Luego de un año de agendas compartidas, de los Olímpicos a las elecciones en Estados Unidos, las marcas tendrán que crear sus propias conversaciones.
Estamos llegando a esa parte del año cuando las predicciones para el próximo año comienzan a aparecer. Los clientes están en modo “planes” y los presupuestos se están asignando/defendiendo.
Uno de los pensamientos más interesantes acerca del 2013 con el que me encontré en el Reino Unido es el llamado Empty13. Su premisa es simple: no sucederá mucho en 2013. Luego de un año lleno de Olímpicos y elecciones, no hay mucho en la agenda.
Las marcas vinculan sus mensajes a eventos del momento e involucran a sus audiencias con temas puntuales. ¿Entonces qué sucede cuando no hay una agenda común para que las marcas y los consumidores debatan?