Vení a mirar

#ElArteDeLaPaz

Hace unos años, me topé con el cono creado por un pedagogo estadounidense, que se llamaba Edgar Dale y me di cuenta de que se aplicaba perfectamente a la práctica del Aikido.

Este especialista plantea y así lo grafica el aludido cono, que cuanto más nos involucremos físicamente en el aprendizaje de algo, más retendrá nuestro cerebro.

Cono de aprendizaje de Edgard Dale

Por caso, si solo recibimos conocimiento a través de una exposición oral o de fotografías, la cantidad de información que retendremos será mucho menor que si vemos un video.

El máximo de la retención, se produce cuando nos involucramos directamente en la práctica de aquello que pretendemos aprender.

Si bien es cierto que hay debates, respecto de los porcentajes que se le añadieron al cono y que no estaban en su versión original. Y con respecto al hecho de que no todas las personas aprenden de la misma manera. Es claro que involucrarnos y participar en una actividad, nos permite recordar mucho más.

El Aikido utiliza esta dinámica en sus clases.

Primero, el que se encuentra a cargo de la clase, muestra la técnica y si corresponde, da indicaciones verbales sobre alguna cuestión puntual respecto a la misma (Demostraciones).

Luego cada practicante, junto con un compañero, pasan a ejecutar la técnica que fuera mostrada, desplazándonos entonces a la base del cono. Es aquí cuando, luego de varias repeticiones, los movimientos van a quedar fijados en forma permanente en nuestro cerebro (Experiencia directa).

De ahí entonces la importancia de no interrumpir la práctica en forma constante, no solo por lo que dijéramos en este post, sino también por el hecho de que interrumpir en ese momento, es frustrar la posibilidad de que esa información que pretendo adquirir se fije en el cerebro.

Tampoco es ese momento de que los practicantes se pongan a hablar sobre la técnica, ya que si lo hacen estarían abandonando la base del cono y se desplazarían hacia otro escalón, donde la retención de conocimiento es menor (Exposiciones).

Sin embargo, y observando el cono, vemos que observar la clase (Demostraciones), tampoco tiene una posición desdeñable en cuanto a información retenida.

Por eso, si un practicante está lesionado o demasiado cansado para entrenar, por lo menos puede asistir a clase y mirar desde afuera el desarrollo de la misma. Bastante de eso que vea va a ser retenido por el cerebro y cuando pueda volver a entrenar, seguro se acordará de lo que aprendió viendo.