No pares, sigue, sigue

#ElArteDeLaPaz

Un entrenamiento normal de aikido consiste, en un calentamiento y luego en la ejecución de técnicas varias que va indicando la persona que se encuentra a cargo de la clase.

La mayoría de las veces, se inicia con técnicas básicas para luego, al ir avanzando la clase, concluir con técnicas de mayor complejidad.

El aprendizaje, se basa en la reiteración de los movimientos, buscando que el cuerpo los “recuerde”, con el correr de la práctica y los internalice. A medida que se va avanzando en el tiempo, será posible ir incorporando, capa sobre capa, técnicas que requieren mayor fineza de movimientos y mejor coordinación entre el cuerpo y la mente.

Sin embargo, muchas veces sucede que el principiante y el no tan principiante, cuando se equivocan en la realización de la técnica interrumpen su ejecución y vuelven a empezar. En un post anterior, me referí al concepto de “Ichi go ichi e”, donde abordé específicamente a esta cuestión.

Pero también sucede que aquel con mayor tiempo de práctica corrige al novato, deteniéndolo en la ejecución de la técnica y corrigiéndolo. O se empeña en explicarle verbalmente conceptos o detalles para los que el principiante no está preparado, aún.

Una de las reglas de etiqueta del Dojo hace alusión específicamente a que solo debe dar indicaciones el instructor que se encuentra a cargo de la clase. No por una cuestión de ego personal de éste, sino porque es el único que está en condiciones de valorar el nivel del practicante y la pertinencia o no de la corrección y la explicación respectiva.

Por otra parte, si se interrumpe constantemente la ejecución de la técnica el fenómeno buscado, que fuera descripto al inicio de la presente entrada, no se llevará a cabo. El cuerpo no podrá ir aprendiendo ni recordando nada, ya que no se concluye nunca la totalidad del movimiento, sino que incorporará fracciones de este y nunca la totalidad.

Además, se aprende mucho más detectando el error en nuestro propio cuerpo, percibiendo que lo que estamos haciendo es incorrecto que si recibimos una corrección.

Y no solo eso, sino que tal vez, lo que estamos haciendo y se considera un error no lo es. El hecho de que el instructor haya mostrado una técnica avanzando con una pierna y no con la otra, no significa que lo contrario sea incorrecto absolutamente, sino que tal vez se trate de otra técnica que todavía no se ha aprendido.

Es por eso que también, el error en la repetición exacta de la técnica mostrada, puede llevar al practicante al “descubrimiento” de otra técnica de Aikido.

No se detengan, terminen la ejecución del movimiento y si no fue correcto, vuelvan a intentarlo una y mil veces, pero conclúyanlo. Porque de otra forma estarán retrasando el aprendizaje y perdiéndose la posibilidad de vislumbrar un aspecto maravillosos de este arte marcial.