El tiempo vuela (¡y nuestros bebés crecen!)

Foto: Kambrosis

Foto: Kambrosis

Lo miro a Octavio y suspiro. Hace tan poquito era un bebé. Una bolita acurrucada en mi pecho, día y noche. Mi mitad inseparable. Y hoy es un NENE: corre, salta, dice cosas, tiene una memoria de elefante, dibuja rayas torcidas (en la pared, por supuesto), come solo. ¡Y pensar que te dicen que se malacostumbran! ¡Que no lo dejes dormir en tu cama, que le saques la teta (o le des más teta o le des mamadera o Nestum), que no le hagas tanta upa, que le pongas límites, que lo dejes llorar, que “establezcas rutinas adecuadas de comportamiento” y no sé qué más! Te dicen tantas cosas contradictorias y una, primeriza, duda. Porque todas dudamos. Aunque hayamos leído setecientos libros y estemos convencidas de algunas cosas, en el fondo dudamos mucho más de lo que quisiéramos.

Continuar leyendo