Convivir con la culpa: ¿se puede?

#MamáPor2

Ya sé, hablamos del tema varias veces, pero necesito volver a hacerlo. Otra vez sopa, otra vez la culpa que toca mi puerta. Cuando pensé que ya había usado y abusado de mi persona, reapareció en estos días. Como les conté en el último post, los chicos están yendo al jardín. Pasé airosa el período de adaptación, por ende,  soy una mujer LIBRE (con todas las letras y con mayúscula) durante tres horas: de nueve a doce del mediodía.

¡Guau! 180 minutos dedicados únicamente a mi, sin escuchar llantos, sin retos ni canciones de ronda. 180 minutos en los que puedo escribir una nota, ir a la peluquería, tomar un café con amigas, hablar por teléfono concentrada o hacer las compras tranquila y en paz al ritmo de música “de grandes”.

Pensé que el tiempo de los chicos en el jardín sería una verdadera gloria pero no, no y no. Nada es color de rosa, nada es lo que parece (al menos en mi caso). ¿Por qué? La maldita culpa, otra vez, entre los míos y yo.

Dejar los chicos en el jardín, a veces llorando al grito de mamá, me estruja el alma. Por más que me digan que se les pasa, que al ratito se olvidan y que la pasan bárbaro, ¡cómo me cuesta darme la vuelta e irme como si nada!

Ni hablar del momento en el que bajo la escalera para patear la calle, libre de mochilas,de  autos y muñecos, y emprendo el regreso a casa con el coche vacío. ¡Uf! La culpa punza y duele, me habla, me reta. Me dice que son demasiado chicos para ir al jardín, que van a estar “escolarizados” toda la vida, que todavía tienen edad de estar en casa.

La culpa me susurra al oído con su voz de bruja que los chicos me extrañan, que quieren con su mamá y no con una maestra, que quieren ser únicos y no del montón, que quieren su (casi) exclusividad.

En fin, quiero suponer que andando el carro se acomodan los melones y que esto será sólo cuestión de tiempo. Añoro el momento en el que ellos entren felices al jardín y yo pueda despedirlos y mirarlos desde la puerta con  una sonrisa de oreja a oreja y una enorme lista de cosas por hacer sin indicios de culpa. ¿Llegará ese día?

Espero no ser la única con la culpa atragantada. ¿Cómo lo llevan ustedes? ¿Cómo se liberaron de la culpa?