Por: Mariano Marquevich
“La nada lo es todo. Me cautiva el mínimo recurso, la capacidad que tiene el hombre de potenciar al máximo su don sin artilugios, es el arte en sí.Además, para la parafernalia y las grandes producciones, está el mago enmascarado diciéndote que todo es nada.” Hace poco leí esto en una entrevista a Mike Amigorena.
¿Conocen al mago enmascarado? Para los que no, se trata de una serie televisiva en donde un mago vestido de negro, ocultando su rostro detrás de una mascara -que hace recordar las mascaras de lucha libre- exhibe frente a cámara sorprendentes actos de magia, cuyos “secretos”, devela con impunidad apenas terminado el despliegue del mismo -dando por tierra el refrán que reza “un buen mago nunca cuenta sus trucos”.
Conjugando las enseñanzas de los grandes maestros espirituales, hoy me puse una máscara parecida y les propongo hacerles un acto de magia.
(Aunque no me vea, ya tengo la mascara puesta)
Ahí va el truco:
Todo lo que Usted percibe parece porvenir del entorno. Parece surgir del exterior. Afuera, parece estar la causa de todo lo que usted entiende como efectos.
El libro o la pantalla de computadora desde donde lee, la silla que lo sostiene, se muestra como un ente separado de usted.
Su cuerpo, el cuerpo de los demas, las cosas, los pensamientos cruzando el ineludible el umbral del tiempo y el espacio, se le ofrecen a sus sentidos como realidades sustanciales e independientes.
Usted percibe el crisol de consecuencias que este caos desencadena, y reacciona al respecto.
Pero su preocupación es falsa.
Como si un proyector de cine se quejara de la película que están dando frente suyo…
La causa de la realidad no es lo que interpreta la percepción. La causa no está en lo que se percibe. La mente es su verdadera causa.
Pero la mente no es el cerebro. Ni lo que este piensa. Sino la mente que hizo parecer real al cerebro y al resto.
Los efectos de la mente son la percepción, que a su vez percibe lo que proyecta. La causa, la única causa, es la mente.
Uno cree que el mundo sucede.
Pero en realidad LO sucedemos.
Eh aquí una ultima complicación. No sos consciente de la creencia que esto fuese así, porque decididiste ocultarte esto a vos mismo. Si vos fueses Verdad, ¿cómo podrías dar cuenta de una mentira sino a través de una ficción?
Okey… ¿y como puede funcionar algo si en realidad no existe? Dirá. Y la contestación es: creyendo en eso.
¿Ya vió cómo era el truco? Si lo vió con claridad seguramente pronto lo olvidara y repetirá el error. La función de todo mago es desviar la atención para que nunca se vea aquello que provoca la perplejidad.
Por mi parte lo vi claramente, hubo un momento en que me perdí, nose si fue.
¿De qué estaba escribiendo? No recuerdo bien…
Ah, si, estaba escribiendo de los gigantes de lucha libre, que usan mascaras y simulan pegarse. Que ridiculo, ¿no? “La nada es todo. Me cautiva el mínimo recurso, la capacidad que tiene el hombre de
(sigue arriba)
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