesitaba. Siento que el mar me acaricia al dormir, en algún punto te transporta a su interior. También fuimos a pasar el día a Mazunte para ver las tortugas marinas, pero Zipolite me encantaba como si tuviera un hechizo. Tomamos café israelí y aunque no podía creerlo, el alemán se sentía incomodo en compartir la mesa con los tres israelitas que yo me había hecho amiga, y por suerte ellos le demostraron que no había problema. No podía creer que actualmente afectara una historia que ya es pasado, pero el sentía que ellos no iban a integrarlo, por suerte no sucedió así y terminamos compartiendo todos juntos.

La tormenta nos sorprendió en nuestras ultimas horas de Zipolite y nos fuimos en camionetita los tres para tomar el bus para san Cristóbal de casa en Chiapas, con Ana no puedo parar de reírme porque lo volvemos loco a Philippe el alemán que es muy estructurado y termina aceptando que le cambiamos los planes todo el tiempo. El viaje duro toda la noche y llegamos a san Cristóbal, una ciudad colonial, donde la comunidad aborigen esta en todo su esplendor. Llegamos a un hostal muy lindo pero que la dueña tenía una energía terrible, les juro que era una bruja. Lo bueno fue que llegamos y una holandesa estaba desayunando que se iba a un Tour al Cañón del desfiladero y así como estábamos nos metimos en el Tour. La verdad que yo hice toda la movida y los otros dos ni sabían a donde se metían pero estuvo buenísimo, anduvimos en una lancha mirando cocodrilos, garzas, murciélagos, pájaros, ardillas y una vegetación increíble en el medio de un cañón que vale totalmente la pena ver. Regresamos, el día había sido increíble en el cañón pero no así en san Cristóbal, la lluvia no paraba. Así que mi decisión apresurada había sido más que acertada. La cosa es que a pesar de la lluvia nos fuimos a caminar por el centro. Encontré una pintora increíble, Kiki Suarez, alemana que se enamoro de un mexicano, que pinta increíblemente bien y tiene una tienda como algún día yo tendré. Hermoso!. Luego se armo la despedida con mis  dos compañeros de viaje ya que yo seguía y ellos se quedarían unos días más en esta ciudad colonial que para mi visión no es más que otra ciudad de las tantas de nuestra querida Latinoamérica, mi sed de ver buscaba más.

Así fue como a las 7 de la mañana me levante y me fui a la terminal, había perdido el bus eso hizo que buscara alternativas, siempre las hay en estos países, así que combi hasta una ciudad justo un taxi compartido salía y ahí estaba yo, la verdad súper relajada porque el paisaje en Chiapas es hermoso, la carretera es linda, es bosque, es selva, es un mix todo junto. Muy pintoresco. Además es esos momentos de ver una nueva carretera uno no puede parar de pensar en uno mismo y bueno disfruto de esa soledad en donde mis recuerdos y mi vida pasan como en cámara lenta. Me baje en Agua Azul, unas cataratas al estilo el Iguazú pero tres cuartas partes, la verdad que no me gusto tanto, pero bueno las recorrí con mochila a cuestas, ya que estaba de aventura. Después me tome uno de los taxis que me dejo en la carretera de nuevo para tomar otra combi que me dejaba en Misolha, y eso si que valió la pena, la verdad es una catarata increíble, de mil metros de altura, hermosa, les juro que me quede sin aire al verla y me tire a nadar en sus aguas verdes. Maravilloso. Después entre a una cueva donde había unas cataratas con estalagmitas, todo oscuro con una linterna que te metía un tipito, la verdad increíble. Se firmo una película allí que yo no vi, pero lo mismo vale la pena, porque es todo verde con un manantial natural que fluye con tal intensidad que te envuelve. Nade hasta casi debajo del chorro pero bueno por mas película que me quise hacer la verdad el manantial de la catarata era más que fuerte. Después de mi natación tenia que volver caminando. Me obvie la parte que me dejaron en la ruta y no había taxis lo cual me tuve que caminar casi dos kilómetros con la mochila, la verdad quería recordar o pensar porque no sabia cuantas cuadras entraban en un kilómetro para calcular, pero bueno empecé a caminar, y cuando pensé que la vuelta iba a ser igual, bajo el intenso sol, un auto divino con una pareja del DF súper cool me levanto, así que me llevaron a la ruta de nuevo donde paso una combi que me llevo a Palenque. Estaba solo yo mirando el paisaje, disfrutando del día, cuando a mitad del camino nos paro la policía que parecen militares, con sus ametralladoras y me revisaron el bolso, porque parece que hubo guerra entre narcotraficantes y la policía y revisan todo. Y bueno después de la situación que no me gusto porque te tratan mal, me hablaban en nativo para que no los entendiera y el mexicano de esa parte es bastante machista y no le gusta ver que una chica ande sola. Seguí a Palenque.

Palenque, es una ciudad que dista mucho de lo lindura de San Cristóbal de las Casas en el mismo Chiapas, y por más que uno le busque la vuelta no la encuentro, feo. Quiero huir lo antes posible pero todavía no se bien si me quedo a ver las ruinas o parto para Tikal. Feliz con la decisión de ir a Guatemala, siempre quise ir a ver esas ruinas pero nunca creí que quedaban tan cerca de Chiapas. Momento de pensar de nuevo en el viaje. Al encontrarme a la holandesa en el hostal, mis planes cambiaron, Bridgit tenia toda la onda y nos quedamos horas charlando de la vida y del amor, por lo cual decidí darle una oportunidad a las ruinas. El lunes fuimos a las ruinas de Palenque con Bridgit y se nos adjuntaron 3 típicos mexicanos del DF, que la verdad me hicieron matar de risa, porque además de ser graciosos, nos contaron todas las peripecias de los mayas, o sea no teníamos guía pero era como si los tuviéramos ya que teníamos auténticos mexicanos que habían estudiado bien en la secundaria la historia de México. Las ruinas me encantaron, realmente son mágicas y están muy bien preservadas y te hacen sentir que te cuentan secretos a tu paso de sus rituales. Estuvimos todo el día dando vueltas por ahí y después volvimos a palenque para cenar y charlar aun más.

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CONTINUARA