Hay días para el olvido, por lo tristes, por lo oscuros; sin embargo, hay fechas, periodos y etapas que, aun siendo dolorosas, deben quedar en la memoria.

El 24 de marzo es el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, y sería una obviedad y una redundancia preguntar y responder qué se conmemora, porque está implícito en su nombre. Por eso hoy, como de libros (y afines) se trata este blog, solo les recomiendo lecturas.

Entre lo que les dejo, hay libros, hay recursos digitales y hay dos muestras.

 

 Rompecabezas

Escrito por María Fernanda Maquieira e ilustrado por Karina Maddonni.

Editado por Alfaguara Juvenil (Serie azul).

Tiene 208 páginas.

 

Mi elección tiene múltiples motivaciones. La primera fue el hecho de que fui movida por la curiosidad de su temática; de cuya existencia me enteré por los Premios de la Fundación Cuatrogatos 2015  –premiado entre los veinte ganadores–, este fue el segundo punto de interés. El tercero fue que sea una novela.

Mora es una púber a la que nada, absolutamente nada, le es ajeno; aunque lo calle, aunque no pregunte. La historia transcurre en 1982, así que podrán imaginar los sucesos que la atraviesan (antes y después de la novela en sí).

Mi sugerencia, finalmente, responde a –si las razones anteriores no fueron suficientes– que es una novela que no toca «el tema» directamente –para quienes tienen resquemores al respecto…–, y sin embargo, atraganta, dispara (sobre todo, con lenguaje claro, obvio, cercano, llano y de una chica de esa edad), señala y dice mucho mucho mucho más de lo que en sus páginas está escrito. Es un libro que funciona muy bien para abrir cabezas, para avivar cuestionamientos, para hacer preguntas y evitar que los padres nos hagamos los otarios…

 

 

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La línea

Escrito por Beatriz Doumerc e ilustrado por Ayax Barnes.

Editado por Del Eclipse.

Tiene 80 páginas.

 

Este libro sorprende, es una perla, un hallazgo. Primero porque es un libro que fue escrito hace casi cuarenta y un años (mínimo), pero continúa vigente, muy. Segundo, porque es un libro álbum (lo que significa que no por ello no pueda ser político), y no porque lo diga su cubierta, sino porque cumple cabalmente con lo que significa un libro álbum.

En cuanto al contenido, es definitivamente un libro mordaz, honesto, combativo –y obviamente prohibido por la última dictadura–, interpela aun no leyendo las leyendas que acompañan a las ilustraciones.

Es un libro que no pasa desapercibido. Definitivamente lo considero una maravilla.

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Abuelas con identidad: la historia de Abuelas de Plaza de Mayo y los nietos restituidos

Escrito por Carla Baredes e Ileana Lotersztain e ilustrado por Eleonora Arroyo.

Editado por Iamiqué.

Tiene 52 páginas.

 

Tal vez esta elección sea la más obvia, porque ya sabemos desde la tapa misma de qué habla. Sin embargo, lo novedoso es el detrás de este libro. Es uno de los pocos –al menos de los que tengo conocimiento– libros cuyos destinatarios directos no son adultos que es ensayo, que es una seria investigación. ¿Para qué? Para conocer más sobre nuestra historia.

En lo personal, conozco por una de sus hacedoras lo movilizante que fue hacer este libro. Y ciertamente que lo es, y esto lo sé por haber trabajado, de alguna manera, para Abuelas –en Teatro por la Identidad–y lo conmovedoras que son las restituciones.

El libro vale como objeto en sí, pero a la vez como documento histórico, como disparador para escuelas e instituciones que trabajen con infancia y juventud, como mínimo.

Y porque, definitivamente, la verdad te hace libre.

 

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Y siguiendo con la línea investigativa, les dejo varios recursos para leer (sé que hay muchísimo más material):  en Imaginaria, «Los libros infantiles prohibidos por la dictadura militar en Argentina: fragmentos del fascículo Un golpe a los libros (1976-1983)» y  «El pueblo que no quería ser gris»; y el blog Libros que muerden. Existe un libro, editado por la Biblioteca Nacional, cuyo título es Los libros que muerden: literatura infantil y juvenil censurada durante la última dictadura cívico-militar 1976-1983 (de la misma autora del blog antes mencionado), de Gabriela Pesclevi.

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En la Biblioteca Nacional hay dos muestras que valen la pena ser visitadas, en estrecha vinculación con este tema: Cartas de la dictadura (hasta abril inclusive) y Tal para cual, sobre la obra de Beatriz Doumerc y Ayax Barnes.

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Y como reflexión final, y ya que esto es un espacio sobre LIJ, prefiero dejarles un momento de ternura, de inocencia, que extraje de la lectura de un espacio que también enriquece, que (me) aporta siempre, un rincón amigo, y que me conmovió:  Un rato para la memoria.

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