El canto, lo gris y las hojas: poesía de Vignoli

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El viernes 11 de abril de 2014 a las 19 horas, en la ciudad de Buenos Aires, más precisamente en Eterna Cadencia, Honduras 5574, Palermo, se realizará la presentación de la editorial Baltasara Editora y, en el mismo acto, del primer libro de su Colección Poesía: Lo gris en el canto de las hojas de Beatriz Vignoli.

Baltasara Editora es un sello, dirigido por Liliana Ruiz, “que recoge la tradición del librero y editor español Laudelino Ruiz, radicado en la ciudad de Rosario, entre 1930 y 1972”. Su primer libro se publicó en marzo de 2012 y fue Rosario: ficciones para una nueva narrativa, antología que reunió relatos de un grupo de escritores menores de 40 años. A este volumen le siguieron otros que se agruparon en las Colecciones: Ensayo, Narrativa, Poesía, Patrimonio y Testimonio. Destacamos que Baltasara es, junto con otras, parte del fenómeno de las editoriales independientes que han surgido y están publicando en la ciudad de Rosario.

Mientras gran parte de los poetas contemporáneos, actuales, disfrutan creando poemas impenetrables o buscando voces nuevas que no terminan de articularse o empujando el objetivismo hasta sus límites, El gris en el canto de las hojas de Beatriz Vignoli, resulta un estimulante encuentro con la experiencia poética del más alto vuelo. Advierto aquí que no soy poeta y que, por lo general, disfruto mucho más leyendo cuentos y novelas que libros de poesía. Esta sinceridad, este reconocimiento de mis preferencias, puede que le quite peso o valor a lo que afirmo. Y sin embargo, como lector común, de a pie, siento que con El gris… me reconcilié con la poesía. Primero, porque sentí una empatía que sólo recuerdo haber experimentado con Vallejo, Girondo, Lorca, algo de Lahitte y algunos otros pocos nombres que me olvido. Digo empatía porque en sus versos me contagié la angustia, la sensación de soledad o de pérdida, la amargura impotente frente a lo irrevocable. Y cito, para dar una idea, solo unas muestras:

El dorso de perder es dejarse perder,
ser la patria del viajero que demora en volver,
ser la de la foto en el bolsillo del gabán
encontrada, no ser
más que el reverso del dolor de otro
que espera esa mañana que uno es…
(De Default)

Segundo, por la alquímica combinación de las palabras que se encuentran con intensidad en imágenes prodigiosas, en epifanías verbales, cumpliendo aquella definición de Ricardo Zelarayán de que la poesía es “la mayor tensión del lenguaje en un tiempo determinado”.

Necesito una madre.
Pagaría por besos.
Mi reloj marca la hora para nadie;
tampoco ha de llegar lo que no espero.

(De Hombre de la corbata rosada)

Y tercero, por qué no, por una cuestión estadística. Si más del 50% de los poemas son entre buenos y muy buenos, yo ya me siento satisfecho con un libro de poesías. Ni hablar cuando, como sucede con El gris…, la proporción es mayor e incluso, en aquellos poemas que pasé sin disfrutarlos, sin que me imprimieran su huella, siento que en las próximas relecturas les encontraré una clave, un sentido, un sabor que todavía no alcanzo.

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Beatriz Vignoli es escritora, crítica de arte y literaria, traductora, docente y, sin desmerecer su obra narrativa, su prosa ocurrente e impredecible, por sobre todo, es una gran poeta argentina. El viernes 11 de abril, en Buenos Aires, tendrán la oportunidad de escucharla leer, mientras presenta su libro, con aire performático y un tono entre profético y jurídico:

Quien no hizo pie en el vértigo del número,
quien no fue pesa ni polea en los nervios del hambre,
quien no fue uno con las cosas en la inercia de caer o levantarse
en vano será invocado…

(De Citación)

El viernes 11, a las 19 hs, en Eterna Cadencia. Se pone gris el canto de las hojas.