Cómo conducir más sustentable

autoSe sabe que los automóviles son una de las principales fuentes emisoras de CO2, por la quema de combustibles fósiles en movimiento.  Con la fiebre de la bicicleta (de la cual soy activista) y el Metrobus, el automóvil está cada día más demonizado.

Como aún hay muchísimas personas que necesitan (o elijen) traslasdarse en auto diariamente, les doy un par de consejos para hacer más eficiente y sustentable su movilidad:

  1. ¡Compartí! Antes que nada, cuantos más llevés en el auto, más eficiente será el gasto. Promové el carpooling en tu trabajo o entre amigos.
  2. Mantené el auto en forma: una afinación y cambio de aceite a tiempo mantiene la eficiencia del auto. Por ejemplo, con el cambio de filtros, podés ahorrar hasta el 10% de combustible.
  3. Cargá el combustible adecuado para tu motor:  preguntá al mecánico o al concesionario cuál es el índice de octano más eficiente para tu modelo.
  4. Chequeá las ruedas: unas llantas bajas o mal alineadas aumentan la fricción con el pavimento, lo cual requiere de más fuerza (es decir, más combustible) para lograr la misma velocidad.
  5. Planificá la ruta antes de salir: no hace falta aclarar porqué es más eficiente, ¿no?
  6. Conducí a una velocidad constante: una velocidad de 100 km por hora es la ideal para lograr el consumo más eficiente en la mayoría de los vehículos (pero, ¡ojo al límite de velocidad!). Tené en cuenta que frenar y acelerar quema más gasolina.
  7. Llená el tanque: Cada vez que vas a cargar, usás combustible, así que maximizá la vez que lo hagas.
  8. Fluí con la naturaleza: aprovechá la gravedad para poner el auto en neutro, evitá salir con mal clima y, si tu auto tiene menos de 5 años, no necesita “precalentamiento” en invierno.

De más esta repetir que la bici o el transporte público son las alternativas más verdes, pero, mientras tanto, podés conducir de manera más sustentable.

Hasta la próxima,
Marian

Fuente: http://vidaverde.about.com

¿La culpa es del cambio climático?


El cambio climático no es un humo negro que arrasa mágicamente con las ciudades. No es, ni más ni menos, que el resultado del cúmulo de impactos negativos de los seres humanos en el medio ambiente.
¿Qué hacimos nosotros para merecer esto? Para producir la energía que requiere la vida productiva y el comfort de nuestras sociedades, se requiere la quema constante de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas), que liberan gases de efecto invernadero (CO2) a la atmósfera. Este CO2 aumenta la temperatura de la Tierra y provocan una  distorsión en el sistema climático global.

¿Se puede prevenir? Por supuesto.  Tomando medidas para reducir nuestra huella de CO2.  Por la escala del tema, se requiere que el compromiso individual sea  el reflejo de una política de Estado. “Al día de hoy, las autoridades no han entendido que reclamar el cuidado del ambiente no es una declaración de buenas intenciones. Los impactos ambientales afectan la vida de la gente, como prueba el temporal de estos días”, señalaron desde Greenpeace y agregaron “Más allá de las obras de infraestructura necesarias para resolver los problemas inmediatos, los gobiernos deben rever las políticas ambientales, energéticas y de transporte que hoy están vigentes en el país”

La tragedia de los últimos días en Buenos Aires causada por el temporal tiene que servir para algo.  Propongo que sea para tomar conciencia de que nuestras acciones tienen consecuencias y de que el Planeta responde a nuestra forma de tratarlo.

Opino que la culpa no es del cambio climático, sino de quienes le damos de comer.
Hasta la próxima,
Marian

 

¿Y después de la #NubeTóxica?

Nos la pasamos hablando de los GEI, de las emisiones y, de repente, en la Ciudad de Buenos Aires vivimos en nuestra cara una de las peores consecuencias de la contaminación y de la falta responsabilidad sobre el impacto de los productos en la salud y el medio ambiente. Fue ayer, 6 de diciembre, cuando se incendió un contenedor con pesticidas en Puerto Madero y una nube de humo -negra, hedionda y “medianamente tóxica”- cubrió el centro porteño.

