Encuentros cercanos

Todo empieza con un “sí” de ella, pero sólo vos sabés lo que tuviste que hacer para conseguirlo. Mantener tu confianza y seguridad frente a decenas de machos alfa que se creen los únicos deseados de la manada, resistir la desidia de incontables negativas y “vistos” jamás respondidos, noches de insomnio en guardia esperando encontrar la oportunidad de contactarla, creatividad agotadora al servicio de hacerla reír, soñar, emocionar, amar con no muchas más herramientas que un par de palabras pintorescas sacadas de un diccionario abandonado y una foto de perfil que, según tu quisquilloso criterio estético, cumple todas tus normas ISO 9000. Sin embargo, ella una vez (¡por fin una vez!) te acepta la invitación y vos sonreís pensando que lo lograste. Pero, a los pocos segundos de descorchar, te das cuenta que la verdadera aventura recién comienza.

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Sexo apolítico

Un día estaba hablando con la novia de un amigo sobre una mina que me quería presentar. Yo le hice todas las preguntas de rigor que le interesan a un hombre (“¿Esta buena?”) y ella me dio un breve pantallazo sobre su vida y me pareció copado conocerla. A ver, no es que yo sea muy exigente (no puedo serlo, en realidad). Lo que pasa es que uno tiene algo de amor propio y viene medio herido. No es que busco a la madre de mis hijos (sí, la busco) pero la verdad que no me quiero comer cualquier bagarto (sí, quiero).

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