Así habló Zarathustra

#ViveLaMusicaClasica

Este año estamos festejando el aniversario 150 del natalicio de Richard Strauss y una de sus grandes obras, la famosa “Así habló Zaratustra” es de las que les quiero platicar.

Está basada en Also Spracht Zarathustra, de Friedrich Nietzsche.

Pero déjenme les cuento mi primera experiencia con la obra de Strauss:

 

Cuando yo era niño un amigo de la familia me dió unos discos (LP) donde venía Zarathustra de Strauss. La escuché y quedé muy impresionado con esta maravillosa obra.

Me puse a buscar a ver de que se trataba pero el disco sólo tenía una pequeña lista de las secciones de la obra. No tenía movimientos, pues era un poema sinfónico que constaba de 9 episodios.  Cada uno tiene un título basado en ciertos capítulos del libro de Nietsche.

Ya el puro principio era cautivador y grandioso con esas trompetas tocando un tema de 3 notas ascendentes (do sol do) seguido de toda la orquesta en un fuerte acorde con los timbales haciendo un ritmo que crecía y preparaba la siguiente entrada de las trompetas. Fue una de los inicios de una obra más increíbles que había yo escuchado. Me fijé en el título de esta introducción que decía: “Salida del Sol”, y era tal cual.

Me quedé tan animado a querer seguir oyendo el resto de la obra. Y la escuché varias veces para ver cómo encajaba con los títulos de cada sección. Y me fui metiendo más y más en ella hasta quedar totalmente cautivado.

 

La forma de orquestar era impresionante pues en momentos eran unos cuantos instrumentos y luego toda la orquesta, reforzada con un organo que sonaba tipo catedral.

 

Pues hay les va, esto es lo que empezé a escuchar:

 

I. Einleitung, oder Sonnenaufgang (Introducción, o Amanecer)

Los contrabajos, contrafagot y órgano tocaban un do grave, creando una vibración que asemejaba un pequeño temblor, pero solo para preparar la entrada de las trompetas tocando: Do Sol Do! Qué impresión, tenía el sonido de Dios Sol Dios! Luego toda la orquesta entraba con unos fuertes acordes y luego los timbales en un ritmo en crescendo hasta la siguiente entrada de las trompetas. Se repetía una vez más y culminaba todo en un gran climax.   (Años más tarde supe porqué el cineasta Stanly Kubrick había tomado este como tema para su película: 2001, Odisea del espacio).

II. Von den Hinterweltlern (De los trasmundos)

El trémolo de los chelos y contrabajos hacían el efecto de un trasmundo obscuro y misterioso. Pero se calmaba un poco con el sonido de los cornos con una cita del Credo in unum deum  (Creo en un solo dios). Por un instante las violas y violonchelos transmitían una sensación más tranquila para dar paso a un pasaje más intenso en toda la orquesta que volvía a la calma y el tema se desvanecía con un pequeño solo de la viola.

III. Von der großen Sehnsucht (Del gran anhelo)

El arpa con un apregio preparaba a los violines que muestran una melodía plena de un gran anhelo. Luego el corno inglés nos daba el tema de la introducción (do sol do). Una abrupta intromisión de los chelos y contrabajos creaba una tensión y contagiaba a toda la orquesta.

IV. Von den Freuden und Leidenschaften (De las alegrías y de las pasiones)

Los violines en unísono con los cornos interpretaban una melodía larga y llena de pasiones, mientras el resto de la orquesta tocaba un tema lleno de alegrías. Los trombones interrumpían bruscamente para impulsar la resolución del episodio.

V. Das Grablied (La canción de los sepulcros)

La atmósfera se tornaba sombría para describir los sepulcros. Un canto tocado por un solo de violín (concertino) se iba fundiendo en momentos con los demás violines hasta llegar a un solo de clarinete que anunciaba el final del episodio.

VI. Von der Wissenschaft (De la ciencia)

Situados en un ambiente reflexivo, que me hizo visualizar el poster de mi casa del “Pensador” de Rodin,  2 chelos y 2 contrabajos, jugando con el tema principal presentan el tema de la introducción de la obra, iniciando así una fuga lenta en pianissimo. Se iban sumando un par más de chelos y contrabajos hasta completarse las dos secciones.  Aparecía un fagot con un contracanto dando paso a un cambio del tema que ahora se torna más lento y más profundo. Este me pareció un toque de genialidad de composición y orquestación ya que usaba a todos los instrumentistas de la orquesta en un momento como solistas. La atmósfera, con arpegios de las arpas y los violines se tornaba más viva aunque suave para dar la sensación de alguien que está pensando (he ahí la influencia del Pensador, jejeje). El corno inglés con el tema de la introducción reanima a toda la orquesta y en un forte culmina el episodio.

VII. Der Genesende (El convaleciente)

Para describir al convaleciente Strauss utilizaba primeramente a los trombones, apoyados por violonchelos y contrabajos, con el tema de la fuga del episodio anterior, y luego una gran agitación por parte  de la orquesta como ataques que siente una persona enferma. Le siguia un tutti en fortissimo con el tema principal de la introducción de la obra en un climax que parecía el final de la obra, pero no, en realidad iba a seguir después de una pequeña pausa como cuando se queda uno con la boca abierta de una fuerte impresión. La sección que sigue era como una especie de “entreacto”. El ambiente un poco sombrío con el clarinete bajo y el contrafagot era seguido de un momento de gran agitación por las cuerdas para llegar a las flautas en su registro agudo que asemeja a pájaros en gran agitación adornados con pequeñas intervenciones de una trompeta y de solos de violines y chelos dando paso así a un vals que hacía el siguiente episodio…

VIII. Das Tanzlied (La canción del baile)

Sonaba un sólo violín, era el primer violinista (llamado concertino) presentaba el tema de la danza en forma de vals que se iban sumando más y más instrumentos hasta que toda la orquesta se unía en un gran festín de canto y danza.

Pero el climax de la obra seguía hasta llegar a na campana que sobresalía del gran tutti de la orquesta y que con 12 llamados iba marcando el inicio del episodio final.

IX. Nachtwandlerlied (La canción del noctámbulo)

Poco a poco se iba desvaneciendo este gran climax hasta llegar a una gran tranquilidad tocado por las cuerdas. Los últimos compases iban cayendo como la noche en un cántico de las cuerdas que ascendían hasta llegar a componer unos acordes que se contraponiendían entre si. Uno en do mayor (Divinidad), en los pizzicatos de los chelos y bajos y el otro en si mayor (Humanidad), en las flautas y violines dejando así un gran signo de interrogación que concluyo la obra.

Magistral fue lo que me pareció y me sigue pareciendo esta obra. Cada vez que la dirijo encuentro más y más preguntas!

Disfrútenla!!!!!