Tremor, la banda sin rótulo en las bateas

#FábricaDeLaCultura

Son tres amigos músicos que pueden vivir de lo que les gusta. Eso sí, no se dedican a una sola cosa: hacen malabares para atender distintos proyectos al mismo tiempo. Es un esfuerzo que no sólo les sirve para “pagar la luz” sino, también, darse el lujo de bucear en lo artístico.

Tener otros frentes, otros trabajos, nos da la posibilidad de hacer en Tremor lo que se nos cante”, confiesan.

Tremor (ph. Esteban Díaz)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estamos en un bar porteño, cercano a facultades varias. De ahí que en las otras mesas haya grupos de jóvenes con fotocopias y lapiceras de colores.

Leonardo Martinelli y Camilo Carabajal llegan a la cita en representación de la banda. “Gerardo (Farez) no pudo venir porque está ensayando con El Otro Yo, hoy tienen un show”, aclaran (porque ya lo habíamos dicho, son profesionales con varios compromisos a cuesta).

“Yo vengo de tocar con mi familia, me crié tocando el bombo y compartir este proyecto, este viaje que estamos haciendo hace un par de años, es alucinante, súper libre. Es como un folklore libre y vivo”, desliza Camilo, hijo del conocido Cuti Carabajal.

El ADN santiagueño lo convierte en un bombisto genial. Los legüeros son parte de su vida.

De todas formas, Leonardo se acerca y aclara: “Hay fundamentalistas que salen preocupados porque ‘arruinan el folklore, la tradición’. Y para mí es indestructible, inarruinable. Es decir, todas la historia es sólida, es fuerte, está ahí. No la va a destruir ni Tremor, ni nadie. Hay cosas que van a perdurar o no, en todo caso es cuestión de tiempo. Hay millones de obras que han quedado en el camino y otras que siguen sonando. Eso mismo va a pasar con lo que se está escribiendo ahora”

No hacemos folklore, no queremos hacer folklore. Nos encanta el folkore, pero no”, sostiene Martinelli.

Está claro: a Tremor no le cabe una etiqueta porque ni siquiera la pretenden. “El mercado y las pocas bateas de las disquerías hacen que existan los rótulos”, apunta.

La música nativa de Sudamérica se entrecruza con algo futurista, progresivo. Tiene sonidos acústicos y digitales. Eso es Tremor, al menos por ahora.

“Cuando tengo la hoja en blanco y quiero hacer música, utilizo elementos que me gustan: y puede ser tanto una guitarra eléctrica, como un charango o un sample. Estamos apostando a borrar los límites: si es folklore o no. Porque termina siendo intrascendente”.

“Es anecdótico que sea folklore sudamericano, lo es porque estamos acá. Pero si hubiéramos nacido en Japón… la propuesta de Tremor pasa por otro lado. Conceptualmente estamos hablando de la raíz, de la contemporaneidad y de cómo eso choca. Si después la raíz es de la Argentina o Mongolia es anecdótico”, subraya Leonardo.

“La idea de grabar un disco, más o menos, académica no me gusta demasiado. Las pausas. Las equivocaciones. Su respiración. Todo eso es una cosa mucho más convincente (…)”.

Con esas “palabras preliminares” de Julio Cortázar comienza el disco nuevo de Tremor. Y, claramente, funcionan como una declaración de principios.

Tremor (ph. Esteban Diaz)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Proa está compuesto de 11 temas que se diferencian del trabajo anterior (Viajante, 2008) porque esta vez tiene sonidos uno poco más “acústicos” y menos “instrumentales” (ya que se suman voces). Participan invitados especiales como Micaela Chauque. Al comenzar septiembre fueron destacados como “disco del mes” en el Club del Disco. También fueron mimados en Taringa. Es el tercer disco de estudio cuya publicación es un hecho simultáneo en los Estados Unidos, UK y toda Europa (a través de Wonderwheel Recordings), además de la edición local independiente. La presentación oficial de Proa se hará este viernes 20 en Ciudad Cultural Konex, con Chauque y Chancha Via Circuito como plus.