De acuerdo a la agencia Telam, la nube estaba compuesta de ácido sulfhídrico, un gas inflamable incoloro, tóxico y, como lo sentimos, odorífero: su aroma es el de materia orgánica en descomposición. La fuente de origen: un pesticida chino llamado Thiodicarb al 35%,  a base de carbamato, que se usa contra insectos y moluscos. Este compuesto es “moderadamente tóxico“ y  puede explotar o entrar en autocombustión debido a altas temperaturas, explicó Edda Villaamil, profesora titular de Toxicología y Química Legal de la Facultad de Farmacia y Bioquímica.

Por suerte, además de inundaciones y otros problemas, la lluvia nos trajo un respiro. Porque el agua baja las partículas en suspensión del producto, lo que evitó que continúe su propagación y potencial inhalación.

Dispersa la nube, hoy es importante conocer las consecuencias sobre la salud y los responsables. Por eso, la organización ambientalista Greenpeace solicitó al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y de la Nación que hagan públicos los resultados de las mediciones en aire y que brinden información acerca del tipo de sustancias tóxicas que la provocaron, así como de quiénes son los responsables del contenedor incendiado. “Es inaceptable que, ante este accidente, las autoridades no brinden información clara. En primer lugar, se mencionó un derrame de mercurio, luego el incendio de un pesticida tóxico y, más tarde, ácido sulfhídrico, subestimando los efectos sobre la salud de la gente”, sostuvo Lorena Pujó, coordinadora de la campaña de Tóxicos de Greenpeace.

Otros damnificados fueron los estibadores del puerto que, representados por el Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA),  reclamaron por la falta de mecanismos de control y preparación para estas contingencias y la necesidad de declarar su trabajo como insalubre.

¿Y qué deben hacer quienes transitaron la #NubeTóxica? Si sienten algún síntoma de intoxicación; como debilidad, somnolencia, dolor de cabeza, problemas respiratorios o pérdida del conocimiento, comunicarse con el servicio de Toxicología del Hospital Posadas, llamando al teléfono 0800-333-0160.

La importancia de la responsabilidad de las industrias sobre su impacto ambiental y social, en nuestras narices.
Hasta la próxima,
Marian

¿Por qué hace cada vez más calor?

En toda su historia, la Tierra se enfrió y se recalentó una y otra vez por causas naturales. Pero, en el último siglo una nueva fuerza afectó drásticamente el clima del planeta… nosotros.

A modo de resumen, el calentamiento global es el incremento inusualmente rápido de la temperatura promedio de la Tierra en los últimos cien años, causada de manera directa o indirecta por la actividad humana, que se suma a los cambios producidos de manera natural.

¿Y por qué nos acusan a nosotros, consumidores y productores, de ser responsables de esto? Porque la principal fuente de recalientamiento  de la atmósfera son los Gases de Efecto Invernadero (GEI). Y una de las más novedosas y abundantes fuentes de emisión de estos gases es la quema de combustibles fósiles (gas, petróleo y carbón). El consumo de estos combustibles se disparó en la Revolución Industrial y forma parte de nuestra vida cotidiana. Creo que no hace falta les recuerde en todo lo que los usamos.

Cómo cambió la temperatura de la Tierra en la última década

Cambio de la temperatura provocado por fuerzas antropogénicas (Fuente: earthobservatory.nasa.gov)

El Observatorio de la NASA tiene un mapa del calentamiento de la superficie de la Tierra en el que se ve con claridad como los colores cálidos copan el terreno a lo largo de los últimos 10 años. Esto se traduce en temporadas de verano más largas e inviernos más cortos en todo el planeta. También, en el aumento de la intensidad de las olas de calor y cambio de los patrones de lluvia, lo que se ve en tormentas más severas e inundaciones. También, en la frecuencia de aparición de huracanes, que crece por el aumento de la temperatura de la superficie del oceano (¡Hola Sandy!).

La buena noticia es que así como los causamos, nosotros podemos mitigarlos. Aunque los GEI tienen larga vida, por lo que el planeta continuará recalentándose, estamos a tiempo de actuar, reduciendo nuestras emisiones y apoyando decisiones que apunten a hacerlo a gran escala.

Es un tema complejo, con muchííísimas aristas y díficil de resumir, pero vamos de a poco.
Hasta la próxima,
Marian