Cómo tener una piernas bellas

#Nutrición
Por: Dana Sobol

Las varices, las hemorroides e incluso la celulitis y la pesadez e hinchazón de las piernas son trastornos más o menos molestos, que aunque en la mayoría de los casos no son graves, afectan a la vida de quien los sufre. Todos ellos están provocados por diversas causas pero tienen un denominador común: la mala circulación de la sangre. Y la dieta juega un papel importante tanto en la prevención de estos trastornos como en el alivio de los dolorosos síntomas.

Para entender cómo la alimentación puede influir en la circulación de la sangre, haciéndola más o menos fluida, previniendo trastornos o aliviando los síntomas que se derivan de una mala circulación, conviene conocer someramente el papel del aparato circulatorio.

El aparato circulatorio está formado por el corazón, las arterias, las venas, los capilares y la sangre, y se encarga de proporcionar oxígeno y nutrientes a las células a través de la sangre. El corazón bombea sangre oxigenada procedente de los pulmones y la impulsa a través de las arterias y los capilares hacia las células de todo el cuerpo. Tras llegar a las células, la sangre vuelve al corazón a través de las venas y se oxigena de nuevo en los pulmones. Por tanto, cualquier elemento que obstruya el paso de sangre por las arterias o las venas provoca un trastorno en la circulación sanguínea. La arteriosclerosis debida al depósito de colesterol, grasa y sustancias de desecho de la sangre, es la causa más común de obstrucción arterial, y si no se trata a tiempo puede provocar un infarto. Si la sangre está muy densa, se pueden formar coágulos que impiden la normal circulación, lo que puede dar lugar a trombosis. La mala circulación venosa puede provocar también trastornos menos graves pero molestos como varices, hemorroides y celulitis.

Consejos para mejorar la circulación
• Tenderse con las piernas en alto unos minutos cada día.
• Acostarse sobre el lado izquierdo del cuerpo para dormir.
• Dormir con las piernas un poco elevadas (con ayuda de una pequeña almohada debajo de los pies).
• El calor no es aliado de la circulación, produce vasodilatación de los capilares, lo que puede provocar más hinchazón, pesadez, cansancio y dolor. Por ello no son convenientes el sauna o los baños calientes. Se recomienda ducharse con agua templada y terminar con un chorro de agua fría en las piernas.
• Hacer ejercicio para activar la circulación: caminar, caminar de puntillas, flexiones de piernas, nadar, correr, mover las piernas mientras se está sentado.
• Masajearse los pies y las piernas siempre de abajo a arriba, del tobillo al muslo.
• Emplear ropa cómoda, medias que no compriman, zapatos cómodos, etc.

Los alimentos y la circulación de la sangre

Nutrientes aconsejados
- Fibra: favorece el tránsito intestinal y una defecación sin esfuerzo. Esto hace que no aumente la presión abdominal y no se debiliten las paredes de las venas y de la pared del colon; hay menos riesgo de sufrir estreñimiento, varices y hemorroides.
Comer 3 frutas, una ensalada y algo de verdura (como primer plato o como guarnición del segundo) cada día.
Elija alimentos integrales: el pan, la pasta, el arroz…
Incluya en la dieta diaria una ración de frutos secos o desecados (cinco nueces o un puñado de otros frutos secos).
- Antioxidantes: protegen frente a los radicales libres, sustancias causantes del envejecimiento y del deterioro de las paredes de arterias y venas. Favorecen el buen estado de los vasos sanguíneos, tienen acción antiinflamatoria y vasoconstrictora.
- Vegetales en general: banana, moras, fresas, frambuesas, arándanos, coles en general, zanahorias, cítricos, uvas, cebollas, espinacas y los tomates
-Potasio: favorece la eliminación de agua, lo que es beneficioso en caso de tener piernas hinchadas o retención de líquidos, frutas desecadas: frutos secos, germen de trigo, legumbres, hortalizas y verduras, frutas, cereales integrales, pescados y carnes.
- Ácidos grasos poliinsaturados: reducen el colesterol y los triglicéridos sanguíneos, lo que evita la arteriosclerosis. Hacen más fluida la sangre, disminuyen su viscosidad y actúan como antiagregantes, lo que reduce el riesgo de que se formen trombos o coágulos.
Aceites de semillas (girasol, maíz, soja), margarinas vegetales, frutos secos (en especial, nueces y almendras), pescados azules y aceite de hígado de bacalao.
- Combine en la dieta el aceite de oliva y semillas.
- Incluya habitualmente una ración de frutos secos (un puñado son 20-30 g).
- Coma pescado azul al menos 2 veces a la semana.
- Abundante agua ya que facilita la eliminación de toxinas y la depuración de la sangre, hace que la sangre esté más fluida. Sin la cantidad adecuada de agua la velocidad de la sangre disminuye.
Agua, jugos, licuados, caldos, sopas, infusiones… Plantas con mayor poder diurético: diente de león, té…, con el consejo de un profesional.
Tome entre 6 y 8 vasos de agua cada día.

Nutrientes desaconsejados
- Sodio: el exceso de sodio (componente de la sal) retiene líquidos lo que obliga al corazón, al hígado y a los riñones a trabajar por encima de sus posibilidades. Este exceso se relaciona con trastornos circulatorios y de retención de líquidos, y empeora la hinchazón en las piernas.
Sal y alimentos salados: conservas de todo tipo, papas fritas y similares, sopas de sobre, salsas, aceitunas, encurtidos, panes, galletas, embutidos, quesos curados, carnes y pescados salados o ahumados, precocinados.
- Grasas saturadas: el exceso de grasa saturada tiende a aumentar los niveles de triglicéridos y colesterol plasmáticos, lo que favorece la arteriosclerosis, y aumenta la viscosidad de la sangre, y esto puede provocar trombosis, (manteca, nata, embutidos, tocino, repostería industrial)