Por: Yanela Biancardi
Las empresas apelan cada vez más a la organización de eventos de incentivo del staff, no sólo como una herramienta para apuntalar la motivación de los empleados y ver cómo funcionan como grupo por fuera de la oficina sino también, en muchos casos, como premio al desempeño. Es por ello que el destino debe ser un punto a tener muy en cuenta, ya que debe sorprender, ser atractivo y a la vez funcional a los intereses de la firma, y transmitir sus mismos valores.
En este camino de elegir un espacio para desplegar estrategias de trabajo, distención y diversión, les recomiendo tener en cuenta:
1. Los valores que transmite el destino: Algunas locaciones nos remiten a “tradición”; otras, a “glamour”, “innovación”, “diversión”, “seriedad”… Entonces, es importante que tengamos en claro qué queremos comunicarle a nuestro staff con este viaje, para buscar luego el lugar ideal. También es importante prestar atención a las posibilidades que nos da el destino para realizar acciones de RSE (Responsabilidad Social Empresaria) si es una de nuestras ideas.
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2. Horas de vuelo y distancias: Los lugares más “lindos” no siempre son los mejores. Toda la grilla de transporte, incluyendo las conexiones aéreas, deben estar pensadas para que el viaje no sea tedioso para nadie (¡no empiecen con el pie izquierdo!).
3. Destinos de moda: ¿sí o no?: A veces la idea de trasladarnos a alguna ciudad donde se esté realizando algún evento deportivo o cultural genera expectativa y buena predisposición por parte de los empleados. No obstante, hay que tener en cuenta que estos sitios van a estar atiborrados de personas por esa causa, lo que seguramente traerá aparejados problemas de seguridad y logística, a la vez que subirá los precios de todo en la ciudad. Hay que pensarlo dos veces.
4. La opción de los lugares exóticos: Muchas veces, los pueblos perdidos en la montaña o en la selva suelen ser muy atractivos a nuestros fines como organizadores de un evento de incentivo, porque encierran todas las características de la actividad global que quiero llevar a cabo. Sin embargo, es importante pensar en que cuente con los servicios de salud, transporte y seguridad básicos y necesarios para que ningún inconveniente se convierta en la “piedra en el zapato” del viaje.
5. Valorá los riesgos del destino: Antes de decidirte por un lugar, pensá en su situación política y social, y en la posibilidad de desastres naturales y/o climatológicos. No se trata de desterrar ciertos sitios por completo sino de tener siempre un plan B o ideas alternativas.
¡Ahora ya podés pensar a dónde querés llevar a tu staff!
¡Feliz Día del Trabajador!
Yanela Biancardi