Muchas veces sostuve que la resignación es un acto de amor. Pero… hasta dónde resignar. De la resignación al sometimiento hay la misma distancia que hay entre la condescendencia y el masoquismo. La resignación desmedida es un recurso deshonesto que pretende suavizar una situación compleja. Los gradientes de dejar cosas de lado por el otro son infinitos y van desde la más piadosa intención hasta el más cruel de los ardides. Muchas veces la resignación viene con facturas de altísimo costo. Continuar leyendo