¡Peligro! periféricos al acecho

Periféricos y accesorios… ¡¿quién no entró alguna vez en esa?! En una computadora tener un mouse, un teclado o una impresora se justifica… Ahora, en el caso de las consolas, lo único que se necesita, además del sistema, es el joystick y un juego. ¡¡NADA MÁS!!

Parece que ese concepto resulta muy difícil de comprender para las compañías, que con cada nueva generación intentan enchufarnos pistolas láser, sensores de movimiento, instrumentos musicales y toda clase de porquerías que se supone “elevan la diversión a nuevos niveles”. Salvo que con esa frase se refieran a la enriquecedora experiencia de agarrarte a trompadas con un pedazo de plástico inanimado que se niega a funcionar como debería (en los tres juegos con los que es compatible), no tengo la más **** idea de lo que quieren decir.

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El ataque de los estereotipos

Si bien nunca se dice en los juegos, todos sabemos que Mario es italo-americano porque lleva mostacho, es plomero y cada dos por tres dice “¡Mamma mia!”… digo, lo único que le falta es llevar un plato de pastas en la mano.

Los estereotipos en el mundo de los video juegos eran muy comunes en sus inicios, primero porque no estaban tan mal vistos como en la actualidad y segundo, porque ayudaban a dar algún tipo de trasfondo del personaje sin tener que contarlo o mostrarlo en el juego (en beneficio de los pobres desarrolladores, que a diferencia de ahora no eran cientos por proyecto, sino tres gatos locos).

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A la cuenta de tres: los mejores juegos de vaqueros de todos los tiempos

Ya les tocó a los ninjas y ahora es el turno de los cowboys. Todos soñamos alguna vez con la idea de largar nuestro trabajo de oficina al demonio y subirnos a un caballo para recorrer las llanuras en busca de los más terribles forajidos ¿No?… Bueno, quizás haya que sacarle lo del caballo, la llanura y los forajidos; pero el concepto básico es ese (largar el trabajo a la miércoles).

Parece que a todos nos fascinó la imagen de Clint Eastwood con su poncho roñoso cabalgando hacia un pueblo con música de Ennio Morricone de fondo, porque las películas del género son miles. Por el contrario, este interés no se traslado de igual forma al mundo de los juegos (hay muchos más títulos de ninjas y artes marciales que de cowboys y recompensas). De todas formas, existen unos cuantos ejemplares y, como no podía ser de otra forma, armé una lista con los mejores. ¿Qué les parece si arrancamos? (si dijeron que no, que mala suerte porque se lo van a tener que fumar… salvo que cierren la página… ¡por favor no cierren la página!).

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Ninjas, ninjas y más ninjas!

No conozco ni a una sola persona a la que no le gusten los ninjas. Debe ser la profesión con mayor nivel de aceptación en la historia de la humanidad. Los tipos te pueden matar veinte veces antes que te des cuenta y lo único en lo que tu obnubilada mente puede pensar es “Genial… Me gustaría ser como ellos”. La razón es sencilla: todos queremos ser el más malo de la cuadra y ser admirados tanto por amigos como por enemigos. El problema es que para cumplir con esa expresión momentánea de deseo, uno tendría que entrenar toda la vida y olvidarse de cuestiones como trabajar, formar una familia o estar tirado viendo la maratón de “The Walking Dead” con un cuarto de helado de crema del cielo bajo el brazo (que imágen… Al menos los zombies caminan).

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