El corazón
Parece que cuando arrancó la humanidad, necesitaban ubicar en algún lugar razonable el tema de los sentimientos. Barajaron dos opciones: el cerebro o el corazón. Los egipcios consideraron al corazón como el órgano que originaba los sentimientos. Los griegos, a través de su vocero Platón apostaron por dos almas, una de las cuales, inmortal, residía en la cabeza, y la otra, mortal, habitaba el corazón y albergaba los sentimientos. En el centro del imperio Azteca los sacerdotes abrían el pecho de las víctimas con cuchillos, y ofrecían a los cielos el corazón aún palpitante, que lo consideraban la fuente de la vida, lo más valioso del ser humano. Continuar leyendo