La máquina que fabrica novias

#SoySolo

Aunque nadie lo sepa, en mi casa existe una habitación secreta. Pocos la notan, pero cuando encarás por el pasillo que conduce a mi habitación, hay una puerta en el techo que te lleva a una especie de ático (la “baticueva”, la llama mi viejo). De chico, siempre pensé que mis padres guardaban ahí cosas que debían mantenerse en secreto: alguna documentación de la SIDE, pornografía, drogas, una momia, una momia drogada o hasta un quinto integrante de la familia vivo del cual se avergonzaban (creo que tengo que dejar de ver Los Simpsons). Pero no, resulta que mis papás son bastante aburridos y simplemente acumulan trastos viejos, zapatos de charol, figuritas de Italia 90, camperas de cuero que dejaron de usarse hace cuarenta años y una máquina Singer a la que le falta la aguja. Pero lo que nadie sabe es que yo, desde que descubrí ese extraño lugar, estoy llevando adelante el experimento más impresionante de los últimos tiempos: estoy construyendo una máquina que fabrica novias.

Todavía me encuentro en una primera etapa, es cierto, pero vengo bastante bien. Ya logré desconectar la correa de la Singer sin que me dé una patada el cable (y eso que es una máquina a pedal). Lo cierto es que mi proyecto es bastante ambicioso. La idea consiste en fabricar no una novia, sino diez, cien, mil novias para repartir entre la muchachada. Y el motivo de esto es que creo que lo mejor sería tener una novia que se adapte a cada una de nuestras necesidades.

Por ejemplo, lo primero que quiero es una novia adicta al sexo. ¿Se imaginan volver del laburo y encontrársela en la cama diciéndonos “Estuve toda la tarde esperándote…”? Me muero si mi novia me recibe así (incluso me moriría si mis padres me preguntasen cualquier cosa al llegar a casa antes de retarme porque dejé el calzoncillo colgando de la canilla después de bañarme). Ya me la imagino en deshabillé… no, eso es medio viejo… con portaligas y ropa interior de encaje… no, eso es medio incómodo de sacar… ya sé, en tanga y remerita de algodón… no, eso da poco producido… ya fue, con una bata y desnuda… sí, esa va, esa re va.

También quiero una novia guerrera, media guarra y con tatuajes y piercings. Una que tenga mucho rock and roll encima y me diga cosas sucias al oído cuando estemos haciendo la chanchada. La que te pide chirlos. Uf… esas te dejan del bonete.

Después quiero una novia para abrazar y presentarle a mis viejos. De esas muñequitas de porcelana que te dan ganas de tenerlas en la mesita de luz. Que el mero atisbo de sexualidad que pasa por tu cabeza te hace sentir culpable de ensuciar su pulcritud angelical. Una de esas quiero, la madre de mis hijos.

Quiero tener otra novia que se encargue de las cosas de la casa. Que tenga la comida lista cuando vuelvo del laburo y que mantenga todo limpio y ordenado. Que haga la cama y me elija la ropa antes de salir para estar siempre combinado y no agarrar la misma remera ya no agujereada, baleada casi. Si, ya sé, que de eso se encarga mi vieja… ¡pero tampoco voy a ser un nene de mamá toda mi vida!

Además, quiero una novia para divertirme y pasarla bien. Una que se ría de mis chistes malos, que sepa algunos cuentos de gallegos y que me festeje si se me escapa un eructo en la mesa. Una mina tira centros, que ya conoce tus anécdotas de memoria y que te organiza toda la salida sabiendo qué bondi hay que tomarse de ida y de vuelta.

Y, por último, quiero una novia con proyectos. Una mujer con todas las letras. De esas que miran siempre para adelante, que tienen claro sus objetivos y que te hacen crecer y no transformarte en un gordo come chizitos que ve trastes de Tinelli. Esas minas garpan como loco.

Por suerte vengo bien, sólo me resta averiguar cómo hago para que las chicas salgan de la máquina más o menos a una edad de entre veinticinco y treinta con pechos duros y cola parada. ¿Les gusta? ¿Quieren una? Anótense en la lista, entonces (sólo espero que no me salgan todas lesbianas). Es que cuando hay crisis de minas lo importante es no darse por vencido y usar la imaginación. Lo bueno es que va a haber para todos los gustos porque, en realidad, lo que yo creo es que uno busca muchas mujeres en una sola mujer. Igual, por las dudas, ya les voy avisando que las novias vienen sin garantía. No es que sea egoísta, pero si no entiendo a una mujer nacida de un padre y una madre reales, mucho menos voy a entender a una que sale de una máquina.

Recibo pedidos…